Rigo, la EPEF, el magisterio y la exigencia

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Conversar con Rigoberto Fernández Acea siempre constituye un placer, pues en él destaca no solo un verbo asombroso, sino la solidez de sus palabras, basadas en argumentos objetivos y realistas.

Por eso, cuando en pocas horas celebraremos el Día del Educador, no dudé en ir otra vez en busca del diálogo con el que por más de una década se ha desempeñado como subdirector de la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF) de nuestra provincia. ¿El objetivo? Conocer detalles de la vida de un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a la formación de profesionales del deporte en Cienfuegos.

Aunque hemos conversado muchas veces, ahora tuve que convencerlo, pues su sencillez no le permitía aceptar que merece este tipo de “homenaje”. Luego de ese debate, que favorablemente gané, surgió la primera pregunta.

¿Cómo fue el tránsito de un deportista, futbolista en particular, al magisterio?

“La inclinación venía desde muy temprana edad, y cuando cursaba el décimo grado decidí responder al llamado del Comandante en Jefe y me incorporé al Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, y ahí comienzan mis primeros pasos para incursionar en el mundo de la educación, donde me he mantenido hasta la actualidad”.

Hablamos de EPEF en Cienfuegos, y a todos les viene a la mente tu nombre y tu figura (sonríe). ¿Qué ha representado esa escuela para Rigoberto?

“En la EPEF comencé en el 2010, por lo que llevo ya 14 años allí. Aclaro que no considero ser la figura primordial. Simplemente he tratado de dar lo mejor de mí a ese centro, sobre todo por el principio de que los jóvenes que se forman ahí van a ser los futuros profesionales del deporte, encargados de dar continuidad al proceso educacional en Cuba. Y realmente nos hemos dedicado por entero a esa formación, a esa educación, y sobre todas las cosas al rescate de ideología, identidad, valores éticos y morales que hoy tanta falta le hacen a nuestro país”.

Aquellos que no conocen, creen que en la EPEF solo estudian alumnos que optaron por ser en el futuro profesores de Educación Física, pero no saben que en esa matrícula existen muchos que aún forman parte de la pirámide del alto rendimiento y son atletas en activo. ¿Cuál es el tratamiento con estos que protagonizan la doble función?

“Para ellos existe una atención muy mesurada, a partir de esa doble condición. Para nadie es un secreto que ser atleta hoy en Cuba requiere un enorme sacrificio, y si además tienes que combinar el rol con la formación como docente, se hace un poco más complejo. Por eso la atención es pormenorizada y estamos siempre atentos a sus inquietudes y problemas. Creo que es una gran satisfacción poder mantener este vínculo, que permite fortalecer el movimiento deportivo, y también demostrar que los jóvenes tienen la capacidad, desde el deporte, de incursionar en el proceso de continuidad de la formación de las nuevas generaciones, algo sumamente importante. En la escuela existen los grupos de Curso de Atletas, que vienen prácticamente de la EIDE, y también tenemos el Curso Regular Diurno, los que llegan a través del Ministerio de Educación. Con todos ellos tratamos de ir compensando el déficit de profesores que existe en los centros educacionales”.

La EPEF de Cienfuegos constituye un referente nacional. /Foto: Efraín Cedeño (Centro de documentación.

Muchos menosprecian la Educación Física y no entienden por qué influye incluso en el escalafón académico. ¿Qué importancia le confieres a esta asignatura?

“Lógicamente, en nuestro centro es primordial, es el factor fundamental, pues de eso depende la formación de los muchachos. Contrario a otro tipo de enseñanzas, aquí Español, Matemática, Historia, etc, son complementarias, y forman parte de una base para el enriquecimiento del dominio y el conocimiento, que permita a los graduados establecer diálogos con los estudiantes que van a enseñar. Pero en sentido general todos tienen que entender que la Educación Física es salud, es prolongación y calidad de vida, es extensión de las condiciones físicas, e incluso ayuda en gran medida a que la mente siempre esté sana y se haga más sólida y más fuerte”.

