Ismary, trabajadora social que alegra la vida en comunidad vulnerable de Cienfuegos
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Como los médicos del alma en su labor de prevención y asistencia social definió el líder de nuestra Revolución, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz a los trabajadores sociales.
Hoy me cuenta su historia una de ellos: Ismary Sánchez Medina, de 37 años de edad y 20 dedicados a esa hermosa labor, incluyendo la misión que cumplió en la República Bolivariana de Venezuela.
El miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda, Secretario de Organización y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por Cienfuegos, recientemente sostuvo en esta ciudad un encuentro con los trabajadores sociales y constató el vínculo estrecho con la población.
Allí estaba Ismary, a quien le salen por los poros el amor y el deseo de ayudar a las personas, fundamentalmente a las de la comunidad donde labora: La Esperanza, perteneciente al Consejo Popular Buena Vista en la Perla del Sur, considerada en situación de vulnerabilidad.
Una de las trasformaciones ha sido la incorporación de 23 jóvenes que se encontraban desvinculados del trabajo y fueron incorporados como estibadores en el Puerto de Cienfuegos.
“Ellos estaban protegidos por la Asistencia Social, apunta, y los hemos vinculado al trabajo transformando a las familias. La opinión general es de mucho agradecimiento porque los jóvenes han ido teniendo su propio sentir y sacrificio para aportar a la sociedad”.
Labor Social colectiva de integración al trabajo y la sociedad en la que intervienen delegados de las circunscripciones, el Presidente del Consejo Popular, núcleos zonales y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
“Muchos de esos jóvenes son padres, agrega, y para que sientan el deseo también y la potestad de mantener a sus familias”.
Ismary confiesa que cuando se graduó en el Instituto Preuniversitario conoció el llamado de Fidel, el concepto de los trabajadores sociales y se motivó, pero más le gustó al ejercer la profesión.
“Ayudamos a muchas personas con necesidades, refiere, y se sienten con nosotros como si fuéramos un familiar, depositan toda la confianza en nosotros y se sienten seguras. Además conocemos sus problemáticas y los apoyamos”.
La trabajadora social destaca la atención a cinco pacientes de hemodiálisis en la comunidad
“Nosotros les gestionamos cada quince días el servicio alimenticio, por ejemplo, el pollo, aceite, salchichas para la mejor alimentación. Dentro de esos cinco pacientes tenemos una niña de 16 años, quien recibe la prestación monetaria de cuatro mil 700 pesos mensuales”.
Agradecimientos de la familia, a la Revolución, por el apoyo incondicional, entre otras anécdotas, como la de la abuela tutora de tres niños menores de edad.
“Ella se nombra Adela Calderón y su hija falleció hace dos años. Prevemos entregarles una vivienda. Recibieron camas, colchón, calzado, mochila, entre otros recursos y le gestionamos el círculo infantil”.
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