Centro de Salud de Montaña Crucecitas, donde se cuida y restablece la vida

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En coautoría con Armando Sáez Chávez

Con tan solo mirar el paisaje y respirar el aire puro, ya la salud se restablece. Esa es la sensación que nos embarga siempre que visitamos el lomerío cienfueguero, exactamente, la localidad de Crucecitas y su Centro de Salud de Montaña (CSM), una institución con apenas unos meses de labor, pero que bien se ha ganado la excelente opinión de quienes pasan por sus instalaciones.

Eliodoro Moreno Hinojosa, de la ciudad capital, acude al Centro junto a su esposa, quien presenta problemas en la médula: “ha recibido aquí un tratamiento maravilloso.  Está haciendo ejercicios, cama magnética; le va bien y ya la veo con avances.  Esto es una maravilla. Como acompañante me han atendido muy bien”.

A su lado María Aurora Chaveco López, también expone su opinión: “Todo ha estado bien: el tratamiento, los ejercicios, la comida, la atención de los médicos; todo ha estado perfecto”.

Mas ellos no son los únicos. Por ejemplo, Mayda Muñoz Orozco, asegura: “No es que no haya extrañado mi casa, pero aquí hay tanta paz, tranquilidad; las personas son maravillosas, muy hospitalarias. Son dos semanas y los tratamientos dependen de nuestras patologías; pero vamos de una consulta en otra. Estoy animadísima. El entorno es maravilloso y el clima excelente”.

¿Cómo logran tal nivel de satisfacción en los curistas, hospedados en CSM?

Nadie mejor que el Dr. Noriel Vega López, director, para develarnos las claves. “El Centro de Salud de Montaña es único en el país; está situado en el poblado de Crucecitas, a unos 700 metros sobre el nivel del mar y el clima resulta favorecedor para los movimientos respiratorios y cardiovasculares, ayuda a la producción de glóbulos rojos y la disminución del peso corporal; mejora mucho el rendimiento físico y tiene su efecto positivo sobre la psiquis delas personas, un efecto directo de la tranquilidad del lugar. Todo eso hace que el paciente se recupere rápidamente.

“Son tres los servicios más importantes: el médico- asistencial, óseo -terapéutico y diagnósticos. Entre los servicios asistenciales está el de medicina física y rehabilitación, sicología, terapia ocupacional, fonoaudiología, hidroterapia, agente físico, entre otros. Los diagnósticos incluyen laboratorio y el ultrasonido diagnóstico. También aplicamos ozonoterapia”, enfatiza.

Con diez años de graduada y uno y medio de labor en el CSM, Anay Rodríguez Pérez, licenciada en Logofonoaudiología, se ocupa de esa consulta: “tratamos tanto curistas como pobladores de la comunidad y niños de edad escolar con patología propia de la logopedia foniatría. Por lo común recibimos paciente con parkinson o dislalia.En el caso de la infancia brindamos mucha orientación a las madres de aquellos pequeños con retardo en el lenguaje y dislalia propia de la escuela.

Beatriz González Cruzes la psicóloga del CSM. “Nuestra labor tiene un espectro muy amplio. Aquí realizamos psicoterapia, técnicas de relajación a través de la musicoterapia y de respiración, fundamental en eta etapa de post Covid.Trabajamos con dinámicas de grupo, cuya función es buscar la socialización del colectivo.

“En la relajación tenemos que incidir tanto en la mente como en el cuerpo. Nos favorece mucho el ambiente de montaña que aquí reina, con un clima y atmósfera adecuados, que incide en esa quietud, tranquilidad y sosiego, lejos del bullicio de zonas urbanas. Por eso, siempre digo que el principal protagonista en esta terapia son el clima y la montaña para curar al paciente”.

Valga remarcar que en todos los servicios se atienden tanto a los curistas como a los pobladores de la comunidad. Beatriz, la sicóloga lo describe muy bien:

“Atiendo a todo el que llegue en busca de ayuda psicológica especializada. Las patologías más comunes son el trastorno del sueño, síndrome ansioso, crisis propia de la edad, en el caso de los niños, tanto pequeños como adolescentes”.

OTROS PACIENTES RESTABLECIDOS

“Los pacientes nos reclaman una mayor extensión del tiempo de permanencia en el Centro (son dos semanas), porque encuentran que aquí se recuperan mucho más favorablemente. Hoy solo tenemos capacidad para doce curistas, pero tenemos proyecciones de abrir otras capacidades y que muchas personas más puedan acceder a nuestros tratamientos”, nos dice el director, y cuando se pulsan otras opiniones logra comprenderse el por qué de ese reclamo.

Mercedes Montero Guerra, coordinadora municipal de la Asociación de Pedagogos en Cienfuegos,curista, mientras recibía la musicoterapia: “Vengo por segunda vez al Centro. Los beneficios en la primera visita fueron tan gratos que busqué la posibilidad de regresar, tras una reciente operación de cataratas. No tengo cómo agradecer esta posibilidad que la Revolución pone en nuestras manos para restablecer la salud.De este lugarcito uno sale como si empezara a vivir, porque es tanta la paz, tranquilidad y la relajación, que propicia que salgamos como si fuéramos niños de cuatro años.

David Tang reconoce que “sicológicamente, el personal que hay aquí da fuerza, vitalidad, esa energía necesaria para sentirse bien. Tratamos de recuperarnos para hacer lo que nos toca.

En la valoración de Mercedes Cantillo Suárez, Chavela, de la ciudad de Cienfuegos, quien padece de polineuropatía diabética no puede faltar el agradecimiento. “En enero llegué al Centro ‘destruida’ y salí ‘nueva de paquete’, porque aquí hay unos profesionales muy especializados y además, son tan amorosos, cariñosos, que ese plus que le ponen a todo cuanto hacen marca la diferencia. Yo quisiera quedarme aquí.

“Un tratamiento como el que recibo, prosigue, es un lujo que casi nadie puede darse en otras partes del mundo. Seis comidas al día, una habitación de hotel, la atención del personal; todo es excelente. Doy gracias a todos por su atención y ayuda”.

Hasta el momento de nuestra visita se han producido “diez entradas de curistas con más de 90 personas. Una vez que entran reciben una consulta multidisciplinaria para establecer un diagnóstico en base, al cual establecemos un tratamiento individual”, nos esclarece el Dr. Noriel. “Pocos días antes de su salida del Centro, los pacientes reciben una nueva consulta, esta vez para evaluar algunas escalas establecidas.  Hasta el momento hemos tenido muy buena satisfacción en cuanto al tratamiento que ofrecemos, pues los pacientes se van recuperados: mejoran la marcha y la ambulación, con alivios de dolores”.

Y a ese propósito contribuye, además, el Fitobar, un sitio en el que Hendry Ruiz Quintana, barman, ofrece no solo bebidas saludables, sino orientación precisa acerca de los efectos terapéuticos de las plantas que sirvende materia prima a las infusiones. “Es un local relajante, desestresante, acogedor, e influye sobre la parte sicológica de las personas. Ofrecemos jugos naturales, tisanas, todo sin alcohol”.

Cuando se entra en contacto con el colectivo del Centro de Salud de Montaña de Crucecitas, cuyos 48 trabajadores se emplean a fondo para brindar un servicio de excelencia, se entienden las razones por las cuales se les hace entrañable a los curistas, al punto de querer regresar. Y es que, ni más ni menos, además de los imprescindibles tratamientos médicos, el afecto, el cariño y el amor ejercen su influencia para cuidar y restablecer la vida.

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