Cuerdas frotadas en Ia Pedagogía musical cubana

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Cuando celebramos, hoy, el Día del Educador, debemos recordar a maestros que han marcado con su sapiencia, las maneras de enseñar, en este caso la música.

Con los cambios vividos en el ambiente musical de principios del siglo XX, los compositores sintieron la necesidad de innovar y buscar mayor libertad en el lenguaje y las técnicas compositivas. Esta búsqueda de nuevo material musical y de nuevas sonoridades, comienza a darse a conocer a partir de uno de los instrumentos menos explorados, la viola, que, debido a su color, y a sus características tímbricas particulares, despertó el interés de los compositores y pedagogos. A la obra de dos emblemáticos violistas nos acercaremos en este pequeño texto.

El primero de ellos es Juan Carlos González García, quien nació el 26 de septiembre de 1965, en La Habana. Recibió una formación académica sistemática durante su niñez y adolescencia; cursó los niveles Elemental y Medio de la Música en los perfiles de piano y viola. Desde etapas muy tempranas se vinculó a diferentes géneros de la música popular e integró agrupaciones profesionales de formatos y estilos diversos. Con esta experiencia ingresó a la Universidad de las Artes, ISA en 1985.

Dos años más tarde, en 1987, escribe el primer danzón para violín y piano, en su concierto de graduación. Tiempo después, siendo aún estudiante del ISA, se percata de que al repertorio violístico le faltan obras de la música cubana, por lo que resultaba necesario equilibrar la densidad del repertorio tradicional para este instrumento. Es en este momento que escribe primero el danzón Caridad y luego el Danzón Habana ,1992.

Desde el año 1985 y hasta 1991 trabajó en el cabaret Tropicana, en el conjunto de los violines y en la orquesta del show. En esta última asumía la suplencia de varios instrumentos como violín, viola, cello, bajo y piano. Durante su estancia como músico de este insigne cabaret surgió la Charanga Habanera, con la cual trabajó varios años. En este proyecto se destacó por sus innumerables arreglos, ya que tenía que actualizar el repertorio semanalmente. La versatilidad en esta agrupación también estuvo dada por su destreza al tocar diferentes instrumentos como el violín, la viola, el piano, el bajo y la percusión menor.

Juan Carlos propuso introducir más instrumentos de percusión y una cuerda de metales en la agrupación Charanga Habanera. Su trabajo dentro de este conjunto fue intenso y novedoso. Era el músico de mayor nivel académico que poseía el talento para crear y arreglar. Estos elementos lo convirtieron, rápidamente, en el director musical. Su aporte a la música cubana actual y a la mencionada agrupación, estuvo dado por la creación y evolución de nuevas líneas de tumbaos y contra-tumbaos en los pianos y teclados. Añadió tanto a los bajos como a la cuerda de metales líneas completamente nuevas, así como frases con coloridos no usados en la música cubana. Compuso varios temas y sus arreglos e ideas musicales aún siguen siendo imitadas por muchas agrupaciones dentro y fuera de Cuba.

En el año 1996, después de algunos años de estudios generales en el ISA, ofreció el concierto de graduación que le valió el título de Licenciado. Ese mismo año, la EGREM publicó un disco de la agrupación femenina Lady Salsa llamado Con Faldas y a Lo loco, donde le fueron publicados varios temas y arreglos; disco en el que la otra mitad de los arreglos fueron realizados por el maestro José Luis Cortés. Para la ocasión Juan Carlos se desempeñó como productor musical. Su tema principal resultó el tema del programa de televisión Mi Salsa” en el último año en que saliera al aire.

Por otra parte, Eduardo Enrique Cana Flores quien, recibió clases de Juan Carlos, realizó la recopilación de las 14 piezas cubanas para violín/viola y piano, donde incluyó obras propias, de Juan Carlos González, Orestes Urfé y Franz de los Reyes Peñalver. Actualmente, este libro forma parte del repertorio para violín y viola en varios conservatorios de música europeos, precisamente por la belleza sonora y la escasez de este tipo de obras en el repertorio de estos instrumentos.

Nació el 19 de febrero de 1969, en la ciudad de Camagüey. Realizó estudios de violín e iniciado el nivel medio realizó el cambio a la viola. En el nivel superior, creó una agrupación de música popular bailable llamada Tole Tole, que amenizó múltiples actividades recreativas. A la par de sus estudios, formó parte de la orquesta Santa Cecilia, bajo la dirección del maestro Iván del Prado y de la orquesta Música Eterna, el maestro Guido López Gavilán, respectivamente. Entre otras actividades ha estado presente en la realización de dos libros con piezas de música cubana: propias para (violín –piano) (viola –piano) y un tercero de piezas para piano.

Actualmente, su actividad está enfocada en la composición y arreglos con orquesta de gran formato y en la participación de conciertos con su trío de cuerdas Nota en Negro, con el que combina varios estilos.

La formación de estos dos músicos, y sus aportes a la enseñanza de este instrumento, contribuyeron al perfeccionamiento y evolución creativas de innumerables artistas y de la Pedagogía musical cubana.

 

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Alegna Jacomino Ruiz

Doctora en Ciencias Históricas

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