La ofensa, la intolerancia y la amenaza no pueden ser la respuesta a la crítica

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 49 segundos

El 15 de octubre este periódico publicó el comentario Egolatría y narcisismo en la televisión cubana. Es un texto dirigido a reflexionar cómo reproducimos en la pantalla chica nacional los mismos resortes y matrices de la industria cultural hegemónica que cuestionamos en asambleas o plenos, el cual enfoca además el exceso de egolatría en los medios de comunicación patrios y la necesidad de mayor jerarquización artística, algo también ventilado en dichos foros.

No fue un comentario específico contra el programa 23 y M —al que solo emplea como punto de partida—, ni contra su presentadora Edith Massola. Ni la conozco ni tengo nada en absoluto contra ella. Sus cualidades como actriz las he ponderado en mis críticas de cine. Desde el mismo título del comentario de referencia lo dice: “en la televisión cubana”. E igual aludió a la radio.

Desafortunadamente, se quiso esfumar el sentido del trabajo, al limitar el plano de lectura solo al punto Edith. Ni cortos ni perezosos, los medios de Miami, algunos privados con base en la Isla y plataformas internacionales promovieron titulares sensacionalistas y tendenciosos. En YouTube están colgados materiales como estos: Periodista cubano arremete contra Edith Massola en vez de preocuparse por lo que pasa en Cuba; La prensa oficial cubana arremete contra Edith Massola o Edith no se queda callada ante críticas de periodista de medio oficial cubano. Los encabezados de portales digitales lo enfocaron así: Edith Massola se defiende del ataque oficialista; Periodista oficialista arremete contra Edith Massola; Blanca Rosa Blanco sale en defensa de Edith Massola; Edith Massola responde a las críticas y Después de Vivir del cuento llega la crítica a 23 y M, entre varios otros.

A raíz de la respuesta de la presentadora en sus muros se fomentó una colosal operación en masa de ataques, ofensas e intentos de descalificaciones contra mi persona y el material periodístico, así como de las instituciones que represento: en primer lugar la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

Los ataques se iniciaron en la propia página de Facebook de la Massola —donde aparecen opiniones de artistas y directores televisivos de quienes jamás pensé fuesen capaces de expresarse en términos tan ordinarios— y luego continuada en las páginas en la misma red de varios de sus colegas; así como en los foros de medios enemigos anclados dentro o fuera de Cuba y en mis cuentas de varias redes sociales.

Aunque lo procuraron a rabiar mediante múltiples incitaciones y burdas mentiras en innumerables comentarios, no había respondido a una sola manipulación, a una sola mala palabra; ni había ripostado las numerosas agresiones registradas como parte de este nuevo triste ejemplo de intolerancia a la crítica (cultural y a todas las críticas) y de rechazo a la difusión de las ideas. No lo había hecho hasta que llegaron las amenazas. Tengo los print screen de todas, que he bajado o me han enviado mis amigos, pues no solo algunas personas tienen amigos y respaldo.

Públicamente, responsabilizo de cualquier atentado a mi integridad personal a quienes se están pronunciando en tal sentido en las redes, alentados por la intolerancia (también poseemos todos los print screen de cuanto ha dicho cada quien), como parte de una campaña visceral de odio y rechazo al trabajo de la prensa revolucionaria y de la crítica. Esto no va solo conmigo. Se están cuestionando elementos que me rebasan. Hoy soy yo; mañana puede ser cualquier periodista o crítico. Tales actitudes son inadmisibles en una sociedad como la nuestra y no van a ser toleradas.

Proseguiré mi trabajo de crítica cultural, gústele a quien le guste, tenga el grado de poder que tenga. No voy a retractarme ni por un segundo por hacer lo que me corresponde y muchos quisieran decir, pero quizá no posean la oportunidad.

Acostumbrado a observarla desde hace tiempo, no me ha sorprendido la doble moral de personas (incluidos representantes de esa propia prensa “oficialista” a la cual tanto ataca el enemigo: ese al que algunos le siguen el juego sin darse cuenta) que se proyectan de una forma en asambleas, encuentros institucionales o en la propia televisión y luego se parapetan del lado contrario en las redes sociales.

