Enfermería de contingencia y una cofia que respalda

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La seño Tatiana se mueve por los pasillos del Hospital Pediátrico Universitario Paquito González Cueto (HPU), de Cienfuegos, con su pulcra y blanca cofia que exhibe con orgullo, y muchos la llaman profe. Se conoce al dedillo cada recoveco de la institución, desde la vieja construcción hasta todo lo nuevo que se le ha anexado a este prestigioso centro asistencial.

Licenciada en Enfermería, máster en Salud Pública, y profesora asistente, se desempeña como la jefa de Enfermería del HPU, 21 años de graduada, pertenece a la promoción de 2000, que recibiera el título un 13 de agosto, en homenaje al cumpleaños de Fidel Castro y en su presencia, un honor y compromiso que siempre carga consigo.

¿Se refuerza el papel que juega la Enfermería en medio de una epidemia?

“El papel de la enfermería en tiempos de epidemia ha resultado primordial, hemos trabajado como un gran equipo, acá tenemos más de 180 enfermeros, una profesión noble y humana, que se reafirma en este Hospital, donde se les presta asistencia a niños.

“Durante todo este tiempo hemos colaborado con instituciones de la provincia en la atención a pacientes positivos y sospechosos de Covid-19, a otros territorios del país y a otras naciones del mundo, tarea que se ha desarrollado con éxito y reconocimiento para nuestro personal, porque los que se han quedado acá, trabajaron doble para cubrir la retaguardia de sus colegas.

“Desde que la epidemia fue noticia comenzó la capacitación sobre la enfermedad y sobre bioseguridad, se repasaron hasta el cansancio los protocolos de atención; se reestructuró el Cuerpo de Guardia y allí juega un importante rol la enfermería de clasificación. Ha resultado difícil, hemos hecho más con menos cuando las carencias nos golpearon, pero siempre tratamos de proteger a nuestro personal.

“No se nos ha dado ningún evento de contagio intrahospitalario, y ello responde a las medidas adoptadas referentes a la movilidad, entrada de familiares y protección, situaciones en las que hemos contado con la disciplina de los familiares de los pequeños, porque un niño enfermo moviliza al hogar, y todos quieren estar cerca”.

La labor de docencia, esa que garantiza la formación de nuevas generaciones de enfermeros, la ejerce Tatiana con orgullo, sobre el tema comenta:

“En ese intercambio con los alumnos, que se produce desde que inician los estudios, hay mucha retroalimentación y ambos aprendemos. Quienes aprenden este oficio ya vienen con una vocación humanista, la que desarrollan durante la carrera, ser educador es una bendición, ser enfermero es estar preparado para cualquier contingencia”.

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