La Fortaleza como destino turístico: novedades y necesidades

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En las inmediaciones de la comunidad costera del Castillo de Jagua abrirá un nuevo espacio gastronómico como parte de la evolución del proyecto sociocultural liderado por Marisol Otero Álvarez, directora del Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.

“El proyecto avanza aunque por las condiciones actuales del país no hemos podido agilizar muchos detalles, pero seguimos trabajando en función de diversificar las ofertas y, precisamente, dedicado a la Jornada de la Cultura cubana vamos a inaugurar un ranchón; conjugaremos las actividades marineras como las competencias de nado en la bahía y las de remo, además de acondicionar un terreno para la práctica de futbol, aquí en el Castillo de Jagua.

Durante varias semanas, Marisol, amigos y trabajadores del museo dedicaron su tiempo a desbrozar el terreno baldío que rodea a la fortaleza para levantar el ranchón nombrado El bucanero que tendrán un horario extendido hasta las seis de la tarde “y tenemos todo listo para ofertar a la comunidad un lugar para que vaya la familia, los amigos. Nosotros, por supuesto, trataremos de que haya mejores ofertas para los residentes en el Castillo de Jagua y quisiéramos lograr la esencia de nuestro proyecto.”

Un proyecto con necesidades de mayor atención
Fueron días intensos para eliminar malezas, pero el proyecto avanza, dijo Marisol Otero Álvarez, directora del Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.
Fueron días intensos para eliminar malezas, pero el proyecto avanza, dijo Marisol Otero Álvarez, directora del Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.

El proyecto sociocultural La fortaleza como destino turístico nació para reanimar tradiciones, aunar a los vecinos de esa zona alejada del centro de la ciudad de Cienfuegos y donde resulta imprescindible defender el patrimonio inmaterial conocido por varias generaciones con pesca como actividad principal, pues ellos son hijos del mar que nos rodea.

Sin embargo, existen impedimentos – quizá por desatención de algunos decisores –  que no han hecho posible el desarrollo de la cultura marinera entre los jóvenes. “Hablamos de los productos de pesca sin muerte – dice Otero Álvarez – vinculados a Probiomar que es otro proyecto para la protección de la biodiversidad de peces, pero también incluye los paseos por la bahía, las romerías y tenemos diseñada la ruta marinera Castillo de Jagua, pero realmente nos hemos encontrado con obstáculos bastante infranqueables.”

Hasta la fecha, varios beneficios exhibe la comunidad costera como empleos sobre todo para los jóvenes, “hoy casi toda la plantilla del museo está completa con jóvenes e incluso el equipo técnico. Eso es un logro, pues son del Castillo de Jagua y no podemos verlo como la posibilidad de un simple empleo con el que pueden percibir un salario; es que también los identifica, los compromete con este patrimonio, con esa cultura marinera que ellos tienen y estamos muy satisfechos con eso, pero queremos alcanzar otras metas”, reafirmó Marisol Otero.

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