Ariel Uriarte Méndez: Desvelos y angustias por los niños, una profesión de compromiso
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Ariel Uriarte Méndez resulta un interlocutor estupendo, cubano de Cienfuegos, es de esas personas con las que se puede conversar por largas horas, y aprender de sus experiencias. Inteligente, sagaz, investigador insaciable. Al sorprenderme por escuchar su apellido poco común, me cuenta que es de origen vasco. Se desempeña en el ámbito de la Medicina, graduado en 1996 le fue otorgada por vía directa la especialidad de Pediatría, de la que se recibió en I Grado, y más adelante obtuvo el II Grado en Medicina Intensiva y Emergencias, con perfil pediátrico.
El Dr. Uriarte es el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Paquito González Cueto (HPU) en Cienfuegos, un área sobrecogedora desde lo humano, donde la vida de cada niño que allí permanece, es un combate del personal de salud, de todas las horas y minutos.
“La Terapia Intensiva tiene características sui generis; allí permanecen los pacientes complejos, quienes tienen riesgo de desarrollar enfermedades más graves; con una gran ‘carga’ de sensibilidad y hasta administrativa, porque cuando hay un niño grave, todo el sistema de Salud se pone en función de eso, y ello repercute sobre los médicos, y ejerce cierta presión al equipo”, comenta.
El team que dirige, y del que forma parte como un especialista más, está integrado por diez médicos y 40 enfermeros, área que funciona, además, cómo unidad docente, porque el Hospital Pediátrico es universitario, donde se forma el futuro relevo de especialistas, enfermeros y técnicos.
Y continúa el diálogo, esta vez responde una interrogante necesaria, ¿cómo funcionan las relaciones con los familiares de los pequeños a la hora de informar sobre el estado médico, evolución, y hasta de cómo trasmitir la noticia más difícil?
Las enfermedades, aunque se haga lo correcto, no siempre evolucionan hacia lo favorable; por eso en la relación con la familia a la hora de informar el estado del paciente, a veces resulta un momento muy difícil. Pero la vida es lo primero para este equipo de la Terapia, porque nada es más reconfortante que comunicar a los padres y familiares que el niño se recupera.
“Al relacionarnos con la familia afloran muchas emociones, porque el solo hecho de saber que trasladan a su pequeño para nuestros servicios, produce angustia y preocupación, lloran, atraviesan una crisis, y en ese mismo instante debemos comunicarles sobre el estado y decirles que puede morir. Todo el Hospital se pone de inmediato en función de esos casos, como en todos, pero con mayor énfasis en los graves. Los padres reaccionan de muchas maneras y ahí juega un importante papel el médico, y somos muy cautelosos en ese aspecto.
“Nuestra cultura, y las influencias de la religión, influyen, muchas veces quieren realizar rituales, y pasa con frecuencia, y a esa hora la Sala deviene en un escenario complejo. Pero cada paciente es un reto, porque todas las enfermedades tienen un comportamiento diferente, por eso discutimos los casos, volvemos a la literatura científica, investigamos, hacemos equipo, incluso con especialistas de otras partes, del PAMI.
“Un intensivista debe tomar decisiones rápidas y certeras, no puede haber margen al error, se trata de la vida de un niño, y resulta una profesión difícil y comprometida”, abunda el Dr. Ariel Uriarte, y un brillo especial asoma a sus claros ojos de médico experimentado y sensible.
Al llegar a casa, también un entorno signado por la salud, su esposa es médico, la Dra. Yagén Pomares Pérez, en estos momentos directora del Hospital Provincial, colmada de responsabilidades, y una hija adolescente; el Dr. Ariel trata de descansar para su siguiente jornada, pero nunca se desconecta de los casos que dejó en la Sala. Cuenta que en ocasiones cocina, prefiere preparar el pescado y disfrutarlo con los suyos, pero siempre piensa en mañana y se mantiene pendiente de la evolución de los pequeños, atento al teléfono.
Al final, la pregunta que no falta en tiempos de epidemia, y tiene que ver con las enfermedades respiratorias, sobre el tema comenta: “Las medidas de protección ante la covid-19 han hecho disminuir las patologías de esta etiología en los niños, bronquiolitis, neumonías graves, entre otras, que son la primera causa de ingreso en las unidades de cuidados intensivos; de tal modo, la educación en salud ha resultado positiva.
Estamos preparados para hacer todo lo posible por curar a los niños, y salvarlos, y puedan tener calidad de vida al reintegrarse a su familia; no importan las angustias, el esfuerzo y desvelo de nuestro personal, que siempre tengan esa confianza los padres cuando sus hijos trasponen la puerta de la ‘Terapia’”.
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Excelente colectivo con excelentes resultados a lo largo de más de dos décadas y liderado por el Dr. Ariel. Felicidades a todos.
El personal que allí labora deberían siempre ponerlos en MAYUSCULAS, excelentes profesionales, el Dr. Ariel….ÚNICO, nuestra familia tuvo una experiencia con un bebé de solo 9 meses que pasado 2 años aún nos duele, gracias a todo ese equipo de profesionales que allí laboran, lograron despues de largos días traernos un poquito de tranquilidad y esperanza, esa, que en ocasiones perdimos, fueron momentos muy duros, pero ellos no descansaron, el personal de enfermeria, no hay existen palabras para su dedicación, perseverancia, no dejaron que mi niño fuera un angelito que se fuera al cielo, sino que hoy pueda estar aqui con nosotros, es necesario que esos heroes de batas blancas que a veces están en el anonimato se den a conocer porque son merecedores de que el mundo los conozca, YO en particular le estaré ETERNAMENTE agradecida por los cuidados con el BEBÉ DE COMPOTA como allí lo apodaron cariñosamente. Díos no me hiso madre, pero soy la Madrina de ese bebé que ellos cuidaron, medicaron y salvaron……….eso Magalys dime sino hay que escribirlo en MAYUSCULAS. GRACIAS Dios los bendiga siempre.
Gracias por leernos y comentar, cada una de las personas que trabajan en ese Hospital, en esa Sala, merece reconocimiento; porque se trata de un trabajo único, el de sanar, curar y salvar a nuestros niños, nunca será suficiente el encomio, gracias otra vez, cuídese y cuiden mucho de ese bebé compota, porque ellos son la esperanza del mundo
El doctor Ariel es mi amigo. No por este hecho, expreso mi más sincero reconocimiento y agradecimiento por su magnífico desempeño y cuidado de los niños Cienfuegueros. Saludos hermano!
El Dr. Ariel lo merece, y todo su equipo, gracias por leernos y comentar