¿Apagón a los apagones?

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 38 segundos

El que va rumbo al adiós esta jornada fue un año difícil para la familia cubana, debido a diversas problemáticas; pero, a no dudarlo, la de los apagones resultó la más perjudicial, en todos los órdenes.

Agosto a noviembre, período difícil donde los hubo, comprendió escenarios de cortes eléctricos de ocho y hasta de doce horas. Transcurrieron momentos cuando resultaba casi imposible planificar cualquier acción dentro de casa, porque la falta de energía eléctrica impedía el más mínimo movimiento.

La etapa afectó, también, emocionalmente y algunas personas expresaron su suerte de catarsis en las redes sociales, donde el enemigo convirtió el tema en uno de sus ruteros estratégicos.

La orden de ataque consistió en rentabilizar el descontento, manipular o exacerbar la magnitud de incidentes aislados y atizar los pretendidos desbordes emocionales que motivasen ese por ellos tan buscado estallido social.

Con la colaboración de algunos cubanos de dentro del país, a quienes la situación los superó y no lograron controlar sus impulsos en Facebook ni tampoco tuvieron confianza en la prometida superación del escollo, a lo largo de estos cincos últimos álgidos meses –fundamentalmente– la red de Zuckerberg inundó sus algoritmos de lágrimas, tremendismo, incitación al caos, absurdos ultimátums y soflamas destinadas a descreer del gobierno.

Nunca quiso el gobierno que nadie sufriera ni se viese dañado de algún modo por causa de las interrupciones eléctricas, como intenta confundir el enemigo. ¿Quién ganaría algo con eso? Intentar implantar esa percepción es burlarse de la educación del pueblo cubano, como sucede con otras tantas líneas de mensaje. Se trabajó y trabaja con la intencionalidad y constancia que, desde mi opinión personal, difícilmente otro gabinete de este mundo posea para revertir de forma progresiva la situación. Ya se advierten los primeros resultados.

Desde hace justo un mes —en consonancia con cuanto venía pronosticando la dirección del país para diciembre—, la situación del déficit energético mejoró de forma exponencial.

Así, los cortes solo ocurrieron, por muy breve espacio, durante el horario pico, a lo largo de la primera quincena de diciembre principalmente. El segmento diurno y  la madrugada no han tenido interrupciones en todo el mes.

La mejoría tampoco sale de la nada. La prensa cubana ha dado a conocer, de forma puntual, cada paso dado en dicha dirección, cuya más reciente muestra la constituyó la reciente gira presidencial por cuatro naciones claves de Eurasia y África, pero que incluyen además la recuperación de capacidades en la generación térmica a partir de un quehacer sostenido con muchas horas de esfuerzo de los trabajadores del sector, el incremento de la disponibilidad de los motores de fueloil y diésel, la rehabilitación de los emplazamientos de motores, explotación de centrales flotantes y búsqueda de más fuentes alternativas de energía.

En este mes sin apagones las calles de Cuba parecen otras. Y no únicamente por la iluminación. La música retornó a las cuadras. El ruido de fondo de la cotidianidad es más vital, agradable y parecido a lo que siempre fue.

Dentro de las casas se advierte mayor distensión. La mujer, responsabilizada todavía por nuestra herencia patriarcal con gran parte de las dinámicas hogareñas, siente muchísimo menos el peso, el inmenso estrés que la acompañó gran parte de 2022.

La pregunta que se hacen muchos es la siguiente: ¿el buen momento continuará o solo será eso: un momento? Al margen de que todavía no existen todas las condiciones necesarias para que los apagones se extingan completamente, en ese rumbo vamos. Por eso, ojalá no me confunda, pero me parece que el atravesado ahora será algo más que otro buen momento.

Aunque era el tema-estrella las 24 horas, sin embargo ahora, en medio de la bonanza, ninguna plataforma mediática enemiga alaba el hecho de que esos cubanos por quienes sus editores y periodistas se preocupaban tanto posean corriente todo el día y la noche.

Tampoco son visibles las apreciaciones favorables de influencers anticubanos o los quejosos habituales de Facebook, de acá o allá.

Ni unos ni otros se han pronunciado nunca sobre los años de apagones en Puerto Rico, colonia estadounidense cuya distribución energética es controlada por una empresa yanqui.

Tampoco se refieren, por ejemplo, a la noticia de la planificación de apagones a partir de enero en Francia, la sexta economía mundial; ni a la subida exponencial del precio de la electricidad en Europa, pero también en los Estados Unidos, donde ya anunciaron incrementos notables para 2023.

No, porque no se les paga para eso.

Pero, al fin, se dieron con la puerta en las narices. Contrario a todo cuanto maldijeron, Cuba llega al aniversario 65 del triunfo de la Revolución con el foco prendido. Literalmente, y no solo dentro del hogar.

Visitas: 1

Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *