Emancipador de sueños

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Es posible hallarlo en tantas realidades y lugares, pues no es real su muerte, físicamente cumplida hace exactamente 7 años. Si acaso un definitivo adiós, al mundo impetuoso y exaltado de los vivos; aquel que lo vio crecer como estadista hasta el infinito; pero morir lo que se dice morir, no lo consigue fácilmente un hombre como Fidel Alejandro Castro Ruz, el hombre de las sencillas charreteras de Comandante; de enigmáticas maneras de analizar el turbulento planeta que le toco vivir, con cubanísimas, modestas y creativas formas de sentir e interpretar, cual poeta con el gesto de sus manos y un dedo hacia el futuro, para ser como pocos un artífice de la palabra.

Atormentado desde niño por un entorno asfixiante, durante la Cuba prerrevolucionaria, visualizada alrededor de su mundo lleno de oportunidades, pero atiborrado de desigualdades hacia los más pobres, nacidos a su alrededor en la lejana y oriental zona de Birán, el cual trató de equilibrar con infantiles decisiones que hicieron sentirse orgullosos de él, a padres y familiares, desde su nacimiento un 13 de agosto de 1926, destinado desde ese día a ser un destino, de Cuba y de muchos…

Su curso vital se radicalizó de manera vertiginosa a lo largo de los años, hasta alcanzar el zenit en la Universidad de La Habana, su Alma Mater, donde estudió Derecho, etapa definitoria de la cual afirmaría alguna vez: “…allí…donde me hice revolucionario…”. Su madera de joven líder lo convierte en poco tiempo en presidente de la FEU en los amplios espacios de la Facultad de Ciencias Sociales.

Un pequeño apartamento ubicado en tercera y 2 en el Vedado, fue su morada donde descansar, después de participar activamente en “batallas” estudiantiles, casi todos los días. Desde allí partiría hacia la Perla del Sur, invitado junto a varios de sus compañeros de la FEU nacional -un 12 de Noviembre de 1950- a participar en un mitin estudiantil, liderado desde días previos, en la Perla del Sur, por René Morejón, dirigente por aquel entonces de los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza.Y de esta manera conoce por pocas horas al pueblo y a los emancipados jóvenes de Cienfuegos.

Su presencia preocupó en demasía a las autoridades, provocando su detención y posterior traslado a la ciudad de Santa Clara, pero esto no sería impedimento para el éxito del citado mitin juvenil. Casi un mes después haría su primer alegato de autodefensa contra el delito de desorden público y desacato, nuevamente una representación cienfueguera lo acompaña, sus enérgicas palabras lo liberarían y nuevas luchas estaban por venir.

Dos años transcurrirían cuando ocurre el funesto golpe militar del 10 de marzo de 1952, golpe demoledor, al pueblo de Cuba, que perdía totalmente la Fe y las esperanzas, hacia una vida mejor, suceso triste que no logró entusiasmar al pueblo ni a nadie, hasta pasados los primeros años de la funesta Tiranía, cuando florecen los emancipados en 1953 liderados por él, se iniciaba una Revolución, capaz de recrear, de nuevo la fe nacional.

Su detención por Pedro Sarria, a pocas horas del ataque al Moncada, lo hacen escuchar…las ideas no se matan… pronunciadas por este digno militar, muy ligado a Cienfuegos y figura clave para su supervivencia, quien logra lo inimaginable, un nuevo juicio y segunda autodefensa, antecesora de un presidio fecundo por pocos años, la presión popular, logró su libertad. El exilio, prisión momentánea y la decisión de ser libres o mártires, lo hacen llegar a Cuba un 2 de diciembre de 1956, por la suroriental zona de los Cayuelos. Un Combate desigual lo lleva hasta Cinco Palmas, alborada de su camino hacia la condición de Comandante en Jefe.

Fidel en la inauguración del Hospital Provincial de Cienfuegos, en 1979.

Dirigir las acciones militares en la Sierra Maestra, de todas las fuerzas rebeldes y del Movimiento 26 de Julio durante los peleados 25 meses del transcurso de  guerra, lo hizo partícipe de casi todas las ope­raciones, combates y batallas más importantes, efectuadas durante la guerra en el territorio del Primer Frente Rebelde, territorio bajo el mando directo de la Columna Uno José Martí, liderada por él; apoyado por múltiples acciones determinantes, incluida la invasión hacia los llanos, le darían la victoria, durante el año 1958, definitorio en los éxitos del grupo rebelde, pues logró el triunfo sobre la dictadura de Fulgencio Batista y su grupo de sátrapas, liberando a Santiago y de esta manera lograr entrar a los nuevos “…mambises a Santiago…”.

Una simbólica y necesaria Caravana llamada Libertad partió desde la ciudad héroe de Santiago de Cuba, atravesando todo el verde caimán, cual parte aguas de dos tiempos dentro de un mismo espacio y época, cuando el líder de la Revolución tomó rumbo a la capital.

