Luego de más de medio siglo, el cuadrifolio central del plafón del teatro Tomás Terry fue nuevamente retirado para ser intervenido por especialistas del área de restauración.
Su descenso, que evidenció un alto grado de deterioro, inicia la etapa más compleja para los artistas del Fondo Cubanos de Bienes Culturales en Cienfuegos, a cargo de la restauración del cielo raso de 188 metros cuadrados, el mayor legado en Cuba del pintor filipino-madrileño Camilo Salaya.
Su última intervención data de 1963, cuando fue reparado por los artistas Mateo Torriente y Juan Roldán.
“Hay un grado de complejidad mayor, porque se combina una estructura metálica a poca distancia de un ambiente marino, y que no tuvo la intervención de cubierta más adecuada, ni una intervención por casi de 60 años”, explica Daymi Abreu, la experta del ISA.
“Durante años las goteras que caían desde la cubierta, afectaron el yeso, el bastidor de madera y el plywood, dañados también por las termitas. Como consecuencia, la pintura al lienzo de Camilo Salaya se encuentra en alto grado de deterioro”, afirma Yeiler Ramos, restaurador.
“Hay un grado de complejidad mayor, porque se combina una estructura metálica a poca distancia de un ambiente marino, y que no tuvo la intervención de cubierta más adecuada, ni una intervención por casi de 60 años”, explica Daymi Abreu, la experta del ISA.
Momento en que fue retirado el cuadrifolio, ornamento central del cielo raso del teatro Terry.
Daymi Abreu, profesora de la Facultad de Artes de la Conservación y la Restauración, del Instituto Superior de Arte (ISA), chequea los trabajos que constituirán la tesis de graduación del artista cienfueguero Yeiler Ramos.
Los restauradores eliminan los restos de la madera contrachapada o plywood sobre el que se adhirió el lienzo, fijado según la técnica del marouflage, utilizando un adhesivo que se endurece a medida que se seca, como la cola, el yeso o el cemento.
Cada paso de la restauración fue precedido de un levantamiento y documentación, combinado con investigación, determinaciones de laboratorio y estudios macro-fotográficos.
Así se ve buena parte de los 188 metros cuadrados del plafón luego de la limpieza química y la restauración de color.
Así se ve buena parte de los 188 metros cuadrados del plafón luego de la limpieza química y la restauración de color.