Cienfuegos progresista, el tercer cortometraje producido en Cienfuegos

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El día 29 de julio de 1912 los empresarios Sainz y Puga anuncian en el cine teatro Luisa el futuro estreno del tercer corto realizado en la localidad: Cienfuegos Progresista, filmado días antes por el padre de la cinematografía cubana, Enrique Díaz Quesada, por entonces asociado a la Cuban Film Company. ¿Qué trajo al cineasta Díaz Quesada hasta la ciudad de Sévres?

Ese año la urbe exigía a las gubernaturas un cambio de imagen. Para esta fecha se introducen discretos pero significativos cambios en los ramos de acueducto y alcantarillado, electrificación, construcción de avenidas, etc., aunque muchas de las obras fueron dilatadas en el tiempo. Entre los proyectos vitales figuran la erección de la Avenida de Independencia y la hidroeléctrica Madrazo. Para entonces Nicolás Acea había fallecido y ordenado en su testamento la construcción de la Escuela de Artes y Oficios. Sin dudas, se elocuenciaban algunos progresos económicos y culturales en la Perla del Sur.

La solicitud del ayuntamiento a Santos y Artigas y la insistencia de José Marsal y Sabatés condujeron a Díaz Quesada a Cienfuegos, abocado a filmar un corto con la “nueva imagen” que prometían los cienfuegueros, incluida la reproducción de escenas, paisajes e imágenes de la corte de damas elegidas por su belleza. En la tarde del viernes 26 de julio de 1912 se produce el arribo del cineasta; siempre agitado y con la estrategia de realizar y editar sus proyectos en el menor tiempo posible (si bien tenía otros compromisos). En la madrugada del sábado inicia el periplo de filmaciones.

“El sábado estuvimos en el Salto del Hanabanilla, acompañados del señor F. Aguirre, Ingeniero Segundo del jefe de las obras, del Sr. Pereira, hijo, y del notable operador cinematográfico, Don Enrique Díaz y de su inteligente y simpático auxiliar. En el automóvil al servicio de Abasto de Obra salimos de esta ciudad a las cuatro de la madrugada; llegamos a la represa poco después de la seis, y a poco de hacer allí un alto y recorrer el túnel, emprendimos la marcha a caballo por entre caminos infernales hacia los diversos saltos del río Hanabanilla, a donde llegaron después de las nueve de la mañana, habiéndonos servido de habilísimo y atento guía el Sr. Aguirre, a quien debemos la oportunidad de hacer un gran paseo delicioso y haber conocido las maravillas de la naturaleza que ante nuestra admirada vista desfilaron durante un paseo que abarcó entre ida y vuelta unas veinticuatro leguas.(La Correspondencia, 29 de 1912).

El cineasta es cautivado por el paisaje sureño y filma dos rollos de extenso metraje; uno con vistas de los dos saltos principales y el otro con imágenes del más alto de todos los que fluían. Tiene el propósito de grabar la represa, los tanques y la casa de bombas, pero el tiempo no se lo permite. A las 12:00 del día almuerza en casa de Aguirre y su familia y a las 3:00 de la tarde ya ha regresado a la ciudad. Tan solo logra recoger los iconos del parque Martí: la estatua dedicada al Apóstol, el Palacio de Gobierno, la Iglesia de la Catedral, el teatro Tomás Terry y el viejo Liceo. Tiene necesidad urgente de embarcarse ese mismo día, para amanecer en La Habana. En menos de doce horas, edita Cienfuegos progresista.

La prensa local y los públicos estuvieron al tanto de la visita de Díaz Quesada, que promueve todo un debate relacionado con los progresos reales de la ciudad. El periodista Carlos Canto (Catón) publica entonces un artículo de interesante contenido, en el que pone en tela de juicio el sistema institucional.

“Ustedes saben que, con motivo de las fiestas celebradas en honor de la Reina de la Belleza y de sus damas no menos bellas, ha venido a Cienfuegos el inteligente operador cinematográfico Sr. Díaz, con objeto de tomar algunas vistas que serán pronto exhibidas en algún teatro local y en los del resto de la República.Pero tal vez ignoren ustedes, y por eso permito decírselo, que los desocupados y eternos descontentos hacen maliciosos comentarios y aprovechan esa ocasión para arrancarles la tira al Sr. Alcalde, y la mayoría del Ayuntamientocuya opinión es naturalmente la que prevalece, y el aplaudido departamento de Sanidad Local”.

El comentario crítico de Catón provocó no pocas reacciones entre los sureños. Es la primera vez que se exige a un cineasta cierta responsabilidad ética; concebir obras que reflejen la contradictoria realidad y no la que se esfuerzan por inventarse los políticos. Esta postura le fue frecuentemente reprochada al cineasta, quien impostaba cierta neutralidad. Esa noche del 15 de agosto de 2012 se estrena en el “Luisa”, Cienfuegos Progresista. Pese a la lluvia, fue un suceso de taquilla y los agentes del coliseo tuvieron que reprisarla hasta el 24 de ese mes. El cronista Enrique Gay Galvó afirma en El Comercio del 17 de octubre:

Cienfuegos Progresista es una película bastante buena, pero ha sido hecha con mucha precipitación, por lo que faltan algunos detalles y algunas partes quedaron oscuras. Esto no quiere decir que toda ella no esté confusa. La vista del Hanabanilla no puede superarla ningún otro artista cinematográfico. El señor Enrique Díaz ha presentado el preciso espectáculo con claridad, belleza y realidad admirables. En los paisajes de la bahía también hay arte y verdad. Por eso sólo merece felicitaciones el operador cubano”.

Seguramente la premura con que asumió este encargo no le permitió una fotografía bien emplazada para captar la luz cubana, que es difícil de manipular por su intensidad y reverberación. Díaz Quesada filmaba insistentemente y apenas tenía tiempo para las correcciones.

El Parque Martí fue una de las locaciones captadas por Enrique Díaz Quesada para el tercer corto producido en Cienfuegos.

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

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