Aymara Elena y la inigualable responsabilidad de ser juez

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Quizás crecer conociendo que su abuelo materno fungió como secretario judicial en el Tribunal Municipal de Placetas, en Villa Clara, la inclinó definitivamente hacia la jurisprudencia.

Son 31 años de labor ininterrumpida en el ámbito judicial y al preguntarle qué ha significado en su vida, no duda en responder: “(…) ser juez para mí es una función suprema, inigualable; que no tiene comparación con ninguna otra porque aquí se dirimen cuestiones muy importantes, la vida de las personas, bienes importantes; derechos de las personas tanto laborales, civiles como familiares. En definitiva, es algo muy importante, es imprescindible para mí estar aquí, en el tribunal; forma parte de mi vida”.

Aymara Elena Hernández García es jueza profesional titular de la sala primera de lo penal del Tribunal Provincial Popular de Cienfuegos y se encarga de supervisar la actividad judicial; pero tiene muy claro su recorrido hasta aquí.

“Me gradué en 1991 en la Universidad Central de Las Villas y entonces vine a cumplir el servicio social aquí en la provincia de Cienfuegos, pero en el bufete colectivo que fue la ubicación que me dieron. Transcurridos los tres meses de mis inicios como abogada empecé en el trabajo del Tribunal, ante un llamado que hizo la máxima dirección del país.

“Empecé en la sala primera de lo penal. Recién graduada; imagínese sin experiencia prácticamente. Pero bueno, comencé mi labor que también me llevó a Aguada de Pasajeros, primero como jueza y también como presidenta del Tribunal Municipal y de la sala cuarta de lo penal, creada por ese entonces en ese territorio. Hacia el 2001 volví al Tribunal Provincial donde aún permanezco”.

Se enorgullece Aymara de sus positivos resultados tanto en Aguada como en su actual ubicación laboral y sabe muy bien los rasgos distintivos de un juez, encargado de impartir justicia en nombre del pueblo de Cuba. La convido a compartirlos.

“Un juez debe ser, primeramente, leal a los principios de la Revolución, debe ser humano, capaz de dirimir un conflicto y decir a quién le asiste la razón y a quién no. Lo debe caracterizar la mesura y la ética; y en modo alguno estar alejado de las cuestiones que suceden en la realidad tanto a nivel nacional como internacional para poder impartir justicia que es nuestra labor suprema.  La superación ha de ser constante”.

Y esa superación, le ha posibilitado a Aymara estar presente, de manera activa, en los principales procesos que ha vivido Cuba como parte de la amplia reforma judicial y procesal que se lleva a cabo.

“En lo personal participé en la consulta popular del anteproyecto del Código de las Familias y eso para mí resultó muy importante porque, aun cuando yo no ejerzo la materia familiar, impregnó mucho en mi porque permitió que yo pudiera, en definitiva, ahondar en conocimiento en cuanto a esa materia y trasmitírselo a la población para que entendiera porque era necesaria su modificación. Las demás leyes aprobadas, vinculadas al ámbito judicial igualmente son vitales. Es una reforma que se hacía necesaria en el país y nosotros contribuimos a su cumplimiento desde los propios actos que realizamos, con las sentencias que dictamos, con las demás resoluciones que dictamos.

“Ahora mismo en la función que yo estoy realizando, en atención a la población, explico a las personas cuáles son las modificaciones de las leyes, en qué los favorece, cómo deben proceder y cuáles derechos les asisten tanto en condiciones de víctimas, de familiares de acusados o en esa condición.

Tras esa larga y fructífera trayectoria Aymara, como suelen llamarla sus compañeros, sabe que tiene una retaguardia segura, siempre al pendiente, siempre apoyándola: la familia de procedencia y la propia (dos hijos y esposo).

” Procedo de una familia de trabajadores que siempre inculcaron en mí esos valores humanistas, de colaboración, revolucionarios y creo que el bichito este de la justicia viene ya por sangre, porque mi abuelo paterno fue secretario judicial del tribunal municipal de Placetas. Yo recuerdo cuando estuve en práctica en Villa Clara que pude ver libros donde estaba la firma de mi abuelo como secretario judicial y aquello me fue emocionando y yo creo que eso contribuyó, un poco, a que yo decidiera por el Derecho.

“Mis padres siempre me apoyaron en todo y luego de tener mi familia también he recibido el apoyo de ellos y de otros familiares, aunque no estén tan cerca”.

¿Cómo define Aymara Elena a la impartición de justicia en Cuba?

“La impartición de justicia en nuestro país es garantista, a diferencia de la de otros países porque aquí en Cuba no se olvida la justicia, no se olvida de nada; ni de las víctimas, ni de los acusados, ni de los derechos que tienen cada uno de ellos y mucho más ahora en estas condiciones en que se han dictado todas estas leyes que son sumamente garantistas para las partes del proceso.

Es una plena justicia, una verdadera justicia -que ojalá que todos los países del mundo fueran así- porque aquí la justicia es pronta, efectiva, transparente, eso es lo que determina la justicia aquí en Cuba”.

Y con esa certeza me despido de Aymara Elena Hernández García, jueza profesional titular de la sala primera de lo penal del Tribunal Provincial Popular de Cienfuegos, quien a lo largo de más de tres décadas ha fertilizado, desde su quehacer, el cincuentenario camino del sistema de tribunales.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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