La Patria enaltecida por su cultura
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En Cuba, la cultura está indisolublemente unida a la Patria; asidero que nos afirma como nación soberana e independiente.
Nuestra Cultura es una variedad de elementos, entre ellos el patriotismo y la rebeldía, que nos distingue en cualquier parte del mundo. No en vano, es el 20 de octubre la fecha señalada como el Día de la Cultura Cubana.
Justo ese momento, de 1868, apenas unos pocos días de haberse iniciado las gestas por la independencia de Cuba, en La Demajagua, con Carlos Manuel de Céspedes al frente, se entona por vez primera el Himno Nacional, el cual debemos a Perucho Figueredo.
Han transcurrido 157 años y esa marcha vibrante nos sigue convocando al combate desde trincheras de ideas, pero además en la economía y en el ámbito social del país. Desde el arte también salimos en defensa de lo que es identidad y raigambre de la nación.
Este 2025, la Jornada por la Cultura Cubana ha tenido una denominación muy especial: “La cultura es la nación”, y ello nos permite aquilatar cuan trascendente es el ámbito cultural en su más amplia acepción. Por eso, no solo en Cienfuegos y en todo el país han tenido lugar disímiles actividades, sino que se han honrado a personalidades fundamentales del pensamiento cultural cubano; al tiempo que se rememoran momentos históricos que han delineado nuestro devenir.
Dedicatoria muy especial para el líder indiscutible de la Revolución, Fidel Castro Ruz, en el centenario de su natalicio y a Armando Hart Dávalos, intelectual clave en la articulación de la política cultural cubana. En cada territorio, se enaltecen a quienes con su pensamiento y actuar consecuente han dejado una huella perdurable. Tal es el caso de Felito Molina, en la Perla del Sur.
Ninguno de nosotros puede ser indiferente a la connotación del Día de la Cultura Cubana. Donde quiera que estemos, cuando suenen las notas vibrantes del Himno de Bayamo un hondo sentimiento de amor por Cuba ha de acompañarnos, como mismo ha sucedido a lo largo de la historia con quienes no han temido una muerte gloriosa, porque “morir por la Patria es vivir”.
Celebramos nuestra Cultura sí, pero también ha de imponerse la reflexión y el compromiso individual y colectivo de recordar y reverenciar las raíces que nos sustentan, el presente que transitamos y, sobre todo, saber vislumbrar lo que queremos.
Cuando apreciamos la cultura en su infinitud, insisto, tenemos total certeza de que, en efecto, ella es espada y escudo de la nación cubana.
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