Cienfuegos rinde tributo póstumo al destacado revolucionario José Ramón García Gil
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Tras las honras fúnebres, familiares, amigos y compañeros de trabajo, así como una representación del pueblo de Cienfuegos acompañaron los restos del destacado dirigente revolucionario José Ramón García Gil hasta su última morada, en el cementerio Tomás Acea de esta ciudad.
En la tarde noche de este 24 de septiembre falleció García Gil, a los 80 años de edad, luego de padecer una prolongada y dolorosa enfermedad. Había nacido el 27 de febrero de 1940 en esta propia urbe.
Desde muy temprana edad, el joven José Ramón se incorporó a las tareas de la Revolución. Primero lo hizo como miembro activo de la Asociación de Jóvenes Rebedes (AJR) y después ocupó varios cargos de dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Muy pronto sus dotes de líder y condiciones humanas y revolucionarias lo dinstiguieron para desempeñarse en el trabajo del Partido, organización en la que se destacó hasta ser desiganado segundo secretario del entonces Comité Regional del PCC en Cienfuegos, de la antigua provincia de Las Villas.
Posteriormente García Gil presidió la Comisión encargada de la implementación de la nueva división política administrativa en esta demarcación del centro sur del país, la que, a la postre, trajo la creación de la nueva provincia de Cienfuegos. Al siguiente año fue electo primer secretario del Comité municipal del Partido en la cabecera provincial, mientras, en el III Congreso del PCC, integró las filas del Comité Central.
Desde la primera legislatura resultó elegido diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y con esa misma condición permaneció en el Parlamento cuabano hasta 1993. Justo, siete años antes había asumido la presidencia de la Asamblea Provincial de ese órgano de dirección.
Al frente del Poder Popular en el territorio sureño le tocó enfrentar procesos políticos y administrativos de gran complejidad para el país, como lo fue la rectificación de errores y tendencias negativas, y poco después las consecuencias de la desaparición del campo socialista y la desintegración de la antigua Unión Soviética, de gran impacto para la economía del país y la provincia.
Bajo la conducción suya se llevó a cabo la creación y consolidación de los consejos populares rurales, extendidos posteriormente a zonas urbanas, hecho que posibilitó la aplicación de valiosas experiencias para el trabajo de estas estructuras.
En 1993 fue promovido a la responsabilidad de viceministro del Ministerio de Comerio Interior. Más tarde y hasta su jubilación, resultó un servidor incondicional a las tareas del gobierno provincial, incluyendo la siempre valiosa ayuda como asesor de la presindencia a esa instancia.
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