Médico y enfermero de la familia, un programa que revolucionó la Medicina

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Cuando en enero de 1984 echaba a andar el Programa del Médico y Enfermero de la familia, de manera experimental en un policlínico de Lawton, en La Habana, se fundaban las columnas del proyecto que brindaría atención médica integral, con un enfoque clínico, epidemiológico y social, desde la Atención Primaria, requerimiento para satisfacer las crecientes demandas de la sociedad en materia de salud.

Para 1985 se extendía a toda la geografía nacional, y le nacían a Cuba consultorios con viviendas, para asegurar la atención en las más recónditas geografías, desde montañas y comunidades rurales de difícil acceso, hasta las manzanas urbanas de ciudades y poblados. De entonces a la fecha, 38 años después, el Plan del Médico de las 120 familias, como se le conoció en sus inicios, se ha transformado, con satisfacciones e insatisfacciones, pero en coincidencia con su principio fundacional.

Unos años antes, en 1982, en un memorable encuentro con la presencia de Fidel Castro, y tras un proceso desarrollado por el Minsap y la docencia, resulta fundado el Destacamento de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, con el objetivo de elevar el capital humano para todos los propósitos que se tenían, en el camino de elevar la calidad de vida de nuestra gente.

A pesar del tiempo transcurrido, el concepto de la medicina familiar no cambia, sino que se fortalece en su objetivo de prevenir las enfermedades curables, tratar las crónicas no transmisibles que constituyen causas de muerte en el mundo y en Cuba, participar de las campañas de vacunación y antivectoriales, entre otras muchas de las funciones que desempeña el médico y enfermero de la familia.

En una reciente visita a Cienfuegos, la Dra. Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra de Salud, compartió las experiencias que ya se ponen en práctica en el perfeccionamiento del Plan del Médico y Enfermero de la familia, que se potencia y reestructura, sobre la base de la importancia que se le concede a la Atención Primaria de Salud (APS).

Sobre el fortalecimiento del trabajo de los 386 consultorios de la APS en Cienfuegos, la Dra. Mariela García Velázquez, vicedirectora de Asistencia Médica, Tecnología y Medicamentos de la DPS, comenta:

“Ya se trazan estrategias sobre el tema y se ponen en práctica; trabajamos en completar los consultorios con especialistas en Medicina General Integral, y en su defecto, los residentes están acompañados de un tutor de desempeño, que figurará como médico asistencial y no como una mera figura para medir resultados”. También abundó García Velázquez, sobre cómo deben aumentar la resolutividad en Salud.

Durante todo 2022, y ante un “respiro” que deja la epidemia de Covid-19, los directivos del Minsap enfocan el trabajo hacia la APS, lo cual no significa que de manera inmediata funcionará a la perfección, sino que paulatinamente la Medicina Familiar suplirá las demandas actuales —y cada vez mayores—, de atención.

Para lo que sí no están diseñados los consultorios, es para que la población acuda a solicitar recetas de medicamentos por complacencia, ni interrumpir las funciones verdaderas del médico y enfermero de la familia. Recuperar las visitas a enfermos, conocido como “hacer terreno”, llevar estadísticas, que no son meros “papeleos”, sino provechosas, se incluyen en la planificación, y hasta se me ocurre que este personal podría contar en su team con un técnico, para documentar y llevar TODO cuando se les pide hacer en materia documental.

La docencia médica cubana, que es una escuela reconocida en la formación de profesionales de la Salud, quizá escuche el parecer, en el camino de hacer de la Medicina Familiar una fortaleza mayor, aunque así sea, a no dudar, incluso argumentada por científicos, en la concepción de ensayos clínicos en las actuales circunstancias. Transcurridos 38 años de aquel acto fundacional del Plan de las 120 familias, Cuba apuesta por la idea.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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