Raiza Valdés: El repertorio para la viola desde compositores cubanos (III y final)

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Es ardua la labor de instrumentistas y pedagogos para incentivar que más niños se interesen por el estudio de un instrumento con el encanto de la viola. Para ello, han aunado esfuerzos en facilitar también los materiales necesarios para aquellos que comienzan. Una de las aristas en las que se trabaja actualmente en la escuela cubana de viola, es el rescate de su repertorio. De eso también conversé con Raiza Valdés.

“Entre las iniciativas del CNEART estuvo la de crear un sitio donde los estudiantes pudieran acceder de forma gratuita y descargar una serie de materiales que ellos necesitan para sus estudios. Si hay desconocimiento de la viola, lo hay más aún del repertorio para este instrumento. Muchos maestros se quejan de no tener casi repertorio. Es verdad que no se conoce mucho, pero existe y no es tan poco. Ahora me he dado a la tarea, y en eso también me estoy apoyando en la reconocida violista cubana Anolan González Morejón, al descubrimiento de obras cubanas escritas para viola por compositores contemporáneos, que también hay bastante.

Anolan hizo una tesis de maestría sobre el repertorio cubano escrito para la viola. Muchas son, inclusive, dedicadas a ella. Hay obras de Juan Piñera, Guido López-Gavilán, Roberto Valera; existe un repertorio variado. Algunas obras estaban un poquitico dormiditas como las de Magalys Ruiz, que es una compositora también contemporánea; de hecho, hace poco hicimos un concierto didáctico Anolan y yo, que incluyó a estudiantes de nivel elemental, medio y superior, todos violistas. Anolan interactuó con ellos; fue precioso, tocaron a dúo, otros solos, ella también tocó sola y se estrenaron cinco piezas de Magalys Ruiz, un ciclo pensado para estudiantes de nivel elemental. Se hicieron obras de Calixto Álvarez y de Jorge Amado, un joven violinista y compositor, que últimamente está escribiendo mucho para las cuerdas. Te digo que es algo que quisiera hacerle llegar a todo el mundo, porque no hago nada con que ese repertorio se quede en mí o en Anolan; la idea es compartirlo, que se conozca.

Hay trascripciones de obras hermosas que también se están tocando actualmente, que contribuyen a ir aumentando el repertorio y se visualice más el trabajo que estamos haciendo los estudiantes y los maestros en general sobre la viola. En eso estamos enfocados en estos momentos y también en el potencial que tiene la viola como instrumento, no solamente de conjunto, sino hasta de solista.

Pienso que nos tenemos que centrar en nunca perder la identidad. Te decía que mi trabajo va enfocado al desarrollo de la viola, pero sobre todo a formar violistas de una manera íntegra, músicos completos, que sepan interpretar la música cubana, que sepan de donde vienen; eso es lo otro importante. Siempre les digo que deben conocer la historia del instrumento para valorarlo y quererlo. Hay todavía quien se subvalora, porque piensa que la viola es menos que el violín y yo les digo que es un error. Es bueno que se sientan identificados con la viola y sobre todo que sepan que son cubanos y que puedan interpretar la música nuestra como es.

En estos momentos los violistas estamos tomando fuerza, decimos que las violas estamos empoderadas. Anolan grabó por primera vez un disco que se llamó La viola en Cuba y con el cual obtuvo un premio en el Cubadisco, y toda la música que eligió es repertorio escrito por compositores cubanos, originales para nuestro instrumento. Aunque cada uno tenga una mirada diferente, al final todo se une, todo confluye en la viola. Es la viola en Cuba. Y son los violistas que provienen de nuestra enseñanza artística”.

Nos llena de regocijo el alto nivel con que cuenta hoy la viola dentro de nuestro sistema especializado de la enseñanza artística. Es un instrumento del cual queda mucho por hablar y descubrir, pero que, como Raiza y Carmen lo definen: enamora y atrapa. Espero que este acercamiento pueda motivar el interés de padres y niños, para que se acerquen y lo escuchen. Tal vez, algún día, también ellos puedan formar parte de la escuela de viola cubana.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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