2023: un año de lucha y de esperanzas

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En las condiciones actuales del país, es fundamental captar un mayor número de divisas, formalizando sus flujos de entrada al sistema financiero y estabilizar el tipo de cambio para todos, tanto personas naturales como jurídicas; de ahí, la importancia del mercado cambiario

Después de varios trimestres consecutivos de contracción económica y la caída en 2020, de casi el 11 %; de la pandemia de la COVID-19 y los desafíos que impuso; de la inflación y su impacto palpable en la capacidad de compra del salario de los cubanos; de las ineficiencias propias y la crisis económica internacional; que ahora se estime para el cierre de este año un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al 2 %, alienta y da señales de la ruta trazada.

Es cierto que los estimados quedan por debajo de lo proyectado (4 %), que el déficit de divisas sigue siendo la restricción principal de la economía para alcanzar los niveles de 2019 y que persiste la generación de mayor demanda con menor oferta y producciones; se trata de una realidad con la que vivimos día a día. Sin embargo, están puestas las cartas sobre la mesa para que 2023 sea mejor.

Ante tantas carencias y problemas no resueltos, ¿cómo llegar a esa aspiración?, ¿qué hacer para protagonizar las transformaciones tan necesarias y lograr que la economía cubana sea sostenible y próspera, incluso, en condiciones del bloqueo económico recrudecido?

«El 2023 tiene que ser un año de mucho trabajo, que se caracterice porque no haya trabas que no se puedan superar; porque el trabajo intenso e inteligente aplaste la burocracia, las trabas, el inmovilismo, la espera, y, por supuesto, se dé una lucha resuelta contra la corrupción y las ilegalidades».

Fue esta la indicación que diera Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, en el V Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, efectuado este mes de diciembre.

Reconoció, además, que las medidas adoptadas en meses recientes para resolver los graves problemas de insolvencia financiera y desabastecimiento, provocados por todos los factores enumerados no van a tener efecto a corto plazo, pero abren el camino a su solución. «Lo que no cabe es el freno, la insistencia en la práctica de fórmulas que no son funcionales».

Más que llegar a una respuesta definitiva o esperar una medida mágica que, por sí sola, resuelva todos los problemas y desequilibrios macroeconómicos que hoy enfrenta el país, 2022 ha sido un año intenso, de debate, de dar continuidad a los temas plasmados en el 8vo. Congreso del Partido, de analizar cómo diversificar mejor los actores económicos, reactivar las actividades productivas nacionales y lograr una mayor captación de divisas por exportaciones. Y muestra de ello es que la economía cubana sigue dando señales de recuperación.

En mayo pasado, al presentar a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) una síntesis de los resultados en el primer trimestre de este año, Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, señalaba que, si bien es insuficiente todavía, el impacto de las 63 medidas en la agricultura había favorecido una mayor presencia de viandas, hortalizas y otros productos en los mercados y contribuido a cierta estabilidad de los precios.

En su intervención, dio a conocer además la actualización de la Estrategia económico-social en la implementación de los Lineamientos para el periodo 2021-2026, y anunció la decisión de implementar, con gradualidad y selectividad, un esquema cambiario para la venta de moneda libremente convertible (MLC) a proveedores nacionales estatales y no estatales.

Esta medida tuvo su colofón apenas unos meses después, al establecerse una nueva tasa de cambio para la compra-venta de divisas por parte del Estado cubano.

Otra de las disposiciones contenidas en la estrategia fue estudiar con detalle todas las empresas con pérdidas, a fin de adoptar las disposiciones que correspondan, y establecer regulaciones que ordenen los tipos de bienes y servicios que las entidades nacionales pueden vender en el comercio electrónico en MLC.

