El único desvío de la Caravana eternizado en 16 mm
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A la residencia del doctor Rodolfo Hernández, en la avenida 20 de Punta Gorda, llegó el rumor. Fidel había dormido esa noche a poco más de 100 metros.
Era el amanecer del 7 de enero de 1959 y el Dr Rodolfo Hernández, unió a su admiración por el “rebelde” la afición fotográfica, tomó su Bell & Howell, le dio cuerda durante 5 minutos y salió a toda carrera para registrar la inesperada visita.
RESCATE DE UN PATRIMONIO FÍLMICO
Le tomó más de un año convencerlos de su confiabilidad. La familia no quería desprenderse de las películas que cuarenta años atrás el abuelo Rodolfito había repartido por igual entre los nietos como un valioso patrimonio, y que después de su muerte compilaron.
Pero Jorge Luis Marí, realizador audiovisual, acucioso investigador, les convenció. Llevaba varios años mostrando en la televisión local fragmentos de la memoria histórica de Cienfuegos que reconstruía a través de Semilla Nuestra, para él más que un programa un proyecto de vida.
“Tenía noticias de que esas imágenes se habían hecho, y que había tomas de Fidel. Me fui acercando a la familia del Dr. Rodolfo Hernández, eminente oftalmólogo. Fui paciente, porque sabía que eran un tesoro. Creo que ellos confiaron en mí porque veían en la televisión que intentaba rescatar sucesos locales y creo que eso les decidió a convertirme en una especie de albacea de ese patrimonio fílmico”.
Fue un sábado cuando pactaron proyectar las cintas, la primera vez luego de la muerte del abuelo “Rodolfito”.
“Buscamos una pared blanca, ajustamos el viejo proyector y comenzamos.. Empezamos a ver al Cienfuegos de más de cuatro décadas atrás…las cintas se partían…se apagaba el aparato…ajustaba nuevamente el ángulo con el camarógrafo. Grabar de la pared era la única forma de hacernos de aquel patrimonio…otra vez se quebraba la película…hasta que al fin allí estaban…los barbudos en Cayo Loco, los jeeps y camiones, la gente en las calles… Fidel… Eran imágenes inéditas de la Caravana de la Libertad en su único desvío.
“Fue todo un largo día en el que la familia me contó que este pionero de la fílmica local había comprado su cámara durante un viaje de trabajo a New York y que su afición era tal que revelaba y editaba sus propias películas en una habitación dispuesta para eso y donde archivaba rollos de cintas.
“Tenía toallas donde colocaba tipos de imprenta, letras, y eso lo combinaba con recortes de periódicos para manufacturar al estilo de los padres del cine, los títulos de sus filmes”.
HISTORIA EN CELULOIDE
Las imágenes sobre la pared revelaron la admiración por el líder detrás del lente.
“En el primer fotograma se leía: ‘De ese adalid inconmensurable: Fidel Castro Ruz. Para quien la Patria agradecida le ofrece su puesto de honor’ y una foto de Fidel tomada de la Revista Bohemia. Es el título con que el Dr identificó en sus archivos este patrimonio fílmico de la nación”.
Aquella mañana Rodolfito había corrido unos cien metros. Ya el rumor era noticia, llegaban de todos lados. Se enteró de que la noche antes entró directo a Cayo Loco, donde se encontraban las tropas del II Frente del Escambray, que hubo extensas conversaciones en pos de la unidad del movimiento.
Supo también que había hablado al pueblo explicando la razón de este desvío no planificado: “A Cienfuegos tenía que venir aunque sólo fuera, para inclinarme reverentemente ante la tumba de los mártires del 5 de septiembre“.
Rodolfito logró entrar aquel 7 de enero en la casa y filmó el desayuno que Fidel compartía con una familia cienfueguera, la tropa que le esperaba, el asombro de quienes se acercaban a verlo salir de la leyenda, su despedida de los revolucionarios locales en aquella casa a la que confió su descanso para seguir su trayecto liberador hasta la capital.
El oftalmólogo aficionado nos legaba el testimonio del único desvió de la Caravana de la Libertad eternizado desde entonces en celuloide.
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