La unidad, escudo inquebrantable de la Revolución Cubana

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Al concluir un año de enormes sacrificios y esfuerzos colectivos, las familias cubanas se alistan para conmemorar un nuevo aniversario de su Revolución. Este 1ro de Enero, la Patria celebra 67 años de soberanía, construidos frente a la guerra económica genocida y asfixiante recrudecida por el gobierno de los Estados Unidos. El período que termina ha estado marcado por la intensificación de un cerco destinado a fracturar la sociedad. Su consecuencia más evidente, sin embargo, ha sido la reafirmación de una voluntad nacional inquebrantable.

La festividad adquiere un carácter profundamente íntimo. Es un acto de reafirmación que encuentra su epicentro en la mesa compartida y en el diálogo entre generaciones. El hogar se ha erigido como el santuario donde se preservan los principios de la obra revolucionaria. Es en ese espacio donde se explica la razón de la resistencia y se transmiten los valores de dignidad, solidaridad y patriotismo forjados por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

El líder histórico comprendió que la fortaleza de la nación se edifica desde la célula fundamental de la sociedad. Los logros sociales que nos sostienen —la educación, la salud pública, la seguridad de un pueblo culto— fueron concebidos para proteger y dignificar ese núcleo. Por ello, ante la crueldad de una política destinada a la rendición por necesidades, los cubanos hallan motivos para la perseverancia y la alegría. Celebrar constituye, en sí mismo, un acto de victoria.

La cohesión familiar es el baluarte que ha frustrado los designios de la administración norteamericana. Mientras el bloqueo pretende aislar, los hogares extienden redes de apoyo. Mientras fomenta el individualismo, se practica la solidaridad. Mientras intenta borrar el porvenir, los mayores siembran en los jóvenes la semilla de la continuidad con relatos de la Sierra Maestra, de Girón y de la Campaña de Alfabetización.

Al mirar atrás en este cierre de ciclo, lo hacemos con orgullo. Cada adversidad superada en conjunto representa un triunfo sobre la agresión. Cada solución hallada, cada gesto de amor en la dificultad, materializa el concepto de Revolución: cambiar todo lo que deba ser cambiado, sin jamás traicionar la justicia social y la independencia nacional.

Por eso, la llegada del nuevo año será más que el aniversario de la Revolución. Será la fiesta de la familia cubana unida. La prueba de que un proyecto basado en el amor al prójimo y la defensa de la soberanía es invencible. Guiados por el pensamiento de Martí y el legado de Fidel, alzaremos nuestras copas este 1ro de Enero. No para ignorar los desafíos, sino para brindar por lo esencial: la dignidad intacta, la unidad inquebrantable y la certeza de que, juntos, defenderemos para siempre esta obra de amor que es la Revolución.

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Barbara M. Cortellan Conesa

Ingeniera Química por la Universidad de Camagüey. Diplomada en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación. Periodista-Editora del diario 5 de Septiembre. Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba.

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