Salto cafetalero todavía a la espera

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Es muy posible que en 2030 la producción cafetalera de Cienfuegos necesite una garrocha para conseguir las más de 640 toneladas (t) que contempla el programa de desarrollo de este cultivo en las montañas del centro sur de Cuba. Las cifras de los últimos años, lejos de crecer, marcan una curva descendente. En 2019, por ejemplo, los volúmenes rondaron las 163 t, y en 2020 a duras penas se alcanzaron 126.

Un programa de reordenamiento busca revertir esta realidad desde hace más de un lustro y, aunque los números todavía aparecen en rojo, muy distantes de los estimados históricos, otros hechos prueban que las intenciones van en serio y las metas no son nada en vano.

Omar Bermúdez Sánchez, director general de la Empresa Procesadora de Café “Eladio Machín”, del municipio de Cumanayagua, re­firió que el esquema, diseñado en 2013 por técnicos integrales y profesionales de la agronomía, inició con la renovación de las plantaciones que acumulaban mucho tiempo de explotación y estaban envejecidas.

“Actualmente, dijo, el 75 por ciento de estas son jóvenes y resta otro 25 por transformar, por lo que debemos concluir en 2022. Además, trabajamos para sumar nuevas áreas de café con el propósito de aumentar, año tras año, los niveles productivos, que resultan aún muy bajos”.

café montaña cienfuegos
Jesús Alberto Chaviano Ruiz es productor de café en la montaña desde hace siete años. /Fotos: del autor

Otras estrategias fueron encaminadas al ámbito inversionista. Se construyeron cuatro campamentos del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) para incrementar la fuerza laboral — tan de­ficitaria en el lomerío cienfueguero—; la adquisición de camiones mejoró la transportación desde las bases productivas hacia la industria, y logró dotarse a la empresa de una infraestructura más fortalecida y acorde con sus ambiciosas proyecciones.

PILARES PARA EL DESPEGUE

Cuando comenzaron a darse los primeros pasos del programa de desarrollo cafetalero, todo allá arriba era endeble y había tocado fondo. La “Eladio Machín” compraba las semillas a entidades de otros territorios y procesaba el grano en condiciones tecnológicas poco e­ficientes y nocivas desde el punto de vista ambiental. Ello —apuntó Osniel Villa Palacio, director técnico— llevó a la creación del Banco de Semillas Certi­ficadas de Café Mayarí y a la puesta en marcha de tres despulpadoras ecológicas asociadas a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Bene­ficio Industrial.

Con la asesoría de la Estación Experimental de Jibacoa, el productor Jesús Alberto Chaviano Ruiz levantó el que ya es hoy el mejor banco de semillas de la Isla. Plantó entonces ocho variedades de café arábico resistentes a plagas y enfermedades, las cuales satisfacen la demanda productiva local y de otras provincias, con rendimientos superiores a 1 t de café oro (listo para la exportación) por hectárea (ha).

“Las labores, a­firmó el campesino, son intensas para aspirar a buenos resultados. Aquí las áreas están identificadas, cercadas y aisladas unas de otras, porque no puede haber cruzamientos ni mezcla varietal. Es un trabajo arduo, de recolectar, procesar, pero los precios de la semilla nos favorecen. El kilogramo (kg) subió a 415.00 pesos y un obrero gana al día alrededor de 240.00, pues pagamos la lata a 60.00”.

De acuerdo con Villa Palacio, “esto nos ha permitido disponer de posturas de calidad. Nuestras plantaciones de café se hacen con semilla de origen básico, certificada, la más idónea que se puede obtener”.

No es casual que, pese a los ín­fimos volúmenes de producción, Cienfuegos clasifique­ como la mayor productora de café arábico de rango exportable y encabece el rendimiento industrial en el país.

Otro pilar constituyen las despulpadoras ecológicas, una de las cuales contó con el financiamiento del proyecto Conectando Paisajes, el cual ha contribuido también a la compra de otros recursos. La más grande se halla en la comunidad de San Blas. A esta tributan diez formas productivas, lo que la hace procesar cerca de 9 mil kg de café diariamente.

“En la instalación se despulpa cerca del 70 por ciento de la producción cafetalera. La tecnología no contamina el medio ambiente, aprovecha la cáscara del grano —utilizada como materia orgánica y para los hornos del área de secado— y gasta solo un litro de agua por 40 kg de café lavado. Es mucho más económica, eficiente y cómoda para los operadores”, sostuvo Amable Delgado Rodríguez, jefe de brigada.

Tales inversiones responden a las líneas de crecimiento trazadas a futuro, las cuales han debido actualizarse a partir de la escasez de fertilizantes nitrogenados para las plantaciones, uno de los grandes escollos a superar para poder dar el salto esperado.

despulpadora san blas
La despulpadora San Blas lleva cinco años consecutivos siendo la mejor de Cuba.
2021­: OTRO ESTADIO

El actual año pudiera marcar un despegue en la implementación de otras acciones, como el desarrollo del café en los llanos. Aunque Cienfuegos desde 2019 cuenta con un polo productivo de este tipo en el asentamiento de El Mango, en Cumanayagua, de casi 30 ha, la idea en 2021 es avanzar hacia el resto de los municipios con la siembra de 60.

Bermúdez Sánchez comentó que se trata de una de las políticas que impulsa el país dentro del sector cafetalero, junto a disposiciones enfocadas al tema de la exportación.

“Ahora, mientras más exportemos, tenemos la posibilidad de recibir dinero en moneda libremente convertible para emplearlo en la cadena de valores, desde la empresa hasta el productor, con el objetivo de capitalizar nuestra agricultura. Es —dijo— muy importante, unido a la incursión en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, que nos permite utilizar el 80 por ciento de la divisa que allí obtengamos”.

El directivo aludió también al alza de los precios del grano —los que pudieran resultar tentadores para los campesinos— y destacó la campaña de viveros que pretenden extender a las formas productivas para concretar este año, la siembra de unas 240 ha de café en las montañas de Cienfuegos. Son, a su consideración, estrategias de peso que requieren constancia en todos los órdenes para no fallar en el brinco que todavía sueña con darse en 2030.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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