Locuras para la esperanza

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“Mi papá era sastre y mi mamá ayudaba en una casa. Ninguno de los dos tenía un nivel cultural elevado. Esto me impulsó para hacerme ingeniero. Quería ser alguien en la vida. Primero estuve en la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría (CUJAE), pero desaprobé el primer semestre. Después fui a estudiar licenciatura en Biología para el Alma Mater y tampoco logré graduarme.

“Con las asignaturas de Matemática y Física no tuve problema alguno, sin embargo, fallé por cuestiones un poco feas de contar en segundo año, cuando empezaron las materias más afines a la carrera…”. Manuel Castellano Quesada lleva 22 años viviendo en el Hospital Psiquiátrico Provincial Docente de Cienfuegos. Está rehabilitado, pero todavía le quedan algunas secuelas de esa vida tan llena de “fallos”.

En demasía y abundantes son hoy las conductas negativas que remiten a la población mundial a padecer trastornos psiquiátricos, cuando impulsado por los aires de la modernidad, de por sí muchas veces traumáticos, el mundo se mueve irremisiblemente hacia crisis económicas cíclicas que aceleran el ritmo de la cotidianidad. Cuba, y Cienfuegos en particular, no escapan de fenómenos que podrían cambiarnos la vida de la noche a la mañana, cuando la estabilidad de la familia se rompe un día cualquiera. Conductas individualistas y narcisistas, el maltrato a la mujer, ancianos y niños, las adicciones, una adolescencia mal conducida, el falso concepto sobre la felicidad, sin apreciar que tiene más que ver con las virtudes que con los objetos materiales, entre otros, con el aderezo añadido de las condicionantes económicas desfavorables, atraen hoy la mirada reflexiva de muchos.

Se impone una visita al Psiquiátrico de Cienfuegos. El Dr. Israel González Herrera, su director, actualiza al equipo de prensa del “5” sobre las particularidades de la institución que dirige. “La institución tiene una capacidad de 100 camas, 20 en el Servicio de Corta Estadía y el resto en el de Larga Estadía; así como una plantilla de 258 trabajadores, ocupada en la actualidad por 249. De ellos, 86 son personal técnico, mientras el resto son cuadros, operarios, de servicio, entre otros. Como pueden apreciar, contamos con un centro que reúne condiciones para el tratamiento, rehabilitación y atención a los pacientes.

“Llegan a la institución remitidos por los equipos de Salud Mental de las áreas, en cuyo diagnóstico participa el médico de familia; o desde el Hospital Provincial con su sala de Intervención en Crisis. Acá son valorados y seguidos por los especialistas, siempre en contacto con la familia, y transitan por los diferentes servicios con los que cuenta el centro”, abunda el Dr. González Herrera.

Pero no todo allí es perfecto, tras las palabras, notamos que no es positivo el apoyo familiar, esencial en cualquier tratamiento psiquiátrico. Conocemos lo duro que resulta, en las condiciones actuales, lidiar con un paciente de esas características en el hogar, pero no podemos condenarlos. Ellos necesitan el calor filial, la alimentación y cuidados, tomar los medicamentos a su hora, y aunque la institución cumple esos requisitos, no hay nada como la casa y los suyos. Por eso muchas veces, tras ser incorporados a la sociedad, los vemos deambular por las calles de la ciudad, exponiéndose y exponiendo a sus semejantes, al peligro de la violencia desatada ante situaciones cotidianas.

En diálogo con la Dra. Darelys Lázara Sabina Molina, especialista de I grado en Psiquiatría y en MGI, conocimos que: “Nosotros tenemos un consentimiento informado, firmado por la familia, que establece el tiempo de permanencia en esta institución de acuerdo a la discapacidad del paciente. Además, tenemos un servicio de residencia protegida donde la estancia del enfermo puede durar años, en ese caso se puede observar una resistencia marcada por parte de los familiares, los cuales sí tienen una obligación jurídica con respecto a ellos”.

La reparación y habilitación de dos salas para el servicio de corta de estadía se ha visto afectado por carecer de todos los materiales, mientras que el ómnibus que traslada a los trabajadores, de ida y vuelta, y que garantiza la puntualidad y estabilidad de los turnos, se rompe con frecuencia. La ubicación del Hospital Psiquiátrico es bien alejado de la ciudad, por lo que el transporte se dificulta.

Según datos que ofrece la Dirección Provincial de Salud, en la persona de la Dra. Mileysi Águila Rodríguez, jefa de sección del Adulto Mayor, Trabajo Social, Discapacidad y Salud Mental supimos que: “La morbilidad por intento suicida aumenta con respecto a igual período del año anterior para una tasa de incidencia en el año 2016 de 171,5 por 100 mil habitantes. Fueron Cienfuegos y Cumanayagua los territorios que incrementan su tasa con respecto al año anterior. Predomina el sexo femenino y de forma general la modalidad más empleada es la ingestión de medicamentos.

“En el año 2016 se produjeron 701 intentos suicidas de ellos el 33 por ciento eran menores de 19 años (230), Cienfuegos es el municipio con mayor tasa de incidencia seguido por Rodas, Aguada y Cumanayagua, que rebasan la tasa media provincial. Las edades entre 15 y 19 años representan el 23,1 por ciento de los casos y según las discusiones de casos y evaluación de la encuesta epidemiológica practicada, sus causalidades se centran en: conflictos familiares y escolares (familias disfuncionales, inseguridad, reprimendas de los padres, dificultades en las relaciones de pareja, rechazo de profesores o colectivo de estudio, entre otras”.

Los datos son ilustrativos de una parte de las afectaciones que pueden acarrear los trastornos psiquiátricos en la población adolescente y joven, tema para análisis en otro trabajo periodístico.

Manuel Castellano Quesada. Foto: Miguel Ángel
Manuel Castellano Quesada. Foto: Miguel Ángel

“Tuve dos hijos y eduqué a tres más. Uno de ellos me visita a menudo, es SEPSA y se llama Alexander Castellano. Dentro de poco le van a dar vacaciones y dice que me va a sacar unos días. De mí también se ocupa un hermano”, explica Castellano Quesada.

¿Cómo te sientes?

“Me siento bien. Como decía ayer en la Asamblea de Balance 2016, con la exigencia de trabajador a trabajador nosotros nos sentimos más cómodos. Ahora nos dan lo que nos corresponde y no nos tratan mal. Somos su contenido de trabajo, eso lo tienen que entender. Tengo que dar las gracias al Doctor Israel, amigo de todos y a Pedro por la parte administrativa. Creo que este sitio debe aspirar a convertirse en un Hospital de excelencia, como una vez lo fue”.

¿Y la comida?

“Con la comida no se puede pedir más. Sirven proteínas, arroz y vegetales, tanto cocinados como hervidos”.

¿Cuántos no se interesan por los artistas exitosos, por aquellos que nunca se equivocan? La misma cantidad de los no interesados por los pacientes de este lugar. Sin embargo, hoy me senté junto a Manuel y reconocí mis propios errores, así como el miedo a cometerlos.

La vida no tuvo compasión, lo atacó justo en el cerebro: el lugar más delicado y complejo de un ser humano. Pero él sigue en pie, con secuelas pero estable. Conversa conmigo y no se descompensa. Tiene el apoyo de su familia, lo cual lo vuelve más fuerte. Cualquiera “falla”. Para cualquiera hay esperanzas.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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