México está de fiesta
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Septiembre es el mes patrio para el pueblo mexicano. En la noche del 15 todos celebran el Grito de Dolores, que en 1810 proclamó la voluntad de las y los mexicanos de convertirse en un país independiente. Liderados por el cura Miguel Hidalgo proclamaron la independencia.
La fecha es recordada como el Día del Grito, que inició una etapa de luchas contra el coloniaje hispano. Entonces México era el centro del virreinato de la Nueva España. A Hidalgo se sumaron otros próceres, entre ellos, José María Morelos. Era solo el comienzo de una larga historia.
La noche del 15 de septiembre el presidente mexicano actualiza la fecha histórica; desde el zócalo capitalino tiene lugar la ceremonia donde tras el tañer de una campana, proclamar tres veces en voz alta ¡Viva México!, y cantar el himno, aparecen los fuegos artificiales y confetis lanzados al aire con los colores de la bandera mientras el mariachi y el pueblo baila.
En todos los municipios y en los palacios de gobierno de cada estado de México, tiene lugar una ceremonia similar, seguida por celebraciones donde priman la alegría y el fervor patrios.
Se escucha piezas emblemáticas como el Son de la Negra y el Jarabe Tapatío que compuestos mucho después de aquella fecha histórica, hoy son parte de la cultura nacional.
Para entender mejor la historia de México necesitamos apelar a tres de sus momentos más significativos. Uno, el Grito de Dolores de 1810; otro, la batalla en el Castillo de Chapultepec en Ciudad de México, acaecida el 13 de septiembre de 1847 cuando un grupo de jóvenes cadetes del Colegio Militar se enfrentaron a invasores estadounidenses.
México recuerda como Niños Héroes de Chapultepec a seis de aquellos jóvenes que perdieron la vida en el combate; de acuerdo con algunas fuentes históricas, fueron los últimos en oponer resistencia a los invasores.
El tercer momento tuvo lugar en 1910 cuando luchadores como Emiliano Zapata y Francisco “Pancho” Villa iniciaron la Revolución Mexicana, una lucha de proyección agrarista y redención social de los más humildes, que encaminó un proceso de identidad hacia las raíces nacionales para deshacer las influencias europeizantes que prevalecían entonces.
La noche del 15 —y todo el 16 de septiembre— el pueblo mexicano celebra el Grito de Dolores, y también su razón de ser como mexicanos y mexicanas tras una larga historia.
El México de hoy se nos revela como el de los mariachis, los conjuntos huapangueros, las bandas y los grupos norteños. Es la celebración de su riqueza étnica que agrupa las múltiples comunidades indígenas, su herencia española y africana, así como los grupos de inmigrantes que en diversos momentos arribaron allá para trabajar y sumar colorido a esa tierra de por sí multicultural.
México es un pueblo patriota y alegre, orgulloso de sus raíces. Los colores patrios (verde, rojo y blanco) están presentes en los fuegos artificiales y los confetis; también lo están en sus platos y dulces típicos. En combinación armónica se unen los nopales y guacamoles con el chile rojo y la cebolla blanca, lo mismo que en sus dulces y deliciosas cocadas.
Quien visita México se enamora del país y de su gente. Es una nación cercana, noble y fraterna que emociona y saca las lágrimas con las notas y los versos de México lindo y querido.
México está de fiesta y quienes tanto lo amamos, estamos de fiesta también.
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