Maestro de formación, directivo hace varios años. ¿Cuál prefieres? (Otra vez sonríe)

“Hoy es compleja tanto una misión como la otra. Primero porque todos hemos sufrido cambios sustanciales, y enfrentar el proceso educacional en Cuba hoy, a partir de la situación existente en la actualidad, es bien difícil. Y dirigir es como un arte, que lleva implícito responsabilidad, seriedad, plena conciencia, y por encima de todo mantener un proceso de orden y disciplina para poder educar y formar a las nuevas generaciones”.

Muchos te definen como una persona de férreo carácter, serio, disciplinado, excesivamente exigente (nuevamente sonríe). Otros reconocen que además eres jaranero, cordial, alegre… ¿Cómo te defines?

“En esencia soy cubano. Lo que pasa es que las responsabilidades te llevan, no a modificar el carácter, sino a darle una manera de formación a tu vida en función a lo que haces. Sin exigencia en el sistema educacional lo pierdes todo. Vamos a partir del propio proceso de educar a nuestra familia. Los jóvenes hoy tienen otras ideas de pensamiento y de ellos me siento muy satisfecho. Los considero valientes, austeros, emprendedores, pero necesitan siempre el acordonamiento para irles llevando las rienda”.

Rigo, eres parte imprescindible, insisto, de una escuela reconocida a nivel nacional. Por muchos años entre las mejores de su tipo en el país, referente para todos en Cuba. ¿Cuál es la clave del éxito?

Primero un claustro con más de 20 años de experiencia, siempre dedicado a esa función. Y por otro lado las claves son la entrega, el sacrificio, y en especial la unidad como colectivo para poder enfrentar todo lo que estamos haciendo allí en la EPEF de Cienfuegos”.

Luego de todo un curso “regañando y halando orejas” por doquier, ¿qué sientes ante cada cantera de graduados?

“Es la satisfacción más grande que puede tener un docente. Y el premio mayor llega cuando el material humano que sale al exterior de la escuela reconoce lo que has hecho. Es cierto que soy bastante exigente y respeto mucho los límites en las relaciones con los estudiantes e incluso con los profesores. Pero he vivido emotivas experiencias con graduados que se acercan a agradecer las enseñanzas adquiridas, porque han tenido que poner en práctica la misma exigencia en sus actuales roles. Realmente, la vocación de ser maestro tiene que llevar eso implícito: seriedad, responsabilidad y una exigencia extrema”.

Existen rumores de que llega el retiro, y decides poner fin a una etapa importante de tu vida. ¿Es cierto?, ¿Seremos testigos de una EPEF sin Rigoberto?

“Con toda honestidad creo que ha llegado el momento. El ser humano tiene que descansar, y he dedicado toda mi vida al trabajo. No considero que he descuidado a la familia de manera total y plena, pero siento el placer y la necesidad de dedicarle más tiempo a la mía, que felizmente es extensa, además de poder gozar y disfrutar a esos nuevos pinos que ya me han entregado mis hijos. Así que estoy cerrando un ciclo, y es muy posible que al finalizar el actual curso presente mi jubilación.

“Y no creo que la EPEF sea diferente porque no esté Rigoberto. Quedará allí la enseñanza, el espíritu y las experiencias de todos estos años. La figura mía pudiera ser importante, pero nunca más que todo lo que hace ese claustro y ese colectivo. Mientras exista ese compendio de unidad, la EPEF seguirá siendo exitosa, con Rigo o sin Rigo”.

La formación de mejores profesionales es prioridad en este centro. /Foto: Efraín Cedeño (Centro de documentación)

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

Un Comentario en “Rigo, la EPEF, el magisterio y la exigencia

  • el 24 diciembre, 2024 a las 11:32 am
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    Muchas Feleicidades para Rigoberto Fernandez Acea, gran hombre,amigo, padre, hermano e hijo, felicidades para este nuevo año 2025

    Carlos H. Medina Diaz

    Respuesta

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