Una foto con Fidel

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Cienfuegos estaba en ebullición, se comentaba por las calles sobre la presencia de Fidel Castro en esta ciudad —primera visita realizada por el líder de la Revolución, una vez alcanzado el triunfo—, en la madrugada del 6 de enero de 1959, cuando este decide venir por unas pocas horas a la ciudad de los marinos sublevados, en deuda de gratitud, al frente de la Caravana de la Libertad.

Según sus propias palabras, pronunciadas en un multitudinario acto que se organizó frente al antiguo Ayuntamiento de la ciudad de Cienfuegos, actual sede de la Gobierno Provincial: “A Cienfuegos había que venir, aunque solo fuera para saludar a este pueblo e inclinarse reverente en tributo a los héroes del 5 de Septiembre”.

Reconocimiento a un territorio que había protagonizado las valientes acciones de 1957, calificadas por él cómo “(…) un aliento moral extraordinario para los combatientes de la Sierra Maestra…”.

Culminadas las actividades en el Distrito Naval del Sur —conocido popularmente como Cayo Loco— y en el Ayuntamiento, Fidel y sus acompañantes deciden visitar el ya famoso restaurante Covadonga —donde aún a altas horas de la noche— los atendió, entre sorprendida y sonriente, su propietaria, la emprendedora asturiana María Covadonga Llano González, invitándoles a degustar las dos preparaciones identitarias del emblemático lugar.

La paella valenciana y los camarones acaramelados, sus productos insignias, recibían al líder de la Revolución, junto a él se encontraban Aldana, Jorge Castro y Augusto Martínez Sánchez, así como los integrantes de la escolta, integrada por combatientes de la Columna 17, nombrada “Abel Santamaría”, formada expresamente por Raúl Castro, para tan estimulante y cuidadosa misión[1].

Aquel encuentro con María quedó grabado en el lente del fotógrafo cienfueguero José Álvarez (Pepito) —quien trabajaba en los laboratorios fotográficos La Madrileña, identificado plenamente con los principios de la naciente Revolución. A él se deben las instantáneas de la estancia de nuestro Comandante en Jefe en este restaurante y de la satisfacción de su propietaria por ofrecer los servicios de su instalación a tan ilustre cliente.

Este acontecimiento es de vital importancia, en tanto legó para la historia un testimonio gráfico de gran significación[2].

Años después, en entrevista realizada a María Teresa Llano Conde, sobrina de María Covadonga, nos comentó sobre las relaciones de su tía y con la Revolución Cubana, donde primó siempre el respeto mutuo, identificándose con sus asociaciones recién creadas, como los Comités de Defensa de la Revolución y sus principales dirigentes.

Los cienfuegueros visitan el lugar y son recibidos por la imagen que cuelga en el lobby, en la cual Fidel y María Covadonga se funden en un abrazo para darnos la bienvenida.


[1] Entrevista realizada al Coronel ® Alberto León Lima, integrante de la citada columna. La Habana 2015

[2] Chepe Rodríguez Teresita, Por un turismo diferente. Fidel y el Turismo en Cuba. Editora Política. La Habana 2013. Pág. 143-144

*El autor es Máster en Ciencias Históricas y colaborador del Periódico 5 de Septiembre

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