Lo que sí no comprendo es esta desproporcionada reacción contra un periódico provincial, cuando tuvieron la callada por respuesta las recientes acusaciones en YouTube a Edith Massola, extremadamente más graves y luego comentadas en algunos programas de Miami, como el de Omar Moynelo. Ni ella ni nadie de su legión de seguidores ha chistado hasta el momento, lo que provoca suma sorpresa y me hace pensar en un affair fabricado. Varios colegas me han dicho que todo este revuelo con mi comentario, intencionalmente mantenido por largos días, se trata de una cortina de humo. No lo sé.

Aprovecho la oportunidad para agradecer a los miles de internautas que me ha apoyado en esta batalla campal del insulto contra el juicio, mediante lúcidas opiniones.

La prensa revolucionaria no va a callar ante calumnias, intimidaciones y amenazas. Si alguien osa atacarme en el plano físico, que se atenga a las consecuencias y al peso de la ley de este país, por agredir a un periodista y a un funcionario público, en calidad de subdirector de este periódico que soy.

Quien quiera buscarme, estoy en el periódico 5 de Septiembre, de Cienfuegos, toda la semana, de 8 de la mañana a 4 de la tarde. Se encuentra ubicado en pleno Bulevar de la Perla del Sur. No tienen pérdida.

Lo único que no he aguantado jamás en mi vida es que me amenacen o intenten amedrentarme; y menos sucios tipejos sabe Dios movidos por qué ocultas razones, y por quién o quiénes. ¿Qué se piensan, que esto es Colombia? No se equivoquen conmigo ni con la fuerza popular de nuestro país.

Podría escribir diez periódicos en torno al tema, pero no lo amerita, ni tampoco las líneas pautadas para esta columna semanal lo permiten. Finalizo con palabras de Miguel Díaz-Canel en la clausura del VIII Congreso de la Uneac: “Nuestro principal desafío radica en la batalla contra los mensajes seudo culturales asociados a la exaltación del consumismo, a la desvalorización de la cultura nacional y a su intrínseca proyección universal (….) La vanguardia artística debe defender nuestras verdades sin actitudes vergonzantes ni temor a ser acusados de ‘oficialistas’. El oportunismo de aquellos que quieren marcar distancia y convertirse en ‘personajes’ haciendo guiños al enemigo debe ser desmontado en nuestras publicaciones y en las redes sociales (…) La descolonización de los procesos culturales, con la participación decisiva de los medios de comunicación masiva, tiene que estar entre las principales prioridades de las instituciones y de las organizaciones de creadores”.

Si alguien osa atacarme en el plano físico, que se atenga a mi respuesta, a la de quienes me acompañan; que se atenga a las consecuencias y al peso de la ley de este país.

Visitas: 9497

Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

58 Comentarios en “La ofensa, la intolerancia y la amenaza no pueden ser la respuesta a la crítica

  • el 24 octubre, 2019 a las 2:59 pm
    Permalink

    Todos aquellas personas que han querido intimidarlo no son más que personas que se dejan manejar o reciben algún beneficio por quien sabe quién, pero mi preocupante es la siguiente, porque si a la Conductora Edit Masola la ha denunciado la reguetonera la Diabla no la han amenazado a ella o le han respondido sobre las denuncias que hace con respecto a la conductora de 23 y M. Así que amigo no hay de que preocuparse el pueblo de Cienfuegos lo seguirá siempre. Saludos

    Respuesta
  • el 24 octubre, 2019 a las 10:23 am
    Permalink

    He ejercido la lectura detenida de cada uno dlos comentarios que me antecedieron, primero, estoy totalmente de acuerdo con el artículo del Periodista Cienfueguero, esto sepalpaba en el programa y era objeto del comentario de muchas personas al referirse al mismo, lolamentable de todo esto es: -La pérdida de Valores a tal escala que ha veces tengo la sensación de que lo mal hecho es lo correcto, La nula respuestaenérgica en respaldo al valiente Periodista yrepulsa a la vanaldad .

    Respuesta
  • el 24 octubre, 2019 a las 10:00 am
    Permalink

    Por desgracia muchos artistas favorecidos por la TV o el cine, que se han hecho artistas gracias a la Revolución y sus escuelas de arte, se creen dioses y terminan cuestionando a la Revolución en otros escenarios, para ganarse puntos con los de la otra orilla y con los que desde dentro ven mas las manchas que la luz. La vulgaridad y banalidad nos amenazan y el dinero corrompe a muchos. Es un tema para analizar en la UNEAC e ICRT y buscar soluciones. Salvemos la cultura, salvemos el país.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *