Historia para hoy y el futuro
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A propósito de cumplirse seis décadas de introducida la carrera de Historia en la enseñanza superior cubana, sesiona en Cienfuegos un taller nacional sobre sus retos y perspectivas
De los 60 años recorridos por la disciplina de Historia en las universidades cubanas, Orlando Félix García Martínez lleva consigo las memorias de medio siglo. El presidente fundador de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Cienfuegos fue el primer graduado de esa carrera en el territorio cuando rompió la década del 70, poco antes de la división político administrativa.
“Comencé los estudios ―recuerda— con un claustro de profesores muy importantes y un programa docente abarcador, el cual tomó de las experiencias de esta carrera en las universidades de La Habana y Oriente, así como de los debates que ya entonces existían en torno a la enseñanza superior dentro del proyecto socialista cubano.
“En aquel contexto, la llamada escuela de Historia de la Universidad Central ‘Marta Abreu’ de Las Villas (UCLV) devino espacio de miradas renovadoras en relación con disímiles asuntos de la realidad del país. Como parte de las actividades de extensión, recibimos conferencias de prestigiosos intelectuales e historiadores, entre ellos, Manuel Moreno Fraginals y Julio Le Riverend. Esto, junto a las prácticas preprofesionales, completaba una formación abierta e integral”, apuntó.
Sin embargo, para quien soñaba iniciarse en el campo de las investigaciones históricas, la irrupción en la vida laboral no resultó del todo feliz. “Una vez graduado, permanezco como profesor en la UCLV, y luego de la división político-administrativa de 1976 me envían a cumplir el servicio social en una filial universitaria emplazada en el Escambray. Allí, al parecer, mandaban a quienes teníamos puntos de vista que no coincidían con la línea más dogmática.
“Cuando llegó ese primer día de clases, frente a un aula —confesó—, no me sentía preparado, a pesar del trabajo metodológico previo mediante cursos, talleres y otras acciones de capacitación para superar los vacíos en la formación pedagógica. Ello, incluso, figuró entre las razones determinantes para el cierre de la carrera en Las Villas después de su segunda graduación”.
A la par, Orlando y otros egresados de la Universidad Central en disciplinas cercanas a las Ciencias Sociales y las Humanidades pugnaron por la inserción de materias afines en el antiguo Instituto Superior Técnico de Cienfuegos, constituido en 1979. Tras la aparición del Destacamento Pedagógico, surge una Filial Pedagógica, hecho que ayudó a cambiar la mentalidad conservadora respecto a las carreras humanísticas.
“Ese constituyó el punto de partida para la posterior creación de la licenciatura en Estudios Socioculturales, y más tarde, con el apoyo del Dr. C. Eduardo Torres Cuevas, de la carrera de Historia (introducida en la Universidad de Cienfuegos en el curso 2007-2008). Él fue quien dijo que, por generación natural ―afirmó García Martínez—, nuestra casa de altos estudios debía contribuir a la formación profesional de investigadores históricos, al considerar los aportes de intelectuales como Florentino Morales, José Díaz Roque, Doris Era González, Jesús Fuentes Guerra y Andrés García Suárez.
“Recuerdo que la primera conversación sobre el tema ocurrió en el parque Martí, a propósito de una visita suya a Cienfuegos con el embajador de Francia. Estábamos presentes Lilia Martín Brito, Marcos Rodríguez Matamoros y yo, y todos coincidimos en las potencialidades existentes aquí para abrir la carrera a las provincias de la región central de Cuba.
“Fue —sostuvo― el aporte de muchos; también de personas como Rina Alfonso y María Herminia Cortés, quienes desde la desaparecida sección de Historia del Partido Provincial defendieron siempre la idea”.
Autor de casi una veintena de textos históricos (varios en coautoría con otros reconocidos investigadores) y Profesor Auxiliar adjunto de la Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez, Orlando es, sin lugar a dudas, una de las cúspides de los estudios históricos en esta porción del archipiélago. Sus palabras perfilan caminos rectos, seguros, en medio de tantas desviaciones.
“Cuando los proyectos se burocratizan y nos preocupa más cumplir orientaciones que formar a un historiador, podemos condenar a muerte una carrera. Ahí comienzan las cuotas: tres plazas para una provincia, cuatro para la otra, y eso no debe funcionar de tal modo, sino desde la vocación. Tampoco —dijo― puede ser más importante correr en una maratón convocada por la FEU que la oportunidad de asistir a una conferencia de un académico o intelectual renombrado. Si este tipo de cosas suceden, estamos hipotecando el futuro”.
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Un saludo a Orlandito, quien sabe que, a pesar de las discrepancias historiográficas, en la cordialidad se le quiere en Santa Clara, y como pocos investigadores cubanos hace un recuento pormenorizado de la antigua Jurisdicción de Cienfuegos, su universo de plantaciones azucareras y de población. Gracias a Alfonso Lara, el periodista, por devolver un fragmento de Historia cubana.
A “Chiflin” lo conocí en el año 1976, se inauguraba la Filial Pedagógica de Manicaragua y él era uno de los subdirectores docente de la Filial “Alberto Delgado”. Excelente profesional y amigo. Tuve la oportunidad de afianzar nuestra amistad porque yo era Alumno Ayudante de Matemática en la sede de Triana y coincidimos tanto en esa sede como en Manicaragua. Nuevamente los gajes del oficio nos hizo coincidir en Abreus en 1980, siendo yo Metodólogo Municipal de Matemática y Orlandito era el director del IPE Municipal. Agradezco a mi amigo la gestión que hizo para que en el siguiente año yo estuviera trabajando en el IPE Provincial. Orlando ha sido un ejemplo de constancia, espritu investigativo y sobre todo de lealtad a sus principios y valores. Merecido este artículo sobre nuestro querido compañero y amigo Orlando García.