Donald Trump y el proyecto 2025 de la Heritage Foundation: Más allá del “ruido”
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Por Dr. Raúl Rodríguez Rodríguez*
Los centros de investigación y análisis de políticas públicas o “tanques pensantes” del término inglés “think tanks”, no constituyen la solución a una problemática definida, ni son la única respuesta a todas las necesidades del Estado en la formulación de políticas públicas; pero sí representan un factor no institucional, una herramienta importante y en buena medida complementaria dentro del abanico técnico y estratégico del Estado para nutrir el proceso.
Existen muchas formas en que los llamados tanques pensantes (think tanks) se han integrado en redes partidarias y se han conectado íntimamente con los políticos. Cada vez más, Heritage Foundation y otros centros alineados con partidos políticos, utilizan su investigación para apoyar agendas partidistas que se alinean con sus objetivos. Los “tanques pensantes” pueden influir en el orden de las prioridades, proveer hojas de ruta para la acción, establecer agendas, movilizar coaliciones políticas y burocráticas a través de propuestas de política como factor no institucional en el proceso de conformación de políticas. Un mecanismo empleado por estas organizaciones para ganar influencia es el tipo de informe que presenta propuestas tanto de política interna como de política exterior y que consiste fundamentalmente de una serie de recomendaciones, explicitas hasta el punto de contener los pasos para su ejecución práctica.
En las últimas décadas, la Heritage Foundation ha sido el tanque pensante de derecha más influyente y cercano al partido Republicano. Basado en su historia reciente y lugar entre los tanques pensantes de derecha, la producción intelectual de la Heritage se ha convertido base ideológica de la actual administración republicana.
Como antecedente, está el informe “Mandato para un Liderazgo”, de la misma institución, entregado al equipo de transición de Ronald Reagan una vez concluido el proceso electoral de 1980. El informe, de 1 100 páginas, fue una hoja de ruta para arrebatar el control del Estado a los defensores del enfoque keynesiano desarrollado durante la administración de Franklin D. Roosevelt en el periodo anterior a la segunda guerra mundial y que duró hasta finales de los años setenta. Este enfoque fue reemplazado en la década de 1980 por el neoliberalismo, el socavamiento del contrato social, la ideología del libre mercado, la expansión del complejo militar-industrial y el imperialismo. La Heritage Foundation tuvo cierto impacto entonces, pues el 60 % de sus propuestas fueron implementadas durante los 8 años de Reagan en la Casa Blanca.
En retrospección a 2017, se puede afirmar que la llegada de Trump a la Casa Blanca tomó por sorpresa a la derecha estadounidense. No contaban ni con el plan, ni con el personal para llevar a cabo de manera coherente y organizada su visión reaccionaria. La actual administración de estadounidense, con un presidente Trump, mucho más enfocado y organizado que en su primera administración, se muestra más agresiva y dispone de una capacidad destrucción mucho más avanzada.
El inquilino de la Casa Blanca, esta vez, se ha rodeado de un ejército de administradores, abogados, militares y asesores políticos de lealtad inquebrantable que están listos para aplicar un programa, diseñado desde la Heritage Foundation para la trasformación del Estado estadounidense y ha influido significativamente en la selección de personal para el segundo gobierno de Trump, respaldando figuras clave en la administración entrante.
Conocido también como Proyecto 2025, fue publicado en 2023 y se ha convertido en un “manual” de 922 páginas que propone un cambio sustancial en la estructura política del gobierno federal de Estados Unidos con propuestas que incluyen desde la reforma del sistema judicial hasta la modificación de las leyes laborales. Las políticas delineadas buscan transformar la administración pública y garantizar que las acciones del gobierno estén alineadas con los valores conservadores en buena medida.
Muchos de los colaboradores esta segunda versión de “Mandato para el liderazgo: La Promesa Conservadora”, habían sido funcionarios de la administración Trump y han sido “reciclados” en esta administración algo bastante usual en la política estadounidense. Entre ellos esta Russ Vought, para la Oficina de Administración y Presupuesto. Esta lista también incluye a John Ratcliffe Director Nacional de inteligencia y director entrante de la CIA, y Tom Homan, ex director interino de Inmigración y Control de Aduanas y actual ‘zar de la frontera’.
