Así minimiza Occidente los avances del programa espacial chino

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Con mucha alharaca internacional sobre la caída de los restos del cohete Long March 5B, más que sobre la conclusión de los trabajos de montaje de la estación espacial en órbita, China sigue avanzando a toda marcha en su programa espacial.

Desde el pasado miércoles, medios de todo el mundo han hecho eco a la avalancha de noticias acerca de la reentrada a la atmósfera de la etapa del cohete propulsor que puso en órbita el módulo experimental Mengtian. Una manera bien suspicaz de restarle “foco” al verdadero acontecimiento.

Y es que en poco más de un año y medio el gigante asiático ha puesto casi a punto su Palacio Celestial, significado de Tiangong, la denominación de la estación orbital china de investigación, que marca un hito en la carrera espacial de Pekín.

El hecho ocurre en momentos en que la Estación Espacial Internacional, administrada por la NASA estadounidense, comienza a declinar luego de más de 20 años orbitando la Tierra. Expertos afirman que podría acabar su vida útil a finales de esta década.

Ello supone una suma a las inquietudes de Washington, que mira con ojos torvos el impetuoso desarrollo tecnológico del gigante asiático.

Voluntad de gobierno

Bai Linhou, diseñador jefe adjunto de la Academia China de Tecnología de naves espaciales, explica que la hazaña tecnológica es la evidencia directa de la gran fuerza nacional integral de China.

“Sería casi imposible para cualquier país construir una estación espacial en la órbita cercana a la Tierra sin el apoyo de un fuerte poder nacional”, dijo.

Por su parte, Pang Zhihao, un experto espacial, asegura que la finalización de una estación propia marca un evento histórico, no solo para la tecnología espacial tripulada sino también para el campo del espacio.

“China, después de la URSS/Rusia y de EEUU, se convertirá en el tercer país en lograr la hazaña y, lo que es más importante, la tecnología de nuestra estación espacial es muy avanzada”, elogió Pang.

Significa que, en un contexto que le es bien favorable, China ha construido una plataforma capaz de albergar una gran cantidad de experimentos científicos en órbita y acomodar a los astronautas con mejores condiciones de vida y de trabajo, afirma Mariel Borowitz, profesora asociada de la Escuela de Asuntos Internacionales Sam Nunn, del Instituto de Tecnología de Georgia, Atlanta.

“El valor final de la estación china también dependerá de la medida en que se pueda aprovechar para realizar investigaciones científicas, así como de la medida en que China pueda permitir la participación internacional en esta nueva plataforma”, dijo la experta estadounidense.

Bienvenida la cooperación

Apartada desde 2011 del programa en la Estación Espacial Internacional por el veto estadounidense, China devuelve el gesto envuelto en guante de seda.

“La Estación Espacial de China siempre será una plataforma abierta para la cooperación global”, dijo el diseñador jefe, quien complementó: “Las naves espaciales extranjeras o las cargas útiles experimentales, siempre que cumplan con nuestros estándares (…), son bienvenidos a subir a bordo”.

Módulo de laboratorio de Mengtian /Foto: Cortesía de la Academia de Tecnología de Naves Espaciales de Shanghái

El ensamblaje del laboratorio espacial chino comenzó en abril de 2021, cuando fue puesto en órbita el primer módulo, con la parte central y principal de la terminal, llamada Tianhe.

La última de sus tres secciones modulares, el laboratorio Mengtian (“Soñando con el paraíso”), concluyó el martes su acoplamiento, después del exitoso lanzamiento desde la base de Wenchang, en la isla de Hainan, en el extremo sur del país.

Admitirá hasta tres personas en tareas de investigación, y ha sido equipado con los más avanzados medios para experimentos en los campos de microgravedad, física de los fluidos, combustión y ciencia de los materiales y tecnologías espaciales.

Mengtian llevó a bordo también el primer conjunto de relojes atómicos fríos que, de acuerdo con Zhang Wei, director del Centro de Desarrollo de Tecnología e Ingeniería del espacio de la Academia de Ciencias de China, “formarán el sistema de tiempo y frecuencia más preciso que se haya instalado jamás en el espacio”.

No hay peor mentiroso

La construcción exitosa y puesta a punto de su propia estación espacial consolida el status de China como potencia espacial, sienta las bases para futuras misiones de exploración del espacio profundo y conforma el panorama del poder espacial global con Estados Unidos, China y Rusia a la cabeza.

Pero más que todo eso importa darle fuelle a la historia de los restos del cohete Long March 5B, que este viernes cayeron en el océano Pacífico tras entrar en la atmósfera, y machacan e insisten en que “de manera no controlada”.

El evento de reentrada, rastreado minuciosamente por las autoridades estadounidenses y europeas, fue leit motiv de sinnúmero de historias, aunque pocas se dignaron a dar crédito a la Agencia Espacial Tripulada de China, cuyos especialistas publicaron con regularidad las actualizaciones de los datos orbitales de la etapa del cohete. (Resumen)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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