Conversación telefónica entre Lula y Trump descolló en Brasil
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Ocurrida el 6 de octubre, tal plática confirmó la disposición de ambos gobiernos a reconectarse diplomática y comercialmente.
El contacto fue una continuación de la breve reunión que mantuvieron durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, hace poco más de dos semanas.
Durante la llamada, los dos mandatarios recordaron su buena química en la ONU y Lula pidió la suspensión de los aranceles del 50 por ciento impuestos por Estados Unidos a los productos nacionales.
Trump designó al secretario de Estado, Marco Rubio, para continuar las negociaciones. Por parte de Brasil, el interlocutor será el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira.
Lula y Trump acordaron mantener una reunión presencial, cuya fecha y lugar aún no se han fijado.
Una primera posibilidad tendría lugar en Malasia durante la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, prevista para finales de este mes.
La segunda opción sería una visita poco probable de Trump a la 30 Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP-30) en Belém, capital del norteño y amazónico estado de Pará, en noviembre.
Un tercer evento podría ser una visita de Lula a Estados Unidos.
Con el objetivo de avanzar en los términos del acercamiento, Rubio y Vieira también programaron una cita en Washington, también sin data confirmada.
Aplaudido en círculos diplomáticos y en los sectores productivos, el diálogo entre ambos presidentes marca un cambio en la orientación política de la Casa Blanca hacia Brasil.
En los últimos meses, el Gobierno de Estados Unidos colaboró con aliados del expresidente Jair Bolsonaro para imponer aumentos impositivos y sanciones a funcionarios brasileños.
Si se confirma la reanudación normal de las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países, Bolsonaro perderá su principal apoyo en su intento de revocar su condena a más de 27 años de prisión por intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.
Como última esperanza, sus adeptos se aferran a la idea de que Rubio está alineado con la extrema derecha y, por lo tanto, sería un obstáculo para las negociaciones.
A juzgar por el tono de la conversación de Lula con Trump, es probable que las expectativas del exmandatario ultraderechista se vean frustradas.
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