Lutgarda Ordetx Acosta, la voz femenina de Los Naranjos

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Por: Sandra M. Busto Marín*

Me gustaría hacer un homenaje a una de las voces femeninas de Cienfuegos que nos dejó físicamente el pasado 3 de noviembre de 2019, pero su legado, su voz, seguirán acompañando la historia de esta ciudad.

Cuando entrevisté a Ingrid Rodríguez, hablamos de Lutgarda Ordetx, de todo su legado y de ser un referente para ella, principalmente en la interpretación de boleros. Luego conversaba con el Guajiro Miranda, otro músico que también le profesaba una profunda admiración. Gracias a ellos es que llego un día de agosto de 2019 a su casa. Allí me recibe Cecilia, su hija, quien me permite conocer sobre la vida y obra de la voz femenina de Los Naranjos. Recuerdo con mucha emoción, cuando cantó para mí. Aún conservaba una voz muy clara, afinada y con un timbre muy agradable.

Nacida en la ciudad de Santa Clara el 26 de marzo de 1934, se traslada siendo muy niña para Cienfuegos. Con 18 años comienza a cantar en la coral de la Catedral de esta ciudad, donde el Padre Pedro Urtiaga, era el director y a la vez profesor de solfeo y canto. Luis Alberto Ordetx, el padre de Lutgarda, era tenor en el coro. Esta agrupación tenía un repertorio variado y se presentaba además, en diferentes clubes como el Yacht Club y el Club Campestre. Su voz está registrada en un disco LP junto a la coral, en la que llega a dar un do sobre agudo. El Padre Urtiaga escogía frecuentemente esa obra en ocasiones importantes o se presentaban ante alguna personalidad. Lutgarda llegaba a la nota casi sin previa preparación.

En la coral conoce a Clemente Domínguez, un tenor que a la muerte del Padre Urtiaga en la década del ʼ60, toma la dirección de la coral. Del matrimonio de Lutgarda y Clemente nacerá su hija Cecilia, que también ha dedicado su vida a la música.

Por esa época cultiva también a la canción lírica cubana, interpretando a autores como Eusebio Delfín y Ernesto Lecuona. Contó con el acompañamiento del pianista Rufino Roque y de las orquestas Jagua y Costa Sur, dos de las jazz band que hicieron historia en la vida cultural de esta ciudad.

En la década del ʼ70 la acompañan los destacados pianistas Nelson Camacho y Freyda Anido Pacheco. Un back ground que le graba esta última, le da la posibilidad a Lutgarda de trabajar como solista en diferentes fiestas populares.

Posteriormente, pasa a ser la voz femenina del conjunto de sones Los Naranjos. Es en esta agrupación donde escribiera gran parte de su historia como intérprete. Son pocas las voces femeninas en la música cubana que han liderado un conjunto de sones y lo hayan hecho con todos los aciertos de Lutgarda. Su voz está en el primer fonograma que grabara la agrupación. Se presentó con ellos en plazas importantes de varias ciudades a lo largo del país. Integró el conjunto por casi dos décadas.

Aprendió a tocar el piano de manera autodidacta y se acompañaba, aunque solo en peñas familiares; nunca lo hizo abiertamente en público. Uno de los géneros que prefirió es el bolero, en el cual dejó su impronta. Como bolerista ha sido un modelo a seguir por otras mujeres que han destacado posteriormente en la escena cienfueguera y la consideran como un referente obligatorio.

Por su obra de vida, Lutgarda merece quedar en su pueblo, como una de las voces que acompañó a varias generaciones y dejó su huella en el corazón de muchos cienfuegueros.

*Master en Arte, flautista e investigadora musical

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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