Astisur Cienfuegos: donde las manos sanan heridas en el hierro

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Luego de tres meses de reparación en los Astilleros de la Empresa Astisur, en esta central provincia, una de las dos lanchas de la Agencia de Consignataria Mambisa, de Cienfuegos, vuelve al agua. El patrón, Aníbal Víctor Machado Guevara, corrige los movimientos de la grúa que baja lentamente la embarcación y declara que “presta servicio en la bahía cienfueguera a los buques mercantes que atracan o fondean en el puerto; es el objeto social de esa embarcación”.

Unos metros más allá, en tierra adentro, José Gómez, es uno de los hombres que devolverá un barco camaronero a su vida en el mar. Sin voltearse mucho para hablar afirma que lleva 23 años en Astisur y continúa en su faena para reparar una tapa de nevera del citado barco. En el cielo, algunas gaviotas vuelan plácidamente. Parecen supervisoras habituales de lo que sucede en esta entidad perteneciente a la Empresa de Proyectos, Construcciones y Servicios Navales (Ceprona).

“Aquí contribuyo con las labores que puedan alargar la vida de las barcos”, dijo José Gómez, con 23 años de labor en Astisur. /Foto: de la autora

“El año 2022, a pesar de algunas dificultades, fue muy bueno porque empezamos a hacer cinco nuevas construcciones, explicó Iván Fonseca Rumbaut, director de Astisur, de ellas dos son barcos langosteros, otros dos barcos están destinados a la pesca de especies de escamas y ahora se está haciendo un quinto barco langostero. De esa manera, de un plan aprobado de 14 millones de pesos, logramos 28 millones. Nosotros no teníamos planificado hacer los pisos tecnológicos del combinado pesquero de La Coloma, en Pinar del Río, pero como durante la crisis de la Covid-19 no fue posible, al entrar los recursos pudimos hacerlos y eso nos ayudó para alcanzar el sobrecumplimiento del plan”.

Al apreciar los rostros de quienes operan en el taller de Astisur, es notable la adultez de varios hombres que llevan años consagrados a un oficio hermoso, el de eliminar el herrumbre que provoca el salitre en el casco y las cadenas de los barcos; a veces con la materia prima necesaria, otras con el sello del ingenio humano, pero con calidad, porque lo importante es devolverlos a su mar.

Jorge Luis González Orozco, especialista principal en Mantenimiento y Transporte y,  además, jefe del taller en Cienfuegos (existe otro en la zona de Hanabanilla, en Villa Clara), confirmó que “los trabajos en los astilleros son muy engorrosos; obras especializadas que realiza el personal calificado y, a pesar de los escasos recursos tenemos resultados en la producción”.

Para el actual año, el plan de ingresos económicos pactado en enero fue de 700 mil pesos y el colectivo lo sobrepasó al 50 por ciento. “Hicimos un millón 400 mil pesos —dijo Fonseca Rumbaut— y tenemos la garantía de la estabilidad laboral con 108 trabajadores en los dos talleres. El de aquí es el más grande y es donde se varan los barcos para hacerles de todo tipo de reparaciones. En Hanabanilla se funden los cascos de los barcos y al llegar aquí se habilitan”.

En Cuba, este tipo de construcción naval resulta importante para devolver la vitalidad a embarcaciones como las langosteras, pues esa especie aporta altas sumas de divisas al país por concepto de exportaciones. Igualmente, las destinadas a la captura del camarón “porque en el país hay un déficit de 200 embarcaciones, más o menos”.

Barcos en fase de terminación para reanudar las labores de la captura de langosta. /Foto: de la autora

Hoy, el de Cienfuegos, es el único varadero que tiene las condiciones (los apartaderos, la anguila y los carros trapezoidales) para asumir reparaciones de las flotas camaroneras y escamera de Júcaro, Ciego de Ávila; de la Empresa Pesquera Industrial sureña, de Camagüey; las cienfuegueras y otras del Ministerio de Turismo.

Trascurren días en los que el sudor y el cansancio abundan entre los hombres de Astisur que saben de la Mar y de los barcos heridos que requieren una sanación rápida y duradera. Y la motivación para trabajar es permanente “porque existe un sistema salarial con el cual los directos a la producción ganan bien y cobran utilidades considerables”, concluyó Fonseca Rumbaut.

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