A río revuelto…

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De todo hemos visto durante los casi 430 días que nos ha azotado la Covid-19, en cuanto a tipologías de individuos inescrupulosos, especuladores y acaparadores. En este sentido, jamás se había practicado mejor lo de “a río revuelto ganancia de pescadores”, hasta llegar al punto en el que estos últimos no se conforman con los peces; quieren convertirse a toda costa en corsarios de la peor calaña.

En sus barcos piratas navegan hoy por Cienfuegos muchos taxistas, maquinistas o boteros —como quiera llamárseles—, quienes han visto en la “exigua” circulación de personas una manera de enriquecerse como nunca antes. Advertido, no se asombre cuando se haya montado en el pueblo de Cruces, con el interés de llegar pronto a la ciudad de Cienfuegos, y el conductor le diga: “Son 100 pesos por persona, pipo”.

Bájese enseguida. Llame a quien tenga que llamar, pero no regale su dinero a ese hampón. Incluso, ante la imposibilidad de denunciarlo, dígale sin pena una blasfemia y tal vez se haga el ofendido, o quizás luego le pese en la conciencia semejante robo y transgresión de precios.

Este asunto en la provincia peina canas, pero tiene un claro antecedente en 2019, cuando los salarios en el país se incrementaron notablemente.

De 20 pesos que costaban las máquinas desde el mencionado municipio, “saltaron” de la noche al día hasta los 30 CUP. Y así, como en un cachumbambé que solo se eleva por uno de los costados, llegamos a 2021 pagando entre 50 y 100 pesos.

Hace un año, leímos también en este semanario diversas opiniones sobre estafas y estafados, sobre todo en el trabajo Transportistas privados entre el parche y la gotera, en el que aparecía un usuario alegando: “Par de veces a la semana utilizo esta alternativa de transporte para viajar a Santa Clara (ida y regreso). Y los precios estarán topados, pero solo en resoluciones. En horarios de la tarde, hemos tenido que pagar, incluso, 100.00 CUP por persona. Hasta que la multa impuesta no desmotive la ilegalidad, seguiremos en las mismas”, expresa.

Triste el caso, si analizamos que en aquel entonces, al menos, se podía salir de la provincia y el tramo, en efecto, era más largo. Pero más amargo resulta recordar las palabras de la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss en diciembre de 2019, cuando afirmada en el programa televisivo Mesa Redonda: “Nadie que ponga precios especulativos y abusivos puede justificarlo, porque le estemos cobrando más a su familia o a él mismo por las gratuidades que forman parte de las conquistas, que son derechos constitucionales en nuestra población”. A lo que hoy Weiss añadiría: Ni la escasez de combustible, ni la insuficiencia de personal o el reducido número de personas en las piqueras al retornar; ni la chapistería, las gomas, las llantas, tuercas o lo que sea, justificará la triplicación del precio a los pasajes dentro del territorio —para variar—en tiempos de pandemia; cuando algunos tenemos que movernos por necesidad.

Haya Covid o no, restricciones o no de movimiento, esos maquinistas continúan circulando, y lo que estipula la ley emitida por la Dirección Provincial de Transporte en Cienfuegos desde el mes de enero, son 35 CUP, desde Cruces hasta la cabecera provincial. Ni más ni menos.

Empero, si las autoridades, específicamente los funcionarios de la Dirección Integral de Supervisión y Control (DISC) en la región centro sur no meten desde ya sus manos en el asunto, los boteros seguirán izando la bandera con la calavera, a costilla de un pueblo que sufre cotidianamente el abuso de un puñado de indolentes.

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