En esta ocasión, se plantea hacer del ideal nacionalista cristiano “una de las prioridades” del segundo mandato de Donald Trump ante la creciente influencia del electorado evangélico dentro de la base republicana. Un aspecto relevante es que ese proyecto plantea la reestructuración del Estado, especialmente de la rama ejecutiva, departamento por departamento, con énfasis en los departamentos de Estado, de Justicia y de Educación, lo que concentraría más poderes en la Presidencia.
Uno de los departamentos del gobierno federal que está en la mira para ser eliminado es el de Educación. En este sentido las “recomendaciones” son claras “La política educacional federal debe ser limitada y el departamento de educación debe ser eliminado.” Como pretexto fundamental está el fortalecimiento de los “derechos de los padres” y la “posibilidad de seleccionar la escuela”. Se plantea la erradicación de la escuela pública a favor de un sistema de escuelas privadas, el plan se extiende a la educación superior.
El “Proyecto 2025” acusa a las fuerzas “woke” querer socavar los pilares fundamentales de la nación y los acusa de ‘diversocratas’, en una alusión a los programas de inclusión y acceso al sistema de educación superior. En cuanto a la enseñanza, el proyecto 2025 recomienda eliminar “los nocivos principios de la ‘teoría crítica de la raza’ y la ‘ideología de género’ de los planes de estudio de todas las escuelas públicas del país.” Aunque la administración no puede eliminar una agencia federal con una orden ejecutiva, si puede socavar sus funciones y trasformar sus funciones y reasignar sus responsabilidades.
Además, el Departamento de Educación fue creado en 1979 durante la administración de James Carter por una ley aprobada por el congreso estadounidense, consecuentemente correspondería el poder legislativo aprobar su eliminación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el poder legislativo está controlado por los republicanos y este partido republicano parece haber “renunciado” esencialmente a que la rama legislativa asuma su rol de control de la rama ejecutiva a través de sus “check and balances”. Los legisladores del partido de Trump han accedido a la mayoría de sus exigencias, incluso ya se ha presentado en Cámara de Representantes un proyecto de ley que desmantelaría el departamento de educación.
Como se expresa en el “Proyecto 2025”, la administración Trump ha declarado la guerra al pluralismo multirracial en un país que está experimentando un cambio demográfico significativo en las últimas décadas. Estados Unidos hoy es más diverso, menos blanco y menos rural. El proyecto 2025 enfatiza en cierre de las fronteras para detener la inmigración ilegal y un aumento de la deportación de inmigrantes indocumentados sin tener en cuenta sus años de residencia de estas personas en el país.
Las declaraciones y acciones del presidente Trump desde el 20 de enero de 2025, e incluso antes de esa fecha, han emocionado a su base, y los entusiastas del Trumpismo utilizan las redes sociales para difundir planes de batalla para apoderarse de Canadá y Groenlandia y mapas de unos Estados Unidos que se extienden desde el Ártico hasta Panamá. Adicionalmente, el presidente lanza declaraciones sensacionalistas, como expulsar a los palestinos de Gaza y ocupar ese territorio o promueve acciones ejecutivas que generan controversia como la eliminación de la ciudadanía por nacimiento, porque sabe que los medios de comunicación estarán preocupados con esos titulares y perderán el control de lo que es realmente importante.
Donald Trump parece disfrutar el hacer aseveraciones y lanzar amenazas que hagan que sus potenciales interlocutores se preocupen y expresen indignación. Con ellos busca generar ruido y caos para impulsar medidas radicales, como un ambicioso plan para desmantelar las instituciones federales, impulsado por su ideología libertaria y la búsqueda de aumentar su poder y riqueza de una manera sin precedentes.
La administración Trump ha asumido el Proyecto 2025 que es una proyección ideológica de corte neofascista y significa un plan estratégico para controlar el Estado y dominar la sociedad estadounidense. Trump y su “compinche” Elon Musk siguen adelante con su visión extrema, el mundo se enfrentará a una nueva era de caos político, donde las grandes corporaciones controlan los países y las estructuras estatales se desmantelan en favor de unos pocos más ricos.
La oligarquía tecno-financiera que Trump representa, busca dejar libres de ataduras burocráticas y límites morales-humanitarios a los “superiores” (todos blancos) para que promuevan un capitalismo aún más desanclado de toda responsabilidad social y moral en su faceta más inhumana y brutal.
* Profesor Titular y director del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos y jefe del programa nacional de Ciencias Sociales y Humanidades.
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