Nonín, en el olvido y sin alfanje (+Fotos)
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Este mes se cumplen 126 años de la escaramuza donde perdió la vida el general dominicano Juan Dionisio Gil (1854-1899), a manos de la policía durante una reyerta desafortunada en la intersección de las calles Gacel y Hernán Cortés. Justamente allí, se erige un “homenaje de gratitud” al valeroso combatiente de la causa libertaria cubana, conocido por todos como el Panteón de Gil, que recuerda a su vez la excesiva violencia policial que imperaba acá, a pocos años de culminada la guerra, en los años de intervención norteamericana en Cuba.

Dicen que se vieron colgadas de las casas emblemas de color negro en señal de duelo y profundo respeto. Luego fue ese mismo respetable pueblo quien aunó esfuerzos para levantar el pedestal y la escultura en bronce de Nonín (como también cariñosamente lo conocían), gracias al trabajo del artista José Villalta de Saavedra, autor, entre otras, de la primera efigie dedicada al Apóstol José Martí, localizada en el Parque Central de La Habana.

Más de un siglo ha pasado y Gil parece haber caído en el olvido y la desdicha. Las últimas denuncias de vandalismo hacia la memoria de su figura aparecieron en la prensa en 2016: de la noche a la mañana habían dejado sin alfanje al general, y aún hoy día persiste su ausencia. A ello se suma el visible deterioro del poliedro que sostiene a la figura de metal, la permanente basura circundante y la fractura de los mementos dedicados al héroe.


¿Así es como queremos los cienfuegueros evocar a este prócer, paisano de Gómez, admirado por Maceo y pilar insoslayable dentro de la Guerra Necesaria organizada por Martí?
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