Conducir el país con autonomía

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En un mundo tan competitivo saber hasta el último detalle sobre la actividad que desempeñamos, si se trata particularmente de la industria o la economía en general, es tan importante, que desconocer esta premisa puede decidir el éxito o el fracaso.

En los recorridos de la más alta dirección del Gobierno por el país queda demostrado que en aquellos lugares donde sus decisores y por supuesto los colectivos, dominan las tendencias del mercado, las nuevas tecnologías y no subestiman los saberes en ciencia y técnica los resultados llegan más rápido e incluso disponen de mayores herramientas para ser resilientes ante los embates de factores externos que pueden retardar cualquier avance posible.

Que un centro y objetivo económico que decide hoy en Cuba sea de propiedad estatal, no puede ser sinónimo de menor dominio de los rudimentos de la dirección empresarial o de la misión que desempeñamos, todo lo contrario, debe apreciarse con un más elevado sentido de la responsabilidad porque en las formas de producción estatales precisamente, se concentran los recursos principales del Estado.

Una pregunta siempre ha estado rondando durante las visitas del Presidente a los municipios… ¿Por qué unos pueden ser más exitosos con las mismas condiciones de bloqueo recrudecido, y otros no?

Es cierto que no todos los lugares son similares, mucho menos en las actividades de la economía, sin embargo, a todos los golpea la escasez de recursos financieros y materiales, la diferencia está en qué unos nunca se detienen, buscan soluciones, son más proactivos, mientras otros continúan esperando que las cosas caigan del cielo, algo que no ocurrirá.

Cuando se ha alertando sobre la necesidad de cuadros más idóneos a todos los niveles principalmente en la base, se habla en primer lugar del conocimiento, la preparación, la capacidad que tienen para conducir los procesos con mayor éxito, algo que lleva tiempo, entrega, estudio de tendencias, idoneidad y qué decir del compromiso.

No se avanza solo con quererlo; se avanza pensando, construyendo caminos, aunando saberes de expertos, y también de los trabajadores que no son científicos de título, pero sí por la larga data que han permanecido en la actividad, porque han acumulado saberes que sistematizan en la medida que el tiempo transcurre.

El llamado del General de Ejército, Raúl Castro Ruz a salir combatiendo de esta situación tiene que ver con eso, con no solo ser resilientes sino tener además el mayor éxito posible en lo que hacemos, sin cansancio, sin tirar la toalla, teniendo como brújula llegar a la meta.

Si no lo hacemos así tardaremos más tiempo en salir adelante, porque el bloqueo estadounidense seguirá ahí inamovible.

Necesitamos cambiar mentalidades, transformar rutinas o prácticas que ahora sabemos no han sido positivas o no funcionan. Ah, y lo de la autonomía municipal no es cuento, porque desde ese ámbito se sabe qué necesita cada territorio, cómo hacer sus producciones más sostenibles en el tiempo, dónde afincarse más, en qué periodo, qué privilegiar.

La autonomía municipal identifica sus propias estrategias de desarrollo que las conecta con un escenario particular para darles respuestas a las necesidades de sus pobladores. Es como la casa propia, donde el presupuesto disponible se ajusta a las prioridades para mantener el núcleo familiar vivo y activo.

Sin conocimiento es más complejo avanzar. Pensar que somos como un vehículo pequeño que debemos conducir con autonomía, -ese es el municipio, la empresa-, contribuirá entender que somos los propios protagonistas de nuestro éxito o del fracaso.

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