El debate de la inflación en Cuba
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El tema de la inflación mueve hoy un debate en el país a partir de los altos precios en el mercado de oferta y demanda de productos. Aún con las medidas aprobadas por el Gobierno para impactar en el decrecimiento de los dígitos que acompañan a esta variable, todavía los efectos no son los suficientemente visibles, y lo cierto es que los bolsillos de las personas se resienten.
Es un fenómeno que nace en el sector no estatal, en el estatal donde no existen precios topados, y en los productos y servicios de oferta y demanda. Una y otra vez se reitera que el incremento de la producción, una mayor oferta sobre todo nacional, resulta el mejor antídoto contra precios excesivos que se alimentan del desabastecimiento.
A la inflación contribuyen igual las especulaciones en el mercado ¨negro¨ que impulsan una cadena donde están presentes los revendedores que después buscan sacar dividendos abusivos.
También pasa por un mercado informal cambiario de divisas, ¨fijado¨ por personas inescrupulosas, que recargan los precios a la moneda nacional multiplicándolos por el valor del primero, lo que reduce considerablemente el poder adquisitivo de las personas.
Por supuesto, es un problema complejo, que se alimenta de la escasez de productos y ha conllevado la aprobación de medidas para su contención que como decíamos, llevan tiempo para lograr el impacto que se desea; mientras que por caminos paralelos debe existir un progresivo incremento de bienes y servicios hacia lo interno, que permita favorecer un mejor equilibrio financiero, para que esa masa de dinero tenga donde realizarse.
Nuestro sistema empresarial resulta el principal actor llamado a impulsar las transformaciones para combatir la inflación. Y tienen que hacerlo con eficiencia y alta productividad, lo que implica calidad en lo que se produce teniendo como principal destino el mercado nacional.
El propio paquete de medidas aprobado para este sector hace un tiempo, está dirigido a quitar trabas y potenciar cada reserva de eficiencia a nivel empresarial y a desarrollar el pensamiento creativo y proactivo en el camino de buscar soluciones a los problemas.
Al finalizar el pasado año, aún cuando algunas empresas se mantuvieron con pérdidas, otras obtuvieron utilidades que se distribuyeron entre su colectivo, sin embargo, no en todos los casos esas utilidades tributaron al reaprovisionamiento de la entidad, nuevas inversiones y a dar respuesta a necesidades propias para el sostenimiento y vitalidad de las producciones.
Y es ahí también una interpretación diferente que necesitamos dar sobre algo que resulta positivo, y no debe estar dirigido solo a distribuir dinero que después no tiene una realización práctica a partir del déficit de ofertas. Es un problema que debemos apreciar de manera integral, con todas sus mediaciones.
Como se ha afirmado, la inflación es un crecimiento generalizado y sostenido de los precios en un período determinado de tiempo, y en el caso de Cuba los precios de servicios y productos como el combustible, la electricidad, la canasta familiar normada, el agua, entre otros, se han mantenido estables.
Lograr un mayor respaldo productivo de nuestra moneda transitará siempre por el incremento de la producción, para colocar una mayor oferta y disminuir precios.
Ese es un asunto en el que inexorablemente tenemos que avanzar durante este año, para recuperar el período de duro impacto de la Covid-19. No hay alternativa.
Tomado de Radio Rebelde
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