Defensa Civil, 60 años apostando por la vida

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Encaramados en lo más alto del techo de la casa, la familia observaba con pavor cómo el nivel del agua subía vertiginosamente. ¡Cómo era posible aquello!, se preguntaban… mientras los más viejos aseguraban que jamás el río Lagunilla había alcanzado semejante cota.

Empero, era inminente la desgracia. La crecida del afluente ya llegaba hasta los aleros del inmueble y no había de otra que esperar resignados a que la fuerza de la corriente se los llevara a todos, sabía Dios a dónde. El instinto filial hizo que los padres abrazaran a los más pequeños en un último intento de protección.

Cuando todo parecía irremediablemente perdido, se escuchó un ruido ensordecedor. Lo primero que pensaron los infortunados campesinos fue que tal estrépito procedía del arrastre de empalizadas y otros despojos de la naturaleza… pero, solo bastó alzar los ojos para ver el pájaro de acero casi estacionario sobre sus cabezas, mientras intrépidos rescatistas bajaban por la escalerilla para auxiliar a aquellas víctimas indefensas.

Pareciera esta una historia extraída de una película de suspense; sin embargo, nada de ficción hay en ella porque la vivencia forma parte de los muchos ejemplos  —otros mucho más dramáticos—, que durante 60 años han tenido que afrontar hombres y mujeres integrantes de las diferentes estructuras que conforman el sistema de la Defensa Civil (DC) en Cuba.

Refrendado por la Ley No. 75, la DC se define como un sistema integrado por todas las fuerzas y recursos de la sociedad y del Estado, con la función de proteger a las personas y sus bienes, la infraestructura social, la economía y los recursos naturales, de los peligros de desastres, de las consecuencias del cambio climático y la guerra.

Justo este 31 de julio se cumplen las seis décadas de creada la entonces denominada Defensa Popular, con la misión fundamental de agrupar a los trabajadores en unidades de las milicias y defender sus industrias. Un año después, las traumáticas secuelas dejadas por el huracán Flora, con un saldo de alrededor de 200 personas fallecidas en la región oriental del país, obligó a repensar las misiones, funciones y contenidos de ese humano empeño.

El propio reto impuesto por las contingencias ha ido consolidando la eficacia y perfeccionando los mecanismos, métodos y formas de actuar en todo este tiempo. 60 años marcan la total madurez del sistema integrado, cuyo signo ha sido el sello distintivo de una Defensa Civil cubana con destacado prestigio internacional.

Foto: Centro de docuentación

Si bien la génesis estuvo y sigue estando en el peligro de la guerra, que nos obliga a prepararnos desde tiempo de paz, hoy la DC tiene entre sus objetivo un alcance mucho mayor, en atención a otras amenazas, muchas de ellas a consecuencia del cambio climático, la expansión de nuevas epidemias y enfermedades, y otros imprevistos.

Cierto es que la condición insular de Cuba hace muy susceptible a nuestro archipiélago a las afecciones de organismos tropicales originados en el Atlántico y el Mar Caribe, de ahí que ante cada temporada ciclónica haya que prepararse para reducir las vulnerabilidades ante eventos hidrometeorológicos y sus desbastadores efectos por fuertes vientos, intensas lluvias con las consecuentes inundaciones, penetraciones del mar y otras consecuencias.

Sin embargo, no son los fenómenos de origen climatológicos las únicas amenazas, también cuentan los sismos, la intensa sequía u otros desastres de carácter sanitario o industriales, como también los incendios forestales, cada vez más frecuentes en el mundo.

Todo ello aconseja a adoptar de manera oportuna, consecuente y preventiva un amplio grupo de medidas contentivas en los respectivos planes de reducción de riesgos, para las diferentes instancias de organismos, entidades e instituciones estatales, hasta llegar a los centros laborales y de estudio.

A partir de 1994, una vez aprobada la Ley 75 de Defensa Nacional, quedó patentizada la voluntad política del Estado como ente dirigente de la vital institución. El presidente del Consejo de Estado es la máxima autoridad de la Defensa Civil, aunque en la práctica funciona un Estado Mayor de autoridades y expertos, ejecutores y coordinadores principales de sus objetivos de trabajo.

La poda de árboles forman parte de las acciones en los diferentes ejercicios populares./ Foto: Centro de documentación.

Igualmente, la creación de los Consejos de Defensa en los distintos niveles territoriales dio un mejor acabado y sentido de profundidad necesario al abarcador sistema.

No obstante, ha sido la propia vida la encargada de tributar periódicamente, y aún de manera inesperada, nuevos contenidos de trabajo y pruebas de fuego, tanto al Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, como a todo el sistema de estructuras homólogas diseminadas en provincias y municipios del país.

Luego, es preciso hablar de una cobertura que beneficia a toda la población cubana y sobre todo a territorios vulnerables, de acuerdo con estudios científicos y muy puntuales de la propia DC e instituciones técnicas y universitarias del país, pues en tiempos de recrudecimiento del cambio climático impulsado por causas antropológicas, los descuidos pueden pagarse demasiado caro.

La experiencia acumulada, la aplicación de la ciencia, técnica e innovación permite darle un enfoque mucho más científico al trabajo preventivo. Los sistemas de alerta temprana devienen importante herramienta en tal sentido, sobre todo para adoptar decisiones oportunas.

Ahora bien, la solidez del sistema de la Defensa Civil en Cuba fue y sigue siendo la decisiva participación de la población, no solo por el nivel de conocimientos y preparación que posee, sino también por ser un ente activo y consciente del papel que le corresponde en la salvaguarda de vidas humanas en primerísimo lugar.

Un buen ejemplo de lo anterior es la realización cada año, previo al inicio de la temporada ciclónica, el ejercicio popular de las acciones en situaciones de desastres: Meteoro. Este es el escenario ideal para consolidar lo aprendido en dicha materia y también evaluar en su justa medida la capacidad de respuesta ante las diferentes contingencias a enfrentar, con un marcado protagonismo de la ciudadanía.

Ejercicio ante un escape de gas en el muelle de GLP./ Foto: Juan Carlos Dorado

Gracias a nuestro sistema integrado de la Defensa Civil, los impactos de los eventos extremos han podido ser minimizados en buena medida. Mas, sin lugar a dudas, el principal éxito está en el número de vidas humanas salvadas gracias a la prevención, y en no pocos casos a la decisiva intervención de fuerzas y medios de rescate de personas en peligro.

Luego, tenemos todas las razones del mundo para festejar este 60 Aniversario de tan noble empresa, cuyo principal guía y promotor lo fue y sigue siendo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien no solo representa el paladín indiscutible en lo conceptual, si no en la acción, con su presencia inspiradora en más de una oportunidad junto a su pueblo en franco desafío a las adversidades.

Las reparaciones de averías del tendido telefónico y eléctrico tras el paso de los huracanes son de las acciones acometidas por fuerzas del sistema de la Defensa Civil./ Foto: Juan Carlos Dorado.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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