¿Fertilizar nuestras plantas con orina?

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La revelación levantó un gran revuelo en las redes sociales y algunos círculos de agricultores. Resulta que en algunos sitios digitales, entre ellos www.gestion.pe apareció el siguiente titular: “La orina humana, un fertilizante inesperado pero efectivo y menos contaminante”.

Agrega la publicación que investigadores de difentes instituciones científicas vinculadas a la actividad agrónoma y organizaciones no gubernamentales, consideran a la excreción de los riñones de los hombres como una alternativa a los abonos químicos, para reducir la contaminación ambiental y alimentar a una población en crecimiento.

PLAUSIBLE ALTERNATIVA

“Para crecer, las plantas necesitan nutrientes: nitrógeno, fósforo y potasio”, explicó el ingeniero Fabien Esculier, coordinador del programa de investigación Ocapi (Optimización de los ciclos de carbono, nitrógeno y fósforo en la ciudad), en Francia, citado por elOnce Noticias Digital.

Cuando comemos, sostiene el destacado experto, ingerimos estos nutrientes antes de excretarlos, en particular, a través de la orina. Durante mucho tiempo se utilizaron los excrementos urbanos en los campos agrícolas, antes de ser remplazados por fertilizantes químicos.

“Estos nutrimentos, agregó, se liberan en cantidades demasiado grandes en los ríos; favorecen, por ejemplo, la multiplicación de las algas verdes, y representan una de las principales fuentes de contaminación por sustancias nutrientes”.

Por su parte, para la investigadora Julia Cavicchi, del Rich Earth Institute, en Estados Unidos,  separar y recolectar la orina requiere cambiar los sanitarios, la red de recolección y superar ciertas ideas preconcebidas. La desviación de la evacuaión en los baños fue experimentada en ciudades ecológicas suecas a inicios de los años 90, y posteriormente en Suiza y Alemania.

En tanto, un articulo purblicado por notiulti.com señala que “Esculier nunca ha olvidado el enfoque poco convencional de la jardinería de su abuela”; de hecho, ha inspirado su carrera y argumenta que la orina humana puede parecer una forma tosca de fertilizar plantas en la era de la agricultura industrial, pero a medida que los investigadores buscan formas de reducir la dependencia de los productos químicos y reducir la contaminación ambiental, algunos se interesan cada vez más en el potencial del pis.

Nadie discute que los abonos que utilizan nitrógeno sintético, en uso durante alrededor de un siglo, han ayudado a aumentar los rendimientos y la producción agrícola para alimentar a una población humana en crecimiento; empero, cuando se usan en grandes cantidades, llegan a los sistemas fluviales y otras vías de las aguas, causando asfixiantes floraciones de algas que pueden matar a los peces y otras formas de vida acuática.

Mientras tanto, las emisiones de este amoníaco agrícola pueden combinarse con los gases de los vehículos para crear una peligrosa contaminación del aire, según la Organización de Naciones Unidas. Igual impacto nocivo deriva de estos elementos químicos al generar emisiones del potente gas de efecto invernadero (EI) óxido nitroso, lo que contribuye al cambio climático.

“Dado que la producción de nitrógeno sintético es una fuente importante de gases de EI, y el fósforo es un recurso limitado y no renovable, los sistemas de desviación de orina ofrecen un modelo resistente a largo plazo para la gestión de desechos humanos y la producción agrícola”, argumentaJulia Cavicchi.

Incluso un estudio de 2020 realizado por investigadores de la ONU encontró que las aguas residuales globales tienen el potencial teórico de compensar el 13 por ciento de la demanda mundial de nitrógeno, fósforo y potasio en la agricultura.

Pero, ¿la gente está lista para comer alimentos fertilizados con orina?, cuestionan algunos artículos periodísticos.En tal sentido un estudio muestra marcadas diferencias entre países. La tasa de aceptación es muy alta en China, Francia o Uganda, pero baja en Portugal o Jordania. “Este tema toca a lo íntimo”, analiza Ghislain Mercier, de Métropole Aménagement, que está desarrollando un ecobarrio en París con 600 viviendas y comercios. Allí se recogerá la orina para fertilizar los espacios verdes parisinos.

Dado que la orina no es un vector importante de enfermedades, no requiere un procesamiento pesado para su uso en la agricultura. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dejarla reposar. También es posible pasteurizarla.

Luego, el tratamiento que se recomienda para utilizar la micción en la agricultura es el almacenamiento, debido a que no se necesita mucha energía para su funcionamiento ni instrumentos para el proceso y se ha mostrado que los productos obtenidos de este procedimiento son altamente recomendados.

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