Che, a sus 95, en el panteón de los eternos
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El 14 de junio de 1928 nació en Rosario, Argentina, un hombre profundamente humanista, revolucionario y antimperialista, destinado a cambiar para siempre la historia universal. Ese hombre fue Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che.
Seguramente no pensaron sus padres, Ernesto y Celia, que el primogénito que habían concebido se convertiría al crecer en una figura legendaria, dotada del halo de grandeza que rodea a los encargados de transformar positivamente el destino de millones de personas.
El Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, amigo y compañero suyo de mil batallas, expresó de él lo siguiente: “Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas; él descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria”.
El Guerrillero Heroico luchó siempre por hacer del mundo un lugar mejor: ese era su sino. Para alcanzarlo, no le importó que el asma que le atacaba hasta casi ahogarlo empeorara; y resistió todas las tentaciones de llevar una existencia apacible, incluida la más poderosa a la que puede enfrentarse un ser humano: la de estar junto a sus seres queridos.
Y es que el Che pertenece al panteón de los más grandes, de los eternos. La vil ejecución que sufrió en La Higuera solo hizo crecer aún más -si algo así es posible -su legado; el mismo, que sigue intacto este 14 de junio de 2023, fecha en la cual cumpliría 95 años.
Tal aniversario, lo celebrarán la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y sus sindicatos en todo el país. “Como el Che” es el lema central que preside la conmemoración en cada colectivo laboral y de manera especial en aquellos que lleven su nombre. Su sentido patriótico, valentía, humildad, consagración, lealtad a Fidel en cualquier circunstancia, su intensa labor en la dirección y defensa de la Revolución junto a su vocación solidaria e internacionalista, estarán presentes durante la jornada que se extenderá hasta noviembre.
También el 14 de junio, pero de 1845, vino al mundo Antonio Maceo, figura imprescindible de la nación cubana. El Titán de Bronce fue un jefe de elevado prestigio, guerrero incansable y maestro en el empleo de la táctica militar. Intervino en más de 600 acciones combativas, entre las que se cuentan 200 de gran envergadura. Las 26 cicatrices de guerra que marcaban su cuerpo le hacían ver como alguien sobrehumano, único e irrepetible.
El epíteto por el que es recordado lo adquirió en honor al ímpetu y bravura con que enfrentó al enemigo, por su talla como hombre integral. Protagonista de hechos que ayudaron a forjar la identidad nacional, como la Protesta de Baraguá, en Maceo están reunidos todos los valores que nos representan como cubanos.
Él y el Che, como bien expresara el presidente Díaz-Canel, están “unidos por la historia, el coraje, la dignidad, la pelea por la justicia, la radicalidad, el antimperialismo, Cuba, la Patria Grande. Sus ejemplares vidas nos inspiran siempre”.
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