Retos y desafíos de una ciencia cubana
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Decía el más universal de todos los cubanos José Martí, que: “Ciencia y Libertad son llaves maestras que han abierto las puertas por donde entran los hombres a torrentes, enamorados del mundo venidero”.[1]Ese mundo, esa Cuba que pertenece hoy a un planeta globalizado y de rápidos cambios tecnológicos, demanda constantemente capacidades para asimilar creativamente conocimientos y tecnologías nuevas, es decir, ciencia e innovación. La conquista de nuestra libertad y soberanía nacional (que necesitamos para realizar nuestro proyecto de justicia social) depende de la capacidad colectiva de pensar las realidades mundiales con cabeza propia, y depende otra vez de nuestra capacidad de crear conocimiento. Así lo afirmaba Fidel Castro en 1991: “La independencia no es una bandera, o un himno, o un escudo. La independencia no es cuestión de símbolos. La independencia depende del desarrollo, la independencia depende de la tecnología,depende de la ciencia en el mundo de hoy”.[2]Esa exquisita trilogía entre ciencia, conocimiento y libertad, nuestro presidenteMiguel Díaz-Canel Bermúdez la fundamenta en su tesis doctoral, defendiendo siempre el principio de ubicarlas como pilares de la gestión de gobierno en Cuba: “(…) el conocimiento científico puesto al servicio del país no solo nos garantiza desarrollo, sino también soberanía en muchos ámbitos”.[3]
Hoy, luego de transcurridos 63 años de aquel histórico discurso de Fidel en el paraninfo de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, ocasión en la que esbozó las bases de la política de formación humana y desarrollo profesional y científico de la Revolución, tenemos el sagrado deber de continuar haciendo una ciencia desde la conciencia. Esa que heredamos de Varela, Luz, Poey, entre otros, y que junto con soñar a Cuba, junto con ese sentimiento, se dedicaron a pensar a Cuba desde la ciencia, a descubrir lo que nadie más que los cubanos podían encontrar en la más profunda realidad del país. Estos padres de los padres de la Patria trabajaron desde sus conciencias, en la educación, el conocimiento y la cultura, para que de ellos les nacieran los hombres que redimieran a la Patria y, desde el conocimiento de los males del país, fundaran un pueblo nuevo.
Ese pueblo nuevo hoy pertenece a nuestra realidad y a un contexto especialmente complejo, caracterizado por el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, con la aplicación de nuevas medidas de asfixia económica y persecución financiera; el incremento de la subversión político ideológica en medio de tensiones internacionales exacerbadas por la inclusión de Cuba en la lista espuria de estados patrocinadores del terrorismo; de una ofensiva para desacreditar a la Revolución respaldada por una fuerte campaña mediática, y el impacto de la crisis económica mundial, agudizada con la pandemia de la Covid-19.
Las Ciencias Sociales, en particular —desde las diferentes disciplinas que la integran—, debe seguir apostando por la comunión de saberes de psicólogos, periodistas, comunicadores sociales, pedagogos, historiadores y otros, para que puedan coexistir en tiempos de grandes retos, demandas y complejidades para la propia especie humana.
El tema de la ciencia siempre nos corresponderá a todos como una actividad estructurada con la intención de producir eficientemente un conocimiento nuevo. Y eso se hace de muchas maneras y en muchos espacios.
La ciencia cubana, que ya nos dio las vacunas contra la Covid-19, como nos dio antes las vacunas contra la meningitis, la hepatitis y otras enfermedades, tiene que proporcionarnos también una vacuna contra el capitalismo neoliberal, que es la pandemia actual de la economía.Lograr ese objetivo demandará esfuerzo y sabiduría en los procedimientos. Tenemos que profesar la convicción de que en la trayectoria histórica de la nación cubana, la ciencia nunca fue un lujo: fue un combatiente. Eso planteó José Martí desde el siglo XIX y para el siglo XXI: “La razón,si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería”.[4]
[1] José Martí: Obras completas, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975, t. 20.
[2] En sitio web: www.fidelcastro.cu
[3] En artículo Miguel Díaz-Canel Bermúdez: “Cuba conoce la fuerza de la unidad, por eso siempre hemos apostado por la cooperación y el trabajo conjunto”,14 octubre 2021.
[4]José Martí: Obras completas, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975, t. 20.
*Doctora en Ciencias Históricas. Vicerrectora del Instituto Superior de las Artes Escénicas. Colabora habitualmente con 5 deSeptiembre.
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