Premian con el Nobel de Química el desarrollo de estructuras metal-orgánicas
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 38 segundos
El Premio Nobel de Química 2025 fue otorgado este miércoles a tres científicos por una innovación que podría cambiar la manera en que enfrentamos problemas ambientales y tecnológicos. El japonés Susumu Kitagawa, el británico Richard Robson y el jordano Omar M. Yaghi fueron reconocidos por desarrollar las llamadas estructuras metal-orgánicas, también conocidas como MOF, por sus siglas en inglés.
LEA TAMBIÉN:
Tres científicos son reconocidos con el Nobel de Física por avances en experimentos cuánticos
Estas estructuras son materiales formados por átomos metálicos unidos a compuestos orgánicos. Lo que los hace especiales es que, al unirse, crean una especie de red con espacios vacíos en su interior, como si fueran esponjas a nivel microscópico. Esos huecos permiten que otras moléculas entren, se almacenen o sean filtradas, según cómo se haya diseñado la estructura.
Gracias a esta propiedad, los MOF tienen una gran variedad de usos posibles. Algunos se han empleado para captar agua directamente del aire, lo que es útil en zonas donde hay escasez. Otros se utilizan para capturar dióxido de carbono, el gas que más contribuye al calentamiento global, o para almacenar hidrógeno, un combustible alternativo más limpio que los fósiles.
Además, existen estructuras metal-orgánicas capaces de purificar agua contaminada, atrapar gases tóxicos usados en la industria electrónica e incluso descomponer sustancias químicas peligrosas. Estas características los convierten en materiales muy prometedores para enfrentar desafíos como la contaminación, el acceso a recursos básicos o la transición energética.
Uno de los premiados, Omar Yaghi, logró crear un MOF especialmente estable y demostró que se podía modificar de forma precisa para adaptarlo a diferentes funciones. Esto abrió la puerta a diseñar materiales personalizados según el problema que se quiera resolver. Por su parte, Susumu Kitagawa fue el primero en demostrar que estos materiales podían ser flexibles y que los gases podían entrar y salir de ellos con facilidad.
La primera estructura metal-orgánica fue creada por Richard Robson en 1989. Lo hizo combinando átomos de cobre con una molécula orgánica que tenía varios “brazos”. Al unirse, formaron una red tridimensional parecida a un diamante, con cavidades regulares en su interior. Ese descubrimiento sentó las bases para todo lo que vino después.
Aunque la mayoría de las aplicaciones se han probado hasta ahora en laboratorios o en pequeña escala, muchas empresas están empezando a invertir en producir estos materiales a gran escala. Ya se utilizan, por ejemplo, para controlar gases peligrosos en la fabricación de componentes electrónicos o en sistemas que capturan gases contaminantes de fábricas.
La Real Academia de Ciencias de Suecia, que otorga el Nobel, destacó que las estructuras metal-orgánicas han ampliado el campo de acción de la química, permitiendo diseñar materiales con funciones específicas. Estas estructuras han pasado de ser una idea teórica a una herramienta práctica con gran potencial.
Visitas: 3