Los cienfuegueros ante la invasión de Girón
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En la medida en que se acercaba la fecha de la invasión, se hacían más frecuentes y enconadas las agresiones de la contrarrevolución. Eran aquellas jornadas de abril de 1961, días de definiciones y de respuestas contundentes ante las provocaciones.
En más de una oportunidad, la mayoría de los cienfuegueros se pronunciaron contra hechos acaecidos en la localidad o en otras partes del país y dejaron claro, mediante mítines o pronunciamientos, su identificación con el proceso revolucionario.
Una de las reacciones más enérgicas se produjo apenas se conoció el bombardeo a los aeropuertos de La Habana, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, el 15 de abril, como preludio del desembarco que se produciría dos días después.
Además de provocar miedo y confusión, la acción perseguía destruir en tierra la escasa y anticuada fuerza aérea cubana, para asegurar la impunidad de otras incursiones que ya se fraguaban por vía terrestre.
El mismo día del artero ataque, el sábado 15 de abril, en horas de la tarde, una concurrida manifestación partió de la Casa de las Milicias, sita en Santa Cruz y Prado, recorrió las principales arterias de la ciudad y concluyó con un mitin en la céntrica esquina de Arguelles y Prado. Para entonces, cientos de cienfuegueros habían hecho suyo ese sentimiento de dolor y cólera que ya embargaba a toda Cuba. El número de participantes se había incrementado con creces.
Una vez más, las acciones del enemigo, lejos de amedrentar, habían unido aún más a los cubanos y a los cienfuegueros, en aquellos días de abril de 1961.
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