Fragmentos épicos: arte, memoria y emocionalidad

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Puedes mirar una foto durante una semana y nunca volver a pensar en ella. También puedes mirar la imagen por un segundo y pensar en ellas toda la vida.
Joan Miró

La fotografía es una de las disciplinas más ensalzadas por los públicos de las artes visuales. En ella se eterniza la existencia en un instante; el vigor de la realidad, intervenida por los cazadores de imágenes, se comparte de un modo casi único, toda vez que aquella se resignifica y en su impresión ofrece otras luces sobre quiénes somos y cuál es nuestro derrotero. La muestra itinerante Fragmentos épicos, antologada y promovida por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y el Ministerio de Cultura, acaso constata esa capacidad del arte fotográfico para instruir nuestra visión histórica, al tiempo que precipitar situaciones estéticas a través de los cuerpos expresivos de las artes visuales.

Sin lugar a dudas, es un privilegio ser testigo de un muestrario que supera los contenidos políticos (enmienda para los que rechazan estos perfiles, tildándolos de aburridos o retóricos). Fragmentos…tiene como leitmotiv el decurso de la revolución cubana, los momentos más álgidos o épicos de un proceso lleno de obstáculos, donde los líderes y ciudadanos tuvieron que asumir grandes desafíos, desde 1959 (si bien emergen algunas instantáneas precedentes) hasta 1982; aludimos a la Declaración de La Habana, las embestidas en Playa Girón, la crisis de los misiles, la lucha contra bandidos, la zafra de los 10 millones, las guerras de liberación en Angola…Empero, este sentido documental es consumado con pulsos estéticos de altos quilates, ora desde una perspectiva simbólica, ora reporteril.

Fragmentos épicos tiene como leitmotiv el decurso de la revolución cubana, los momentos más álgidos o épicos de un proceso lleno de obstáculos.
Fragmentos épicos tiene como leitmotiv el decurso de la revolución cubana, los momentos más álgidos o épicos de un proceso lleno de obstáculos.

Más allá de que los fotógrafos fueron partícipes en tanto reporteros de esos acontecimientos (y, por ende, existen una conexión emocional en primera persona), la muestra nos coloca ante un puro banquete visual, donde descuella la instantánea tradicional, esa que se precisa en un laboratorio (a diferencia de la digital, que permite tanta “perfección”) y exige cierta clarividencia y destreza del artista; igualmente, la atinada ejecución compositiva, la pulcritud de los planos y ángulos, eficacia de las relaciones entre la figura y el fondo, el control de la luminosidad e impacto del blanco y el negro, de los componentes dramáticos que inducen tales sucesos. Desde esta perspectiva, es una exposición que no decepciona y coteja que el arte y la política no suponen un divorcio.

Por demás, la antología nos descubre a nueve de los fotógrafos más importantes de la cultura cubana e internacional. A la cabeza de esta aventura gráfica aparece Alberto Díaz Gutiérrez (Korda) (La Habana, 1928-París, 2001), quien luego de una carrera exitosa como publicista muta los imaginarios y se convierte en uno de los fotógrafos de la Revolución. La imagen El Guerrillero heroico resulta lo mejor de su erario, también es uno de los iconos más reproducidos y figura entre las 100 instantáneas notorias del planeta. En la antología emergen otros momentos perpetuados por el artista, incluyendo fotos tomadas al adalid Fidel Castro y el propio Guevara.

Instantáneas concebidas por Raúl Corrales.
Instantáneas concebidas por Raúl Corrales.

En este rutero igual asoman: Raúl Corrales Fornos (Ciego de Ávila, 1925 -Ciudad de La Habana, 2006), uno de los más talentosos fotógrafos de la revista Bohemia y Carteles, otrora director de fotografía de la Agencia Publicitaria Siboney y por varios años fotorreportero acompañante de Fidel; similar, Premio Nacional de Artes Plásticas de 1996. Corrales destaca por la fuerza lírica de sus imágenes, el minimalismo, la plasticidad y tratamiento escultórico de la luz. Su texto visual El sueño (1959) también califica entre las 100 mejores instantáneas de la historia de la fotografía.

La antología nos descubre a nueve de los fotógrafos más importantes de la cultura cubana e internacional.
La antología nos descubre a nueve de los fotógrafos más importantes de la cultura cubana e internacional.

En este compendio nos emociona con valiosos relatos épicos, al estilo de Caballería y Movilización, en los que además de focalizar la efigie del artífice de la revolución cubana eterniza a los héroes cotidianos, notables muestras de densidad psicológica, humanismo y expresividad. Del mismo modo, debe mencionarse la inserción del pintor Osvaldo Salas (La Habana, 1914-1992), quien se coloca dentro del grupo de hacedores de la llamada “fotografía épica en Cuba”. Este graduado de la Escuela de Bellas Artes de San Alejandro era un excelente retratista, tal como revela en las instantáneas de Marilyn Monroe, Salvador Dalí, Elizabeth Taylor, Rocky Marciano y Celia Sánchez, imagen que se incluye en la antología, aunque se le encomia más por las escenas de la crisis de octubre de 1962.

Fotografías consumadas por Roberto Salas.
Fotografías consumadas por Roberto Salas.

No menos intensas son las obras de su hijo, Roberto Salas Merino (Nueva York, 1940), colaborador por 15 años del periódico neoyorquino El Imperial y corresponsal de guerra en Vietnam, todo un experto en el imaginario épico, al estilo de aquel icono donde el periodiquero vocifera la ruptura de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, aunque llega a ponderar los retratos de carismáticos líderes como Fidel y el Che, dos inspiraciones latentes en la exposición. Aquellas donde reposa el líder histórico sobre una hamaca y fuma un puro junto al guerrillero argentino (1965), respectivamente, resultan ejemplares por su espontaneidad y rigor psicológico.

