Regreso a Cienfuegos por la Medicina

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Gabriel Mauricio Arce Alabe, médico boliviano que estudiara en Cuba diez años atrás a través del Nuevo Programa para la formación de médicos latinoamericanos, regresa a Cienfuegos como residente de la especialidad de Endocrinología y Nutrición. Con él conversa 5 de Septiembre, sobre expectativas y sueños

Hace unos diez años Gabriel Mauricio llegó a Cienfuegos, Cuba, desde Bolivia, con el sueño de estudiar Medicina, favorecido por el Nuevo Programa para Estudiantes Latinoamericanos. Su equipaje estaba compuesto por muchas esperanzas de hacerse profesional, tras acceder a la carrera desde Oruro, la quinta ciudad más poblada de Bolivia y clasificada entre las más altas del mundo.

Y se hizo realidad aquel sueño, y tras recibirse como médico regresó a su país. Recuerda cómo vivió en el territorio de Cumanayagua, y lo acogió el matrimonio de la tercera edad, compuesto por Idalia Martell y Pedro Antonio. Pasaron diez años y ahora regresa Gabriel Mauricio a Cuba, como residente de la especialidad de Endocrinología y Nutrición, la que considera de futuro dentro de la medicina.

“Vuelvo a residir en el hogar de Idalia Martel—lamentablemente Pedro falleció—, ella ahora reside en Cienfuegos y vuelvo a ser, como diez años atrás, un integrante más de la familia, aunque nunca dejé de serlo.

“Ahora concurro por la vía de autofinanciamiento, y seleccioné esta especialidad porque resulta interesante y necesaria en las circunstancias actuales. Recuerdo que fue a través de un condiscípulo del bachillerato que obtuve la beca para estudiar Medicina acá; él ya la había obtenido y me orienté de cómo proceder. Tras seguir los pasos correspondientes me encontré acá, muy animado a hacerme médico.

“Hasta ese momento conocía poco sobre Cuba, y de pronto nos encontramos en este país, donde nos acogieron como a hijos, viviendo en casa de familias cubanas y aprendiendo Medicina directamente en el campo, en los consultorios y policlínicos. Regresé a hacer el internado rotatorio en Bolivia, y tras seguir todas las regularidades obtuve la homologación del título por el Colegio Médico de mi país, no sin pocas dificultades al respecto, ya por suerte remediadas.

“En Bolivia trabajo en una zona rural conocida como Rubicampana, en un programa social denominado ‘Mi Salud’, y fue allí donde me decidí por esta especialidad, la cual tiene mucho que ver con estilos saludables de vida y enfermedades endocrinológicas que abundan en mi país; y también porque confío y creo en la escuela cubana de Medicina, en la que me formé.

“Llevo unos diez meses en el Hospital Provincial Universitario de Cienfuegos y la acogida en el Servicio ha resultado muy buena, de mucho aprendizaje, con excelentes profesores”.

Y los ojos de Gabriel Maruricio, un joven boliviano de 37 años, se pierden hasta la alta Oruro en Bolivia, y regresan, porque ahora aquí, en Cienfuegos, aprovecha cada minuto de su beca, la que se autofinanció con el trabajo honrado, porque sabe muy bien que el conocimiento es el único bien que jamás va a la quiebra.

Continúa soñando, como diez años atrás, cuando se aventurara a estudiar Medicina en Cuba, y regresa, porque bien vale aprender para sanar a los suyos, y volvería a seleccionar esa humana y difícil carrera, “Sin dudas”, dice.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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