Un balcón muy coqueto

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Había una vez un pequeño balcón muy especial en la ciudad.

Un mal día la modernidad lo echó abajo y le castró al Paseo del Prado una de sus postales más pintorescas.

Esta crónica no va de la historia de la antigua planta eléctrica de Prado y Dorticós, sino de esos paisajes urbanos que el paso del tiempo nos amputa de la memoria afectiva.

Cuando todavía el eje vial norte-sur de Cienfuegos no se había quitado la costra colonial de su nombre, Paseo de Vives, y aún desconocía las bondades del asfalto, con volantas y quitrines como el alma romántica del tráfico rodado, la planta eléctrica se adosó al entorno.

 

Eran los primeros años de la centuria republicana y la arquitectura industrial no se quedaba a deber de su hermana mayor, la civil.

En una postal datada en 1920 sobre la nave de la usina que corría a lo largo del Paseo, a un siglo de la nostalgia, las tejas criollas del techo a cuatro aguas le dan un toque de bienestar a la presunta frialdad de la industria generadora de fuerza.

Y justo en el muro que daba a Dorticós, el balconcito de marras. Un átomo de la ciudad que pudo cobijar una o mil historias; de esfuerzos, sueños, realizaciones o luchas.

También de amor, quien lo duda, sin llegar a leyenda universal como aquel de Verona. Pero ya eso queda en tierra de la poesía o para una novela de época, ambientada en aquellos años violentos de liberales y conservadores cuando Cienfuegos se ganó el epíteto de Perla Roja.

A quienes no le conocieron, solo puedo apuntarles que había una vez en la ciudad un balcón muy coqueto, que en sus tiempos juveniles completaba la postal romántica de los quitrines, las volantas y la vida sin prisas de una ciudad de provincias.

Y que ahora me falta en el inventario de mis añoranzas.

Como el Hospital Civil de los gruesos muros, en Prado y Hernán Cortés, donde me di el gustazo de venir al mundo un viejo lunes de julio.

Pero esa es otra historia.

Lo prometo.

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Francisco G. Navarro

Periodista de Cienfuegos. Corresponsal de la agencia Prensa Latina.

Un Comentario en “Un balcón muy coqueto

  • el 22 octubre, 2023 a las 10:20 am
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    Muy interesante la historia

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