Constancia y el secadero de arroz: dos años en el laberinto

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*En coautoría con Dagmara Barbieri López

Otro gallo cantaría en el poblado de Constancia, del municipio de Abreus, si no fuera por el atraso de casi dos años en la inversión allí de un secadero de arroz. De julio de 2019, cuando se dijo a este periódico que marchaba al 84 por ciento de ejecución y a punto de concluir, hoy el “avance” de la misma adiciona otro seis por ciento. Lo cierto es que aquel año nunca llegó a beneficiar las cerca de 6 mil 500 toneladas (t) de arroz de la campaña de primavera —como era de esperar para los meses finales— y tampoco ocurrió después en 2020. Ahora, incluso, transita por un laberinto de incertidumbres.

Javier Castellanos Muñoz, directivo de la Empresa Constructora de Obras de Arquitectura No.37 (ECOA-37) —a cargo de la construcción y montaje del secadero— afirmó que de no ser por los efectos del bloqueo estadounidense, recrudecido a grado extremo, y la pandemia de la Covid-19, ya estuviera funcionando.

“Se comenzó hace tres años y atravesamos diferentes etapas. En la actualidad, está en fase de terminación, por encima del 90 por ciento, pero faltan algunos elementos para completarlo. En cuanto aparezcan los recursos, le ‘meteremos con todos los hierros’ para conseguir que salga de una vez”, subrayó.

La instalación agroindustrial será la segunda de su tipo en Cienfuegos, luego de que en 2013 la provincia tomara los caminos del programa nacional de desarrollo arrocero, con inversiones en el enclave productivo de La Paquita, del municipio de Aguada de Pasajeros. Aunque goza de prioridad dentro del plan estratégico del sector agropecuario, a fin de reducir la importación del demandado cereal y sortear los nocivos impactos del coronavirus, no ha podido salvarse de las limitaciones económicas que hostigan al país.

CUANDO FALTA LO MÁS FÁCIL

Raunel Arturo Morales Rojas, especialista general de la Empresa de Proyectos e Ingeniería de la Agricultura, insiste en la idea del progreso en el secadero de Constancia, al sostener que lo más difícil fue hecho. “Ya casi toda la tecnología se encuentra montada y solo restan detalles: la conexiones eléctricas entre los equipos y la pizarra de control, y otras cuestiones relacionadas con el funcionamiento.

“De la parte civil —agregó—, el edificio socio-administrativo está a un 75 por ciento, con las garitas, los locales para baños y taquillas. La pavimentación, específicamente los viales internos para el movimiento de vehículos de gran envergadura, es lo más afectado por el déficit actual de materiales, a pesar de que se buscan soluciones que minimicen, incluso, los gastos”.

Hoy los trabajos se concentran en objetos de obra de la parte civil. /Fotos: Roberto Alfonso Lara

A decir de los ejecutores de la obra, los principales inconvenientes atañen a la impermeabilización, a las instalaciones eléctricas e hidráulicas, junto a las carencias afrontadas con el cemento y los electrodos para soldar. La ausencia, o inestabilidad de estos, impiden el avance físico de la construcción, con días y días de retraso marcados en el cronograma.

Elier Álvarez Depestre, técnico integral, confirma tales obstáculos. “Faltan, por ejemplo, tuberías, 6 mil metros de cable de distintos calibres, además del sistema contra incendios y el de tratamiento, fundamentales para la puesta en marcha. Sin embargo, no nos hemos detenido y, en consenso, se han  realizado algunas modificaciones para poder continuar”, comentó.

Considerada la inversión más importante en la cual interviene la ECOA-37, su conclusión para el año en curso es incierta. Castellanos Muñoz señala que dependerá, netamente, del arribo de los recursos —algunos de importación— y de gestiones que se hacen para emplear otros de factura nacional.

GANANCIAS QUE DEMORAN

Según los especialistas, el secadero de arroz de Constancia figurará entre los más avanzados en Cuba desde el punto de vista tecnológico. La nave de secado, la báscula y los silos —incluidos los dos de almacenamiento, con capacidad para 500 t cada uno— contribuirán a reducir, en un 70 por ciento, las distancias en la correlación campo-industria.

Yoel Santos Ocaña, directivo en la Empresa Agroindustrial de Granos de Aguada, apuntó que el propósito es recoger la producción de arroz de al menos cinco municipios (Abreus, Rodas, Palmira, Cruces y Lajas), donde radican una treintena de formas productivas, con volúmenes que rondaban, hasta hace muy poco, las 11 mil t del cereal por año.

Hoy los trabajos se concentran en objetos de obra de la parte civil. /Fotos: Roberto Alfonso Lara

“Esto favorecerá el ahorro de combustible, al evitar el traslado de dicha producción hacia La Paquita, mucho más distante. Por otro lado, se espera que así logremos eliminar la práctica de secar el arroz en carreteras y caminos rurales, lo cual nos genera pérdidas significativas”, dijo.

La nueva planta, diseñada para el beneficio de 37 t diariamente, impulsará el auge de este cultivo en el territorio, todavía insuficiente, y propiciará la firma de contratos con productores particulares que en estos momentos no tienen donde procesar el arroz que cosechan, con un secado eficiente y de calidad. Acercar el futuro al contexto actual —tocado por transformaciones económicas y precios exorbitantes que también conciernen a los granos— obliga a forzar salidas para el secadero de Constancia, a punto de la arrancada dos años atrás y aún en ese limbo.

 

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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