Vivian Rodríguez Salina: “Cuando un amigo se va”
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La frase escogida de una canción del ya desaparecido cantautor argentino, Alberto Cortés, se ajusta plenamente a este extraordinario hombre de Cienfuegos.
Hoy nos toca recordarlo, porque un gran amigo se ha ido, abandonó la vida. Una penosa enfermedad nos lo arrebató, a pesar de que luchó por varios años. Vivian Rodríguez Salina, excelente persona, gran Chef, hombre de incomparable convicción y sobre todas las cosas, ese amigo que muchos quisieran conservar por siempre, se marchó el pasado sábado, 15 de junio, alrededor de las 11 de la mañana, y nos dijo adiós para inscribirse en los corazones de quienes tanto le quisimos y admiramos.
Muchos serían los calificativos y elogios hacia Vivian, pero los caminos escabrosos de la vida lo llevaron hacia su deceso. Los culinarios cienfuegueros perdimos en él al padre, al maestro paciente, sabio, con incontables logros en su carrera de chef.
Sus enseñanzas quedan perpetuadas en la memoria de los que tuvimos la maravillosa oportunidad de acompañarlo a través de todos estos años de trabajo.
Lo despedimos con la seguridad de que siempre estará presente en el corazón de quienes lo conocimos.
Las nuevas generaciones de cocineros, llevarán también el legado que Vivian nos dejó.
Para él la gloria, para nosotros el recuerdo.
“La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”, sentenció José Martí, el 5 de marzo de 1876.
Y me apropio de su frase, para despedir al amigo Vivian Rodríguez Salina.
Crónica escrita por el Chef Ángel Curbelo Abreus.
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