El uso del uniforme escolar como símbolo social y político en el sistema educativo cubano

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Por: Lic. Yoely Yera Marrero y MSc. Jesús Fuentes Águila

Es común observar en nuestras escuelas el desfile colorido de estudiantes portando el uniforme, que representa no solo una vestimenta, sino un símbolo poderoso del sistema educativo y de la identidad colectiva. Sin embargo, en los últimos años, la crisis económica ha impactado de manera profunda en el uso correcto del uniforme escolar, transformando este símbolo y sus significados para estudiantes, familias y docentes.

Más allá de ser una prenda que identifica a la escuela, el uniforme escolar cumple una función simbólica esencial. Es un signo de pertenencia a una comunidad educativa, un reflejo del espíritu de unidad y disciplina que el sistema busca fomentar. En nuestras escuelas, el uniforme se ha utilizado también como expresión del compromiso social y político con los valores y objetivos de la educación pública.

La crisis económica ha generado dificultades para muchas familias al momento de adquirir el uniforme completo. La escasez de recursos ha llevado a que un gran número de estudiantes asista a clases sin la vestimenta reglamentaria, lo que afecta no solo la imagen escolar, sino el significado del uniforme como símbolo colectivo.

No se trata simplemente de un problema estético o de cumplimiento de una norma, sino de una situación que refleja tensiones más profundas en nuestra sociedad. Cuando un estudiante llega a la escuela sin uniforme está evidenciando las dificultades económicas presentes y pone en tela de juicio, de manera silenciosa, la capacidad del sistema para garantizarlos aún con los ingentes esfuerzos que hace el país para ello.

Este fenómeno ha provocado cambios en los imaginarios sociales sobre el uniforme, modificando los imaginarios instituidos, aquellos que han sido legitimados y promovidos por instituciones dominantes (Baczko,1991), y emergiendo desde abajo imaginarios instituyentes, desafiando el orden establecido y proponiendo nuevas formas de pensar y actuar.

Lo que antes se vivía como un símbolo de orgullo y cohesión ahora enfrenta resignificaciones. Para algunos, la ausencia o deterioro del uniforme simboliza las dificultades reales que atraviesa la comunidad; para otros, puede traducirse en pérdida de disciplina o distanciamiento del proyecto educativo.

Las autoridades educativas y los profesores perciben estas variaciones en las actitudes hacia el uniforme, constatando que el símbolo que antes unía ahora enfrenta tensiones. Esto plantea nuevos desafíos para reconstruir ese sentido de pertenencia y compromiso que el uniforme representa, sin dejar de atender las condiciones materiales que dificultan su cumplimiento.

Reflexión final

La crisis económica ha puesto en evidencia la relación estrecha entre las condiciones materiales y los símbolos sociales en la escuela. El uniforme escolar no es un mero requisito superficial, sino un símbolo que refleja el estado de nuestro sistema educativo y, en última instancia, de la sociedad que queremos construir.

Durante este curso escolar, es importante continuar trabajando para que el uniforme vuelva a ser esa bandera colectiva que representa la fuerza, el respeto y la dignidad de nuestra educación pública.


Ambos autores son profesores de la Facultad del PCC, Cienfuegos.

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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