Cilantro además de condimentar
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Los frijoles de mi tía Pina eran famosos en todo el vecindario de mi pueblo natal. Aquel potaje, ya fuera de porotos negros o colorados, comenzaban a ser apetecibles desde que la sazón despuntaba en el hervidero de la olla a la candela. La tía no tenía reparos en develar que el secreto estaba en uno de los ingredientes usados, el cilantro.
Pues bien, se trata de una planta condimentosa común en la cocinas mediterráneas, sobre todo al norte de África, Grecia y Turquía, y también en la mexicana, caribeña y andina. Pero además, del exquisito sabor a los platos, el cilantro aporta enormes beneficios a la salud humana.
Sabor y salud
Reza un viejo refrán que “para gustos se han hecho colores”, y yo agregaría sabores. Verdad es que existen en el universo de la culinaria condimentos que a algunos no apetecen. El cilantro es uno de esos ingredientes que no resulta del agrado general; sin embargo, esta hierba posee un poder antiinflamatorio muy recomendado para complementar platos saludables.
Un artículo publicado en el sitio heraldo.es señala:
“Los flavonoides del cilantro hacen de este alimento un aliado contra la inflamación; además, posee aceites esenciales, es diurético y regula el colesterol malo (LDL)”.
El también conocido en algunas regiones del planeta como perejil chino aporta además fibra y ayuda a controlar el azúcar en sangre. Como un dato impresionante destaca su efecto en la regeneración de las células beta del páncreas, situadas en los llamados islotes de Langehans y responsables de la producción de insulina.
Por otra parte, la planta en cuestión posee vitaminas A, C y K; en el caso de esta última, su alta concentración en las semillas y hojas convierte al producto en un gran apoyo contra la oxidación de las células, los coágulos en la sangre y la osteoporosis. Además, aporta minerales como potasio, calcio y magnesio.
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