Casi a mitad de su elegido camino, decide bajo un frio clima de enero, en almanaque 6 del propio año, ordenar y desviar la ruta con un reducido grupo de sus colaboradores -agrupados en la columna Abel Santamaría, creada expresamente para su protección y cuidado- hacia la ciudad de Cienfuegos.

Recorrido lleno de vítores, aplausos y gritos de profundo y raigal orgullo cubano,  era la manifestación popular más fehaciente de un henchido pueblo, deseoso de lograr todas sus metas, ubicado a ambos lados de su recorrido, desarrollado esta vez en elegantes autos ligeros y algún que otro Yipi, manejados por diestras y valientes camisas verdes.

Resultaba obligatoria su presencia a la ciudad, -de centro sur- para rendir homenaje a los mártires del 5 de septiembre de 1957, pues era deuda y compromiso con cada uno de los que lucharon, murieron o lograron sobrevivir a los azares de la contienda, y de esta manera frenar los ímpetus de un Segundo Frente, capaz de abortar lo conseguido. Todos llegaron vestidos de verde olivo, el color emancipador del momento.

A partir de ese instante se desarrolló un vínculo muy estrecho entre el líder de la Revolución y la ciudad de Cienfuegos, pues Fidel Castro visitaría la Perla del Sur en 96 tiempos [1], iniciados por demás en el desarrollo de la llamada para el futuro “Zona Industrial”.

Espacio geográfico de la historia, traducido en eslabón alegórico entre el líder máximo de Cuba y el Comandante Ernesto Che Guevara, cuando juntos idearon y proyectaron para el centro del país la construcción de la Terminal Marítima de Azúcar a Granel intitulada “Tricontinental[2].

Hermanados con la imponente y moderna Tricontinental en su destino histórico fue la Fábrica de Fertilizantes Nitrogenados y la Termoeléctrica “Carlos Manuel de Céspedes” con sus 4 bloques, uno de ellos inaugurado por el propio Fidel. Siendo las primeras obras terminadas por la Revolución en la flamante e industrial zona.

En esa demarcación también se levantó un moderno puerto pesquero, molinos de trigo y maíz, la fábrica de implementos para Riego por Aspersión, fabrica de sacos de polietileno, una planta de oxigeno y se hicieron las construcciones de los atraques, para lo que serian las futuras instalaciones de la rada cienfueguera, casi todos visitados o inaugurados por él.

En otras zonas limítrofes de la ciudad se construyeron importantes industrias y combinados como: la fábrica de motores Diesel, la Fábrica de Baldosas, de barquillos, se creó la cooperativa de pesca y la flota camaronera, así como los astilleros donde se elaboran barcos de acero y de ferrocemento.

Pero este desarrollo Industrial, no se concentró tan solo en la ciudad que amamos todos intitulada Perla del Sur, pues también se construyó una fábrica de Cemento en Guabairo, una de Torula, colindante con el Central “Covadonga”, hoy Antonio Sánchez, una embotelladora de aguas minerales en Arriete, municipio de Palmira, entre otras instalaciones definitorias para Cuba.

Una idea, solo está en nuestra mente hasta tanto la ejecuten hombres y mujeres con los mismos intereses y sabiduría en aras de desarrollar el futuro, el cual desde sus inicios, -hace poco más de 55 años-se desplegó en el conocido barrio de O´Bourke, ubicado en la zona norte de la ciudad de Cienfuegos, el cual no era más que un extenso territorio cubierto de aromas y mangle, habitado por un pequeño y humilde núcleo de pobladores.

Este pueblo emancipado y colmado de sueños hasta el día de hoy, ha sido el artífice de las ideas económicas y estratégicas de un inmenso Fidel, aquel al que nunca le faltó la madera del artista, entre etapas de bonanzas o ausencias de ella, hombre total aferrado a la victoria, incluso aquellas épocas en las que se ha hecho sentir brutalmente la furia más extrema de los líderes del norte revuelto y enrevesado; este pueblo le demostró que nunca cejará ni cederá en tal empeño, teniendo la fe, la convicción,y el convencimiento en la victoria mediante la palabra empeñada con el hombre convertido en mito por sus propios enemigos, portador en sus hombros de Gigante de las sencillas charreteras de Comandante.

Un hombre nacido del vientre de la Patria, el interprete excepcional del momento histórico que le toco vivir, siendo él en efecto, catalizador y compositor de ideas excepcionales para todos y todas, advirtiéndose desde aquel entonces el nacimiento de uno de los políticos que marcarían los signos de una época, codeándose con Simón Bolívar, o el propio José Martí, en Cuba, para empinarse en autor de revoluciones, capaces todas de emancipar nuestros sueños.


[1] Investigación aun en curso para el libro en preparación: Cienfuegos, la Revolución de Fidel. Nota del autor.

[2] El combatiente internacionalista caído en Bolivia, capitán Jesús Suarez Gayol integró el selecto grupo de los máximos propulsores de esta obra. Nota del autor.

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