Una amistad que perduró en el tiempo: Benny Moré y la orquesta Aragón
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Este 24 de agosto se cumple un aniversario más del nacimiento del sonero mayor, el gran Benny Moré. Comúnmente lo recordamos por su musicalidad, pero pocas veces es tocado el tema de su sentido humano, compañerista y por encima de todo, de hombre amigo.
La orquesta Aragón pasó mucho trabajo para, luego de trascender las fronteras regionales, lograr posicionarse en la capital. En opinión de Pancho Terry: “Es bueno que se sepa que no fue así que la Orquesta llegó y triunfó. Llegó después de pasar una serie de obstáculos y después de enfrentarse a cuatro gentes que lastimosamente nunca aparecen”.[1]Se conoce la anécdota de que en una ocasión después de anunciada la actuación de la orquesta Aragón y en la cual la gran figura era Benny Moré, los organizadores decidieron cerrarle a la orquesta cienfueguera toda participación en el baile. La anécdota, relatada por el propio Benny Moré, refiere que este llamó a los organizadores y les expresó que si la Aragón no tocaba él tampoco cantaba. La orquesta de Benny Moré fue la que, en aquellos inicios, le dio muestras a los aragones de una verdadera amistad. Incluso, uno de sus cantantes, Fernando Álvarez, participa en las primeras grabaciones de la Aragón. Poco a poco la orquesta cienfueguera fue adentrándose en el mundo musical habanero e integrándose al mismo.
Y de esa manera comenzó a coincidir con quien sería el gran compañero y amigo para siempre: Benny Moré. El 7 de agosto de 1955 debuta la Orquesta en el programa De fiesta con Cristal que salía por Radio Progreso los martes, miércoles, jueves y sábados. Este contrato fijo, los obligaba a una permanencia casi diaria en La Habana, por lo que los músicos decidieron establecerse definitivamente en la capital. De Fiesta con Cristal se convirtió en uno de los programas musicales más escuchados de la radio nacional. Además de la actuación fija de la Orquesta, en él se presentaban artistas de la fama de Benny Moré, Orlando Vallejo, Olga Guillot, Alberto Beltrán, entre otros, y compartían el espacio con la orquesta de los Hermanos Castro, una jazz band de prestigio, asentada en el tiempo y en sus excelentes interpretaciones como orquesta acompañante de grandes estrellas como Olga Guillot.
Para esa época la Aragón se convirtió en el referente más escuchado de la música cubana. Resulta interesante destacar que en la competencia entre las firmas grabadoras Panart y la RCA Víctor, la apuesta de esta última por la Aragón, como lo hizo también con Benny Moré, resultó un acierto extraordinario.
La estelaridad alcanzada por la orquesta Aragón, su popularidad, hizo que, a pesar de la impresionante presencia de jazz bands como la Riverside, la de Ernesto Duarte, la de los hermanos Castro y la del propio Benny Moré, por solo mencionar algunas de las más populares, las charangas ocuparan un lugar cimero en el gusto popular.
Nuevamente coinciden la Aragón y Benny Moré en aquellos meses iniciales de la Revolución. Cuba era una fiesta bailable, rumbera, sonera y extasiada en sí misma. Muchos músicos hicieron piezas musicales al movimiento revolucionario triunfante, Daniel Santos, Benny Moré, Rolando Laserie y la Aragón, entre otros. El primer número dedicado a los héroes del momento por los Estilistas del chachachá fue un arreglo del tema Los fantasmas que llevó por nombre Los barbudos. Pero sin dudas, el que ganó uno de los primeros lugares del gusto musical fue Como la soñó Martí de Félix Reyna, en la voz de Orlando Vallejo, con arreglo de Richard Egües, y orquestación y acompañamiento de la Aragón, estrenado en Radio Progreso.
El proceso revolucionario implicó importantes cambios sociales y, asociados a ellos, el surgimiento de nuevas formas de sociabilidad. En la década de los 60, se destacaron autores e intérpretes como Eduardo Saborit –creador de piezas como Conozca a Cuba primero, el Himno de los Alfabetizadores y Cuba que linda es Cuba–, Carlos Puebla – autor e intérprete de piezas como Y en eso llegó Fidel y Hasta siempre Comandante–, Ramón Veloz –con su programa Palmas y cañas–, Ester Borja –con el Álbum de Cuba— y Rosita Fornés –Cita con Rosita–. Este proceso se enriqueció con otros movimientos musicales como el feeling –José Antonio Méndez, Cesar Portillo de la Luz, Frank Domínguez-, el desarrollo de nuevos cuartetos –El Del Rey, Los Bucaneros, Los Modernistas, el de Meme Solís, Los Zafiros—y la aparición de jóvenes cantantes –Luisa María Güell–. Comienza, en esos años, el reinado de Elena Burke, Moraima Secada, Omara Portuondo, Gina León y la fugas Fredesvinda García (Fredy). Benny Moré, y Pacho Alonso eran, con sus orquestas, los más populares cantantes de música popular bailable. La Aragón fue la orquesta charanga dueña absoluta del mundo bailable y radial cubano. La amistad, las coincidencias en el tiempo, y la identidad amada del ser del mismo terruño, hicieron que Benny junto a la orquesta Aragón consolidaran desde entonces, una sólida hermandad.
[1] Documental “Orquesta Aragón: La charanga eterna”, de Iliana Rodríguez Peregrín.
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