A este grupo se anexan: Liborio Noval Barbera (La Habana, 1934-2012), Perfecto Romero (Villa Clara, 1936), Luis Antonio Pierce Byers (Manzanillo, 1912-Ciudad de La Habana, 1985), Ernesto Fernández Nogueras (La Habana, 1939) y José Agraz Solans (La Habana, 1909-1982), otros taumaturgos invaluables del lente.

Girón, instantánea de Ernesto Fernández Nogueras.
Girón, instantánea de Ernesto Fernández Nogueras.

Noval, otrora parte de la Agencia Publicitaria Siboney, logra colocarse en el periódico Revolución (1960-1965) y por 40 años en Granma (1965-2012). Este Premio Nacional de Periodismo José Martí posee un anchuroso repertorio de imágenes de los líderes cubanos y su revolución. De hecho, se le ha calificado como “el fotógrafo de Fidel”. Por su parte, Romero debuta en 1955 y años después labora como fotógrafo de guerra de la Columna 8 Ciro Redondo, comandada por el Che Guevara; con apenas 22 años comienza a detallar las acciones y prácticas de los combatientes en el Escambray, hasta que se produce el triunfo de la revolución. “Mi vida era hacer fotos y vender pan hasta que conocí al Che” -ha dicho el célebre fotorreportero, que insiste en que Fidel, Camilo y el Che eran pasmosamente fotogénicos y que la Revolución era épica, poética y estéticamente vivificante. A su vez, Luis Antonio Pierce Byers, conocido como Luis Korda (pues en 1954 funda con Díaz Gutiérrez los Estudios Korda en la antigua Lonja del Comercio de La Habana) o Hemingway, por su parecido al autor de El viejo y el mar, fue un gran sistematizador gráfico de los dirigentes cubanos y colaborador con Korda de las revistas Carteles y Bohemia; al tiempo que Fernández Nogueras, en los años 50 diseñador y dibujante de la revista Carteles y en la década de 1960 del periódico Revolución y Revista Cuba, adquiere celebridad por sus intensas fotografías del ataque a Playa Girón, la lucha contra bandidos en la zona del Escambray y la creación de las microbrigadas en Cuba. Este Premio Nacional de Artes Plásticas de 2011 fue el primer fotorreportero en arribar a la Ciénaga de Zapata el 17 de abril de 1961 y uno de los autores más prolíferos en la captación de imágenes dramáticas de la contienda. Varias de esas instantáneas matizan la colección de Fragmentos

La inauguración fue amenizada culturalmente por el Dúo Así son y la actriz Cary Macías.
La inauguración fue amenizada culturalmente por el Dúo Así son y la actriz Cary Macías.

Cierra la novena Agraz Solans, especialista en temas deportivos que ha sido considerado un innovador de la fotografía en esta disciplina; de facto, es pionero en la obtención de fotos de acción (1933). Aunque es mejor recordado por este perfil topicular, el artista ha legado una serie de imágenes capitales en la historia gráfica de la isla, como la entrada de Fidel a la capital cubana y los sucesos del sabotaje de La Coubre, entre otras laboreos como reportero. Los investigadores rememoran sus colaboraciones con el periódico Información y la revista Bohemia, así como el semanario deportivo Foto, que funda en 1933.

En una dimensión curatorial, la exposición fue consumada desde una positura cronológico-didáctica, favoreciendo la dialogía entre las diferentes épocas de la revolución y los conexos entre los líderes y su pueblo. Evitando las simetrías y a través de un enunciado supino, se organizaron o dispusieron las instantáneas atendiendo a una progresión dramática, por micro ciclos históricos.

En una dimensión curatorial, la exposición fue consumada desde una positura cronológico-didáctica, favoreciendo la dialogía entre las diferentes épocas de la revolución.
En una dimensión curatorial, la exposición fue consumada desde una positura cronológico-didáctica, favoreciendo la dialogía entre las diferentes épocas de la revolución.

Probablemente, ocasione extrañeza la presencia de la obra instalativa Constructivo, del caricaturista y dibujante Antonio Eligio Fernández (Tonel), que fuera presentada en la 55 Bienal de Arte Internacional de Venecia. Una pieza que acude al bloque como código simbólico sobre lo artesanal, ya utilizado en otras obras precedentes, a la manera de Mucho color (1992), Aquí se escucha una música del cuerpo (1994) y Bloqueo (1989), muchas de las cuales incluyó en el proyecto País deseado. Una inclusión forzada que decidimos acatar a duras penas (no como ejercicio museográfico sino proyectivo). La única explicación es que los gestores de la muestra lo utilizaran como cierre generacional; pero la solución es bastante incongruente, pues tuerce el protagonismo de la fotografía en tanto disciplina y poética. Si se trataba de concebir un paisaje de la historia de la revolución cubana la selección debió ser más poliédrica.

A todas luces, la fotografía cubana aún no tiene una adecuada visibilización, si bien posee no pocos maestros que la honran y engrandecen. Estas son imágenes que, parafraseando a Anne Geddes, han sido muchas veces vistas en documentales, ilustraciones de libros y hasta exposiciones, pero que han retenido su fuerza e impacto a través de los años. No pierda la oportunidad de visitar durante este verano la galería del boulevard sureño y descubrir el dominio de las imágenes. Vista hace fe.

Algunas son imágenes que, parafraseando a Anne Geddes, han sido muchas veces vistas, pero que han retenido su fuerza e impacto a través de los años.
Algunas son imágenes que, parafraseando a Anne Geddes, han sido muchas veces vistas, pero que han retenido su fuerza e impacto a través de los años.

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

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