La Escuela Formadora de Maestros de Cienfuegos cumple 50 años
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A principios de la década de 1970 se inauguró en Cienfuegos la Escuela Formadora de Maestros Primarios Conrado Benítez García, un monumento a la educación cubana. Un espacio pedagógico con miles de jóvenes y adolescentes que se preparaban para enfrentar la difícil e importante tarea de llevar la educación a todos los rincones de la región central del país. La historia de Cienfuegos no sería la misma sin la existencia de esa institución que dio vida a la ciudad y fue faro que iluminó el camino de varias generaciones.
La construcción de confortables edificios ocupó durante varios años, no solo a los albañiles y diseñadores , también a miles de trabajadores voluntarios que en horas extras dieron su aporte en las labores de cambiar el entorno en una zona prácticamente olvidada cerca del litoral cienfueguero. Y qué bella quedó la obra.
Para la inauguración en abril de 973, fueron seleccionados los mejores docentes de la región que podían servir de ejemplo para los futuros docentes del territorio. En septiembre fueron trasladados los alumnos de Topes de Collante y se captaron muchachos para inundar las aulas de la nueva escuela.
La gran explosión demográfica de aquellos años no permitía que se perdiera tiempo en la preparación de los nuevos docentes. El país había realizado un enorme esfuerzo en la campaña de alfabetización y aquellos logros se venían abajo si no se llevaba el pan de la enseñanza a todos los rincones del país. Los primeros ingresos eran recién graduados de sexto grado y luego se decidió elevar el nivel con alumnos de noveno grado. Un ejército de jóvenes, casi niños, vistió el uniforme verde claro, se preparó con rigor y marchó a donde hiciera falta, a cumplir con la honrosa tarea de formar a las nuevas generaciones.
Hoy resulta difícil encontrar un ciudadano de esta región del país que no esté marcado por la labor que se llevó a cabo en aquel plantel. Sí, quienes nacieron posteriormente recibieron la influencia de los que habían sido formados en esa institución. Porque la labor de esa escuela tuvo repercusión en toda la sociedad, como siempre ocurre cuando la Pedagogía se aplica con rigor; y porque aún hoy suenan los ecos de aquellos cuyos nombres no mencionamos aquí, pero saben que el pueblo cienfueguero los reconoce como pilares de la educación ciudadana en la región central de la isla.
*En coautoría con Luis Alberto Gradaille.
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