Por otra parte, en el mes de julio –igual ante el Parlamento– se presentaron 75 medidas dirigidas a incrementar los ingresos en divisas, aumentar y diversificar las exportaciones, incorporar permanentemente los resultados de la ciencia y promover la innovación, entre otros aspectos. Algunas de estas decisiones fueron:

  • Impulsar las producciones nacionales, industriales y agropecuarias, para sustituir importaciones en el turismo.
  • Implementar un programa para la disminución gradual del déficit presupuestario y alcanzar el equilibrio financiero interno del país.
  • Redimensionar el sector presu-
  • puestado.
  • Perfeccionar la identificación y atención priorizada a las personas, familias, hogares y comunidades en situación de vulnerabilidad.
  • Incentivar la entrega de tierras para el autoconsumo a los centros de trabajo con posibilidades de trabajarlas.
  • Avanzar en la constitución de empresas mixtas estatales-privadas.
  • Establecer el marco regulatorio para la inversión extranjera con el sector no estatal.
ASEGURAR LA CONVERTIBILIDAD DE LA MONEDA NACIONAL E INCREMENTAR LOS INGRESOS EN DIVISAS

El pasado 4 de agosto se anunció en Cuba una nueva tasa de cambio para la compra de divisas por parte del Estado (1 USD por cada 120 CUP), como parte de la estrategia para establecer un mercado cambiario en el país, lo que permitiría, de conjunto con otras decisiones, incrementar los ingresos en divisas y avanzar paulatinamente en la recuperación de la economía.

A esta medida inicial, sobrevino, en pocas semanas la otra parte del esquema: la venta de divisas y, aunque se limitó solo para las personas naturales, constituyó un paso imprescindible en ese camino.

Tal como ha comentado el Vice primer ministro en reiteras ocasiones, el mercado cambiario era una pieza faltante en el engranaje, en el mecanismo de funcionamiento de la economía cubana y ello, precisamente, hace referencia a la convertibilidad de la moneda nacional que, de no existir, no permite que las capacidades productivas se puedan expresar en su máximo potencial.

Ha explicado también que, si bien la existencia del mercado en MLC fue una medida asumida para enfrentar la situación de recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos, el déficit de divisas y la paralización del turismo durante la pandemia, no es el diseño para el modelo económico cubano.

«El diseño nuestro es el peso cubano como centro del sistema financiero, un sistema de precios inclusivo para todos los actores económicos y un mercado que funcione con determinado nivel de ofertas mayoristas y minoristas; sin embargo, hay una gran brecha entre el diseño de nuestro modelo y la realidad actual».

En las condiciones actuales, es fundamental captar un mayor número de divisas, formalizando sus flujos de entrada al sistema financiero y estabilizar el tipo de cambio para todos, tanto personas naturales como jurídicas; de ahí la importancia del mercado cambiario.

Según informó Gil Fernández en la más reciente sesión de la Asamblea Nacional, su implementación ha permitido al Estado comprar, hasta la fecha, más de 15 millones de dólares, lo que representa diez veces más de lo que se hacía antes.

Indicó que este dinero se ha invertido en el propio mercado para la venta en efectivo a la población, alrededor de nueve millones, y el resto, a actores económicos para el pago de determinados insumos para ventas en pesos cubanos.

Sin embargo, la medida no puede verse aislada de otras decisiones que actualmente se implementan en pos de enfrentar los problemas de desabas-

tecimiento, mejorar las ofertas de bienes y servicios en moneda nacional, potenciar los crecimientos en las producciones agropecuarias y estabilizar los precios.

Asimismo, el Gobierno ha señalado la necesidad de poner la innovación y la resistencia creativa en cada una de las prioridades definidas para 2023:

  • El Plan de Estabilización Macroeconómica.
  • La estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional.
  • Incrementar las exportaciones
  • Potenciar aún más la inversión extranjera directa y los programas existentes, sobre todo aquellos destinados a mejorar las condiciones de vida a la población.
  • Potenciar el turismo.
  • Fomentar definitivamente el desarrollo local.
  • Disminuir el déficit presupuestario.
  • Disminuir las desigualdades sociales surgidas ahora o que ya existían.
  • Avanzar lo más rápido posible en la Ley de Empresas.

Tal como expresó nuestro Primer Secretario del Partido, durante la sesión extraordinaria de la ANPP, en ocasión del aniversario 18 de la fundación del ALBA-TCP, 2023 será un año de lucha y de esperanzas. «De nosotros depende que sea también un año de avances y de victorias. Con el tesón, la perseverancia y la creatividad natural de nuestros pueblos singulares y resistentes podremos lograrlo».

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Granma

Órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Fundado el 3 de octubre de 1965. Disponible en la web como diario desde julio de 1997.

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