Enriqueta Reyes González, la primera mujer bombero de Cuba y América Latina

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Por Dariel Alba Bermúdez*

A propósito de la explosión ocurrida en el hotel Saratoga en la capital y del incendio de grandes proporciones en la Base de Supertanqueros de Matanzas, en mayo y agosto de este año respectivamente, la profesión de los bomberos cubanos se ha visto revitalizada.

Cuenta la mayor de Las Antillas con una larga y hermosa historia de estos hombres que dedican todas sus fuerzas a luchar por la extinción de los siniestros. Fue el centro del país, específicamente la ciudad de Santa Clara, el primer territorio en poseer este tipo de servicios en el lejano año de 1696.

Enriqueta Reyes González en el Comando No. 6 de Ranchuelo a principios de la década del 90 del pasado siglo. /Foto: Cortesía de la Sala de Historia del Comando No. 6 de Ranchuelo

Acto seguido, los cuarteles de bomberos se generalizaron por todo el país y para inicios del siglo XX ya se contaba con una extensa red de estas instituciones. Quiso el azar o la propia historia que correspondiera al centro del territorio nacional nuevamente presenciar el nacimiento de la primera mujer bombero de Cuba y América Latina: Enriqueta Reyes González.

Este acontecimiento de singular importancia para la historia nacional tuvo lugar cerca de la urbe santaclareña. Para comienzos de la década el municipio de Ranchuelo mostraba una estructura económica favorable debida a la proliferación de numerosas industrias de renombre nacional y regional, como los centrales azucareros Santa María y Santa Rosa; la Fábrica de Cigarrillos Trinidad & Hno.; el Tostadero de Café La Diana; una decena de zapaterías, entre las que sobresalía la administrada por Raúl Botana, y otras empresas menores. En su mayoría, dichas industrias se ubicaban en el límite urbano del municipio. Sus habitantes, temerosos de un incendio que pudiera poner en peligro tranquilidad de los vecinos, decidieron crear un cuerpo de bomberos.

No se puede establecer una fecha puntual sobre la fundación del Patronato de Bomberos de Ranchuelo, pero todo parece indicar que esto ocurrió hacia finales de 1955 o inicios de 1956. La organización de esta institución recayó sobre Enriqueta Reyes González, quien había nacido en Camagüey en 1920.

Mediante colectas en celebraciones populares y donativos realizados por los sectores más acomodados de la sociedad ranchuelera se pudo comprar un carro-bomba marca Dodge de 1955 y una ambulancia. El arribo de estos vehículos a la localidad constituyó un acontecimiento inusual y de gran júbilo. De igual modo, sirvió de alivio ante los detractores del Patronato que no confiaban en el quehacer de Enriqueta Reyes González. Posteriormente, se inscribieron más de 200 hombres para recibir adiestramiento como bomberos, de los cuales fueron aceptados 25 de ellos y entre los que sobresalió su principal promotora.

Ante la importancia de este tipo de servicio, el Ayuntamiento Municipal concedió un terreno para la construcción de un cuartel cercano a todas las industrias antes mencionadas y en el lugar que marca el nacimiento de la vía que conecta a Ranchuelo con el vecino municipio de San Juan de los Yeras. En la actualidad, el inmueble cumple con la función original de su construcción.

Correspondería a Cienfuegos ser testigo presencial de la inauguración oficial de este cuartel de bomberos y del nombramiento de Enriqueta Reyes González como bombera. Fue el Obispo Eduardo P. Martínez Dalmau, máxima autoridad eclesiástica de la otrora villa Fernandina de Jagua, quién bendijo dicho inmueble el 20 de mayo de 1957 bajo la advocación de la Virgen de la Milagrosa. En el interior del cuartel existía un altar dedicado a esta representación católica. A esta actividad asistieron todas las instituciones fraternales, religiosas y políticas del municipio, el pueblo en general.

Bendición del Cuartel de Bomberos de Ranchuelo, el 20 de mayo de 1957. Al centro de la fotografía el entonces Obispo de Cienfuegos, Eduardo P. Martínez Dalmau. Enriqueta Reyes González es la primera mujer que aparece a la izquierda de la fotografía. /Foto: Cortesía del Archivo de la Iglesia Católica de Ranchuelo.

La oficialización del nuevo cuartel sirvió de base para que los miembros del Patronato de Bomberos de Ranchuelo no cesaran en sus esfuerzos para contribuir a la tranquilidad de los habitantes del lugar. Para el año siguiente se adquirió un camión-cisterna marca Ford, de 1958, que contribuyó a una mejor capacidad de respuesta ante los incendios. Con el paso de los meses, los pobladores del lugar y los miembros del Patronato comenzaron a reconocer a Enriqueta Reyes González como “La Coronela”, debido a su accionar en la organización y funcionamiento de los bomberos del lugar.

Con el triunfo de la Revolución cubana, el Patronato se disolvió, entregando el cuartel, los instrumentos y los vehículos al gobierno provisional. Para 1963, el inmueble perdería la última huella tangible del extinto Patronato, al entregar a la Iglesia Católica la imagen de la Virgen de la Milagrosa que allí se atesoraba.

Con el paso de los años y la profesionalización de los bomberos en su quehacer, Enriqueta Reyes González se mantuvo estrechamente ligada al cuartel que vio nacer. Participó en numerosas actividades y debates sobre la historia de este oficio en Ranchuelo. Paralelo a ello, en 1968 obtendría el título de contadora pública en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Asimismo, dedicó gran parte de su vida a todo lo relacionado con la naturaleza, al crear en su hogar un jardín que se convirtió en Jardín de Referencia Nacional a inicios del siglo XXI.

“La Coronela” se granjeó siempre el cariño de sus familiares y amigos; pero en especial, de los pobladores ranchueleros, quienes no olvidaron jamás los empeños y sacrificios de esta distinguida mujer que sería reconocida por la historia, y sin proponérselo, como la primera mujer bombero de Cuba y América Latina. Murió en esa propia localidad en el 2008 y en su tumba no existe ni siquiera un símbolo que evoque su memoria y su legado, salvo las señas mortuorias propias de un camposanto.

(*) El autor es Máster en Ciencias. Profesor de la Universidad de Cienfuegos.

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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